Fiorella Rodríguez en una sesión por video (foto: Visión Perfecta)
La crisis sanitaria ha provocado que los fotógrafos dejen de lado su amada cámara réflex y comiencen a fotear con ayuda de un cursor.
Escribe: Sidney Cornejo
Miguel Angel Vila es un diseñador publicitario y fotógrafo peruano de 31 años (@vision_ perfecta) que se ha visto en la necesidad de innovar su propuesta fotográfica, ya que a raíz de la coyuntura se vio forzado a cerrar su estudio. Confiesa que al principio no le gustaba la idea de realizar sesiones por video: batallaba con la escasa resolución que no le permitía trabajar como estaba acostumbrado. Sin embargo, después de realizar algunas sesiones a su círculo, aprendió la técnica y ahora ofrece este revolucionario servicio.
Vila nos revela el proceso para llevar a cabo una sesión virtual: el primer paso clave es la dirección. Se pacta una videollamada de aproximadamente 10 minutos con el cliente para mapear los lugares con mayor iluminación, los artículos que se podrían implementar y se determinan las poses a ejecutar. Luego, la persona pasará a realizar videos donde realice dichas poses de forma estática por 5 segundos. Después, los videos se colocan en los programas de edición y fotografía Lightroom y Photoshop para recortar los mejores fotogramas y editar su color, obteniendo de allí las imágenes. Para finalizar, se convierten a un tamaño estándar para aumentar su definición y que se puedan
visualizar correctamente en redes.
“La parte de dirección es la más tediosa, porque a veces me sale un fotón, pero no es como si yo mismo la hubiera tomado con mi cámara” , comenta Vila.
Si hablamos de ventajas, ahora los fotógrafos pueden producir más photoshoots y trabajar con modelos de otros países. En cuanto a las desventajas, se encuentra el evidente problema del desenvolvimiento de clientes que no son modelos profesionales, ya que el fotógrafo, al no estar presente, no puede generar un clima de confianza para que posen ante sus cámaras móviles. Asimismo, la parte de dirección requiere de mayor tiempo, pues se cambian los reflectores por luz natural y el trípode por una pila de libros o almohadas.
“La idea que transmito a mis modelos es que se olviden que es una sesión de fotos y que piensen que en realidad es una fotografía que se están tomando para sus redes” , menciona Vila.
La propuesta está gozando de una gran acogida por los seguidores de Vila. Especialmente, de los internautas que desean fotografías para renovar sus redes sociales. Otro factor importante es el precio. Un book de fotografía profesional incluida la dirección y edición tenía un costo de 89 dólares, en cambio, la tarifa de una sesión fotográfica virtual es de 45 dólares.