Jorge Rossini es el bastión de una de las artes más complejas y bellas de la historia, el esculpido del mármol. Desde su pequeño taller, al lado de Monumental Callao, nos abre las puertas de su mundo y responde a un poco más de cinco preguntas
Escribe: Salvador Candia Gamarra
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Tiene 86 años, se le nota el marcapaso que recién le fue cambiado hace un par de semanas y ha enterrado a la mayoría de sus familiares a quienes les fabricó lápidas para sus nichos. Jorge Rossini, el tercero de una generación de suizos que llegó a mediados del siglo XIX a Perú, es el último bastión de un arte con cada vez menos artesanos, el esculpido del mármol.
Arte, piedras finas de peso exuberante y sobre todo el peso del tiempo sobre sus hombros. En este minuto y medio, conoce cinco detalles de la vida de un marmolero con 55 años de trayectoria.