En los últimos meses, en las redes sociales ha venido circulando información falsa acerca de la eficacia de las vacunas adquiridas por el estado peruano contra esta enfermedad. El propósito de estas fake news es desvirtuar la certeza de dicha inoculación. Lo cual provoca temor y rechazo por parte de los ciudadanos hacia las inyecciones.
Escribe: Andrea Zavaleta
Desde que inició la pandemia por el coronavirus, las noticias falsas han incrementado en las redes sociales. Los factores que han logrado que la desinformación se expanda con rapidez es la incertidumbre y miedo que tienen las personas por el virus, asimismo, la necesidad que tienen los individuos por estar al tanto de esta problemática. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este fenómeno ha sido designado como una amenazada para la salud pública de los habitantes.
En los últimos meses, en las redes sociales ha estado circulando información falsa sobre posibles remedios caseros que provienen el contagio, así como también, probables curas para esta enfermedad. Estas noticias, no sólo descontextualizan la situación sanitaria, sino que también originan confusión entre las personas. De la misma manera, genera riesgos en la salubridad de los individuos, puesto que algunos se dejan guiar por estas indicaciones médicas falsas.
Estas fake news también ha generado que las personas tengan una percepción distorsionada sobre las distintas inoculaciones. Por ello, el gran desconocimiento que tienen los habitantes sobre la función y elaboración de las vacunas, ha ocasionado el desplazamiento de testimonios falsos sobre las vacunas. Según una encuesta de Ipsos, el 35% de los peruanos no estaría dispuesto a vacunarse contra la COVID-19. A continuación impugnaremos algunos mitos que no tienen validez, asimismo, brindaremos aclaraciones científicas y verdaderas sobre las inoculaciones contra el coronavirus.
Mito 1: La efectividad de las vacunas obtenidas por el gobierno peruano es muy baja
Esto es completamente falso. Las inoculaciones adquiridas por el Perú, superan la sugerencia mínima del 50% estimado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La de Sinopharm muestra un 79% de eficacia, AstraZeneca 60-90% y Pfizer 95%.
Mito 2: Las inoculaciones contra la COVID-19 modifican el ADN
Esta leyenda es falsa. Algunas vacunas utilizan una tecnología que extrae el ARN mensajero del coronavirus y lo penetra en las células. Esto permite que el sistema inmune produzca defensas ante el virus. Sin embargo, las personas confunden este término con el ácido desoxirribonucleico, lo cual es totalmente distinto al factor mencionado.
Mito 3: Si uno ha sufrido de coronavirus ya no es indispensable que se vacune
Falso. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una persona tiene que inocularse contra el coronavirus, debido a que la inmunidad a la COVID-19 después de contagiarse podría durar un pequeño periodo. Asimismo, un individuo que ha sido contagiado de este virus suele tener las defensas bajas y estar en una situación vulnerable ante las nuevas variantes.
Mito 4: Las vacunas no son seguras porque se han desarrollado en poco tiempo
Es incorrecta esta afirmación. Esta pandemia del coronavirus ha generado un compromiso por parte de los gobiernos de todo el mundo y la comunidad científica internacional. Debido a ello, una gran cantidad de laboratorios y científicos han podido lograr elaborar una vacuna contra esta enfermedad en un lapso menor que el habitual. Las 11 inoculaciones producidas por la ciencia han cumplido con las 3 fases de requerimiento. Estas han mostrado una alta eficiencia y garantía.
Mito 5: La inoculación para el coronavirus tiene efectos secundarios peligrosos
Esta es otra información falsa. Al momento de que desarrollaron las vacunas se hicieron diversos estudios para prevenir que haya consecuencias graves o que pongan en amenaza la vida de las personas. Hasta el momento no se ha evidenciado un caso sobre muertes a causa de la colocación de dichas inyecciones.