A más de 80 años de su partida, recordamos quién fue Felipe Pinglo Alva, uno de los compositores más importante de la música popular peruana.
Redacción: Claudia S. Wong Follow @PS_UPC
El año pasado, las composiciones de Felipe Pinglo Alva fueron reconocidas como patrimonio cultural de la nación. Sus letras son recordadas por su representatividad, valor y calidad dentro del repertorio de la música popular peruana. Este 13 de mayo, se conmemoraron los 81 años desde su partida y los artistas actuales siguen interpretando sus canciones. Varios de ellos se acercan al Cementerio Presbítero Matías Maestro para cantarle a su lecho eterno y recordarle que sus canciones han logrado sobrevivir el pasar del tiempo. Aunque en el ambiente criollo se reconoce con precisión los aportes del llamado “bardo inmortal”, muchos no conocen quien fue este compositor emblemático.
La historia del cantor de los humildes Felipe Pinglo Alva nació en Barrio Altos en 1899, la misma ciudad donde falleció en 1936. Su primera composición fue Amelia a los 18 años, después de haber aprendido por su cuenta a cantar y a escribir música. En las reuniones de los barrios, comenzó a hacerse reconocido porque su estilo reunía influencias de otros géneros como el tango y el one-step. Estos aportes abrieron una nueva etapa para la canción criolla que dio vida a los estilos de interpretes como Jesús Vásquez y Oscar Avilés.
Además, la temática de sus canciones era diferentes. Los temas eran de corte social y denunciaban las injusticias, lo que contrastaba con los otros artistas del momento que se enfocaban en canciones más superficiales. En libro “Lima, el vals y la canción criolla”, el investigador Gerard Borrás destaca tanto los complejos juegos poéticos de sus composiciones, como su capacidad para ser “el eco del desamparo de los sectores populares de la capital”.
Su sensibilidad le ganó apodos como “el cantor de los humildes” o “Felipe de los pobres”. Asimismo, también provocó una reacción política después de su muerte. En 1939, el gobierno de Óscar R. Benavides prohibió la difusión por radio de siete de sus canciones: «Luis Enrique, el plebeyo«, «Oración del Labriego», «Mendicidad«, «El canillita», «El huerto de mi amada», «Sueños de opio» y «Pobre obrerita«.
La búsqueda de su legado A los 36 años, Felipe Pinglo Alva fallece después de un año de enfermedad. Tres días antes había terminado de escribir su última canción: un vals para su esposa Hermelinda. Junto con esa canción, Pinglo dejó cerca de 200 temas. Muchos de estos se perdieron con los años y otros alcanzaron la fama con la interpretación de otras personas. La más reconocida fue «Luis Enrique, el plebeyo» durante la década de los cincuenta y los sesenta, pero también tuvieron éxito canciones como “El huerto de mi amada” y “Ramito de flores”.
En los últimos años, se ha hecho un esfuerzo por recolectar y revivir las canciones del Maestro. Los investigadores Cesar Abdón Cuba y Víctor Elías Arana llevaron a cabo un trabajo que logró recopilar una gran cantidad de composiciones y también detalles sobre su vida con una extensa búsqueda bibliográfica. También existe un reconocido grupo de seguidores y cultores que se llaman “Amigos Pinglistas”. Antes se le había reconocido a Felipe Pinglo por su importancia en la canción criolla, pero no hubieron esfuerzos por cuidar su obra o por conocer más el entorno en que se desarrolló.
Felipe Pinglo cien años después La influencia del compositor sigue presente en las últimas generaciones de criollos. En el 2000, la cantante Lucy Avilés presentó una recopilación de catorce temas de Felipe Pingo, llamado “Cien años después”. Asimismo, Renzo Gil y Carlos Castillo presentaron un disco titulado “Cantando la historia” en que interpretaban canciones inéditas. En los centros musicales y las peñas de Lima, se pueden escuchar esas canciones de inicios de siglo XX. Hay algo en su música que todavía cautiva el oído y los corazones de los peruanos. El último reconocimiento, y el más grande, fue en agosto del 2016, cuando el Ministerio de Cultura declaró toda su obra musical como Patrimonio Cultural de la Nación. La resolución publicada en el diario oficial El Peruano explica que su música “representa una gran contribución y un punto de quiebre en el desarrollo de la cultura criolla, al aportar valores musicales y líricos que sientan un referente a nuevas generaciones de músicos y cantantes en todo el país».