Escribe: Renzo Salazar Rivero Follow @PS_UPC
Luis José “Pacho” Cantt (46) es el primer piloto de autos con discapacidad en el Perú. Su historia como deportista se remonta al año 1996 y dura un poco menos de 4 años, siendo su última carrera en el 2000. Al cumplir 24 años, la retinitis pigmentaria y la hipoacusia neurosensorial empiezan a invadir su organismo dejándolo totalmente ciego y parcialmente sordo a los 30 años de edad. Una edad muy temprana como para pensar que nunca más vería en su vida. Sin embargo, hoy Cantt retoma su pasión por los autos y vuelve a pisar el acelerador a fondo en las pistas del Autódromo de La Chutana.
Fotografía: El Comercio Perú
Agujero Oscuro
Tras el episodio más oscuro de la vida de Cantt, cuando el médico le dice que no podrá salvar su visión, Pacho entra en una terrible depresión. Su estilo de vida da un giro de 360 grados y se tuvo que alejar de lo que más le gustaba hacer: correr autos. A pesar de todo, jamás se rinde ni deja de trabajar. Su carácter y optimismo fueron los principales pilares que lo mantuvieron de pie, pero, sobre todo, su única hija: María Alejandra o como él la llama, “Marialé”, a quien tiene a cargo desde los cuatro años y la describe como su motor. Él señala que repetiría mil veces los malestares que implica el ser padre, como las malas noches o el atender a su hija en épocas de fiebre. En compañía de ella, el goce es máximo cuando se trata de jugar bingo, backgammon o ver películas audiodescritas (narradas especialmente para personas con discapacidad visual).
Orígenes
Su pasión por los bólidos empieza desde niño, al acompañar a su tío, también piloto de autos, a las carreras en el autódromo de Santa Rosa (el único existente en el Perú en ese momento), y al visitar el taller de Arnaldo Alvarado, reconocido piloto peruano, en cuyo taller habían autos de carrera siendo preparados.
Al salir del colegio Carmelitas, cuando empieza a trabajar como mediador de reparador de autos, se da cuenta que quiere vivir de los motores para siempre. A los 22 años, en el taller donde llevaba autos de allegados y uno de los primeros trabajos de Pacho, se encuentra en una ocasión con el piloto nacional Edgardo “Cachete” Arimborgo, y este lo adentraría al mundo de las carreras.
Que un invidente maneje un auto a altas velocidades no es algo que se ve todos los días. Jamás se ha visto en el país, pero sí en Argentina. Sucede en el año 2015. La hazaña se llevó a cabo por el expiloto Roberto Rivas y despierta una gran inspiración en Cantt. Años después, este le pide a su amigo Piero Polar, quien también es jefe de taller en la empresa de Pacho (MT automotriz) y piloto de carreras, que lo deje dar una vuelta en su Toyota AE86, pero que el mismo lleve volante del auto. Polar es su copiloto y este le indica cuando debe frenar o acelerar mediante palmadas en el brazo. Un golpe significa que pise a fondo el pedal del acelerador; dos, que cambie de marcha; ininterrumpidas palmadas, que debe frenar. Este método fue empleado por la pareja debido a que el sonido del motor es tan estruendoso a revoluciones altas que no se logra escuchar cualquier llamado de voz, sumado a la deficiencia auditiva que presenta Luis José.
Actualidad
Pacho no deja que su discapacidad se convierta una incapacidad. Presenta un estilo de vida muy activo el cual no se esperaría que una persona con tal discapacidad presentase, mucho más enérgico que el de muchos ciudadanos. Tras culminar sus estudios como coach, brinda charlas motivacionales para distintos ámbitos de la vida: guía y clarifica a las personas. Él quiere compartir su historia de vida para motivar a cuanta gente sea posible. Después dos carreras universitarias sin culminar, una en la Universidad de Lima y una en Alas Peruanas, Luis José toma el riesgo e inaugura un taller de autos en el año 1998, el cual, a pesar de haber tenido siete cambios de locales, funciona ininterrumpidamente hasta el día de hoy.