Las modificaciones corporales no son un tema contemporáneo. Desde hace siglos se realizaban con diversos fines, ya sea religioso, social o por simple moda. Hoy en día hay personas que se tatúan hasta el 100% de su cuerpo. ¿Por qué lo hacen?
Este 4, 5, y 6 de octubre se realizó en nuestro país el Inti Tattoo Expo 6. Es un evento que organizó el dueño de uno de los primeros estudios de tatuajes en Lima, Coyote’s Tattoo. En esta exposición hubo más de 30 stands donde los mejores tatuadores del país y de Latinoamérica exponían y tatuaban sus diseños a un precio especial. En el evento no solo hubo tatuadores, sino también vendedores de joyería para perforaciones y máquinas para tatuar y el último día se presentó la pareja más tatuada del mundo, quienes realizaron un show de suspensión corporal: Víctor Hugo y Gaby Peralta.
Escribe: Evelyn Hoyos
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El organizador oficial de esta exposición mencionó que durante la última década está fomentando que el arte de las modificaciones corporales sean cada vez más conocidas y aceptadas por nosotros, los peruanos, ya que en otros países como Colombia, México, Ecuador y Brasil este tipo de eventos se realizan en diversas partes del país y diversas fechas al año.
Para ser honesta, yo no tenía idea que hace 8 o 10 años se hacían este tipo de eventos aquí en Lima, en Miraflores. Un amigo muy cercano me dijo que lo acompañe en esta ocasión porque iba a venir un tatuador mexicano que él admira y que quiere que le tatúe. Me llamó mucho la atención y busqué el evento en una red social. ¿Mi primera impresión? Me asusté. En el afiche se mostraba a personas que tienen tatuado todo el cuerpo, literalmente todo. Desde la pantorrilla hasta la esclerótica, parte blanca del ojo. Y no solo eso, también innumerables piercings e implantes en el rostro. Ah, y también lenguas bífidas, o sea, una lengua partida en dos, como las serpientes. Traté de entender. De buscar una posible razón lógica para modificarse corporalmente de tal manera que físicamente ya no parezcan seres humanos, o por lo menos que ya no encajen en la idea social que tenemos de «seres humanos».
Existen modificaciones corporales que ocurren de manera natural. Que son inevitables. Por ejemplo, un niño al crecer, una mujer embarazada o una persona de la tercera edad. Sin embargo, también hay modificaciones corporales que son hechas adrede. Pueden ser temporales y permanentes. Estas son hechas con el consentimiento de la propia persona para cumplir un propósito, ya sea por moda, religión o costumbre social. Entre ellas están los tatuajes, las perforaciones, las escarificaciones, los implantes, las suspensiones corporales, las cirugías estéticas y los tatuajes cosméticos. Todos ellos tienen como fin mejorar el aspecto físico de la gente.
Es muy difícil que una persona se sienta satisfecha consigo misma a nivel físico. Siempre vamos a querer “mejorarnos” algo. Me atrevo a afirmar que todos, el algún momento de nuestras vidas, de niños, adolescentes o ya adultos, se nos ha pasado por la mente hacernos algún tipo de modificación física, ya sea un tatuaje, una perforación o una cirugía estética, aunque estos solo hayan quedado en nuestra imaginación. Los motivos pueden ser varios: desde una simple curiosidad a experimentar el proceso hasta hacerlo porque simplemente está de moda. El psiquiatra Jorge Lazo afirma que es muy común no sentirnos conformes con nuestra apariencia física, sin embargo, el hecho de querer más y más modificaciones para vernos mejor ya es un problema grave que necesita atención médica.
Cada cultura tiene sus propias normas de lo que es socialmente bello y aceptable. La belleza es un aspecto que varía no solo de un aspecto geográfico, sino de cada persona, o bueno, en pocas palabras, es subjetiva. Si bien las antiguas civilizaciones y tribus recurrían a modificarse corporalmente por diversas costumbres, en la actualidad, más que eso, se hacen por moda, por tendencia.
El psiquiatra Jorge Lazo también menciona que la insatisfacción de verse uno mismo es un problema que va en aumento. El ser humano siempre ha buscado diversas maneras de “verse mejor”. Esa ambición por cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad hacen que las modificaciones corporales, sin importar el dolor que estas puedan causar, valgan la pena. Además afirma que todas las personas tenemos adicciones. Es normal. Es natural. De hecho, hay grados: leve, moderado y extremo. Solo hay que aprender a controlarlo con ayuda profesional. Pero esto puede pasar desapercibido ya que se puede confundir con hábitos y costumbres. Un hábito se adquiere con el tiempo y modifica nuestra manera de comportarnos. Por ejemplo, tomar café en las mañanas. Una costumbre es el conjunto de varios elementos que nos ayudan a modificar nuestra conducta, pero eso solo se logra en un grupo social. Y una adicción no solo está relacionado al consumo de sustancias ilíticas sino a comportamientos compulsivos. Este último puede ser una consecuencia de un hábito “salido de control”, como por ejemplo jugar videojuegos, hacer compras, ejercicio físico, etcétera.
En la actualidad hay una mejor aceptación social de los tatuajes, perforaciones y cirugías estéticas que hace 15 años. Esto se debe a que mientras más común se vuelva algo, en este caso las modificaciones corporales, menos rechazo tendrán. Una evidencia de ello es la buena y gran aceptación que tuvo el evento Inti Tattoo Expo 6.