Hace 101 años nació el escritor peruano en la ciudad del eterno sol, ¿qué y por qué debemos recordarlo? Descúbrelo aquí.
Escribe: Lizeth Yarasca
Pedro Abraham Valdelomar Pinto, fue el sexto hijo de de Anfiloquio Valdelomar y de Carolina Pinto. La mayor parte de su infancia la pasó en el campo y junto al mar, luego de que su familia se mudara al puerto de Pisco en 1892. Ello se refleja en su poema “Tristitia”:
Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.
Dábame el mar la nota de su melancolía;
el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.
Posteriormente es enviado a Lima para concluir sus estudios secundarios, he ahí donde su inclinación por las letras se evidencia, ya que crea una revista en su propia escuela. Así, en 1905, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Sin embargo, no concluye la carrera ya que se dedicó a ser caricaturista en las revistas Aplausos y silbidos, Monos y Monadas, Actualidades, Cinema y Gil Blas.
A pesar de no haber concluido algún estudio en particular, Valdelomar fue un autodidacta que impactaría con sus cuentos, poemas y novelas cortas, que fueron difundidas por diferentes
revistas de la época. Incluso, realizó una serie de crónicas llamadas «Con la argelina al viento», tras unirse al ejército ante un posible conflicto con Ecuador.
Su pasíon por la escritura, lo llevaría a escribir su obra más importante: “El Caballero Carmelo”, publicado el 13 de noviembre de 1913. Cinco años después, publica el libro de cuentos con el mismo nombre.
Valdelomar, quien falleció a los 31 años de edad, fue el encargado de promover la literatura indigenista. Sus cuentos revelan su apreciación por la raíces provincianas y criollas. Mientras que su poesía está marcada por la tristeza y la memoria de su infancia.