Escribe: Luz Mateo Cielo
Con el paso de los días, el confinamiento por el brote del coronavirus se ha convertido en una situación cada vez más estresante. El cambio de estilo de vida y la incertidumbre sobre el futuro puede causar emociones fuertes como la ansiedad en adultos y niños. Sin embargo, esta última población se encuentra en una posición aun más vulnerable ya que no cuentan con la experiencia y ni con las herramientas de soporte para poder canalizar sus sentimientos.
Al respeto, algunos gobiernos de mundo han optado por flexibilizar la medida de cuarentena para los niños. Por ejemplo, en España acaban de anunciar que, desde el lunes 27 de abril, los niños menores de 14 años podrán salir a las calles. Las salidas serán para acompañar a los padres en desplazamientos muy cortos como ir a la tienda, a la farmacia o al banco; aún no podrán asistir a los parques. En Alemania, otra es la historia: se puede salir en grupos de dos o menos familiares que vivan bajo el mismo techo. Los fines de semana es común ver los parques llenos de niños jugando y montando bicicleta con sus padres. Siempre respetando la distancia, claro. Lo mismo sucede en Reino Unido. En Francia es un poco más estricto no solo para los niños sino en general, pues solo pueden salir por distancias breves y por un tiempo máximo de una hora. Además, debes que cargar tu propio documento de identidad. Bélgica, por su parte, es mucho más permisiva, incluso recomiendan hacer ejercicio en la calle, pero respetando el espacio de metro y medio. Y no hay un límite de tiempo en los paseos.
En Latinoamérica, específicamente en Colombia la idea que los niños salgan tomó fuerza a raíz de un reclamo que hizo Shakira. Y en Perú, el gobierno ha decretado los paseos para niños y adultos con autismo durante 30 minutos al día. Cabe resaltar que no todos los niños y adolescentes responden al estrés de la misma forma. Los cambios de conducta suelen variar uno respecto al otro; por eso, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomienda, en principio, hablar con los hijos pequeños o adolescentes acerca del covid-19, responder sus preguntas con información o formatos comprensibles; transmitir seguridad, esto se logra a través del ejemplo ya que si los padres controlan su estrés los niños probablemente también lo hagan; limitar la cobertura de noticias en casa; y mantener rutinas familiares, un cronograma para actividades de estudio y de entretenimiento.