La primera película en aymara del Perú ha sido una revelación en la cartelera nacional. Punto Seguido conversó con el reconocido crítico de cine para conocer su perspectiva sobre el más reciente estreno peruano.
Por Sebastián Fernández
Cuando viste Wiñaypacha por primera vez, ¿cuál fue tu primera impresión?
Fue una película que no fue aprobada para competencia en el festival de la Católica. Quienes la vieron en ese momento no la recomendaron. Sin embargo, en el curso del festival hubo opiniones muy entusiastas en relación a la película de varios críticos. Me quedé con muchas ganas de verla, y la pude ver en la Semana del Cine que organizó la Universidad de Lima. Mi opinión fue muy favorable, naturalmente era una película que debió haber estado en la competencia del festival de la Católica y que era de lo mejor que se había hecho en el Perú en mucho tiempo.
¿Qué te parece lo más destacable de la película?
Bueno, toda la concepción de la película. Creo que se conjugan varias cosas: la actuación, un trabajo visual, fotográfico y escenográfico magnífico, tanto de exteriores como de interiores. En interiores se luce, por ejemplo, la iluminación en clave baja, creando ese ambiente íntimo. Pero también está el trabajo con el sonido. O sea, creo que es un proyecto que tiene valores conjuntos, no podría destacar un solo elemento. Creo que hay un ritmo muy logrado también. Es una suerte de elegía fílmica que se logra a partir de la integración de todos estos componentes audiovisuales.
¿Esperabas esta recepción?
Le ha ido relativamente bien. No deja de sorprenderme. Ocurrió también el año pasado con La última tarde y Rosa Chumbe. Han logrado interesar a un público más allá de los apoyos. La película ha tenido buena recepción por la crítica, un par de notas periodísticas, algo en la televisión. Todo eso apuntala, pero no es lo definitivo. Porque todos los analistas pueden ponerse de acuerdo y, sin embargo una película no funciona. Puede resultar demasiado hermética, como le sucede a algunas grandes películas. No tienen esa capacidad de conexión con el público y, por lo tanto, este deja de ir. Es evidente que está funcionando un boca a boca. Es un público limitado, no va a poner en riesgo la taquilla de Avengers. Pero sí me ha sorprendido positivamente. Ojalá que eso haga que la película dure un poco más de tiempo.
Has mencionado otras películas, La última tarde y Rosa Chumbe, que se estrenaron el año pasado. ¿Crees que esto pueda significar un progreso o es algo eventual?
Es eventual, pero también es un avance. Hay un pequeño público que podría ampliarse, que permite plantear otros escenarios. Yo soy un poco pesimista a corto y mediano plazo en relación a los multicines. Creo que no son el espacio más adecuado para estas películas. No digo que haya que eliminarlos, porque es evidente que están funcionando. Pero es necesario que se repiense el circuito de distribución, que se ideen nuevas salas municipales, comunales a nivel regional y privadas también. Salas que se presenten para una oferta de películas distinta a la del multicine.
¿Hace cuánto que no se ve una película peruana de esta calidad?
Yo creo que las últimas de buen nivel han sido La última tarde y Rosa Chumbe, pero esta las supera. Creo que es una de las mejores películas peruanas en lo que va del siglo. Si tenemos que señalar otra, podría ser Días de Santiago, de Josué Méndez, una película anterior de un nivel comparable
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