La reciente inauguración de las vías auxiliares de la Vía Expresa Sur ha generado opiniones divididas entre vecinos, expertos y autoridades. Este megaproyecto, que forma parte de la ampliación de la Vía Expresa Luis Bedoya Reyes, busca mejorar la conectividad vial en Lima, pero enfrenta críticas por problemas de seguridad y planificación.
Escribe: Yeline Arce (Periodismo Digital)
La Municipalidad de Lima habilitó en abril los primeros cinco kilómetros de las vías auxiliares de la Vía Expresa Sur, un megaproyecto diseñado para conectar Carabayllo y San Juan de Miraflores en aproximadamente 45 minutos. De acuerdo con el gerente de la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (EMAPE), Carlos Peña, esta fase inicial tiene como objetivo disminuir la continua congestión vehicular y optimizar el transporte público en la zona.
En una entrevista concedida a Punto Seguido, Eduardo Salmón experto en ciencias políticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y residente del área, manifestó su preocupación por la apertura de las vías sin la existencia de un expediente técnico previo. «El expediente técnico no solo es un requisito legal, sino una herramienta esencial para determinar qué tipo de señalización, iluminación y medidas de seguridad son necesarias. Sin él, se está trabajando a ciegas», advirtió.
Consecuencias en la comunidad y el entorno
La carencia de una señalización adecuada es parte de los aspectos críticos. Las estimaciones proporcionadas por Salmón indican que al menos 16 incidentes han ocurrido en las intersecciones desde su inauguración, una cifra que, asegura, podría ser superior. Esta situación suscita una notable preocupación en una zona con una alta concentración de instituciones educativas y cruces clave.
La iluminación también exhibe deficiencias significativas. Aproximadamente solo 1.5 kilómetros de los cinco habilitados disponen de luminarias operativas, lo cual ha provocado temor entre los ciudadanos debido a la inseguridad durante las horas nocturnas y el peligro para conductores y peatones que circulan por estas vías.
Además, los residentes de los distritos involucrados señalaron la ausencia de consultas previas acerca de sus necesidades particulares. Salmón hizo hincapié en que las gerencias de participación vecinal no implementaron los mecanismos de diálogo habituales, evidenciando una falta de comunicación entre las autoridades y la ciudadanía directamente afectada.
¿Cuál es el panorama a futuro?
A pesar de que la Municipalidad de Lima defiende la apertura de las vías auxiliares como un progreso hacia la finalización de la Vía Expresa Sur, las dudas acerca de la planificación y la seguridad continúan. De acuerdo con el «Presupuesto de Inversiones de la Municipalidad de Lima para 2024», el costo total proyectado para la ampliación de la Vía Expresa Sur asciende aproximadamente a 796 millones de soles. Para el presente año, la municipalidad ha asignado un presupuesto de 74,153 soles a este proyecto.
Los residentes solicitan claridad en relación con los plazos para la instalación de la señalización e iluminación apropiadas, así como también un plan detallado para abordar las deficiencias señaladas por los especialistas y la comunidad. Hasta el momento, no se ha anunciado un cronograma específico para estas mejoras ni se han especificado las medidas que se implementarán con el fin de garantizar la seguridad de los usuarios. En la actualidad, la atención se centra en la respuesta del municipio frente a estas demandas y en los próximos pasos a seguir para asegurar que este megaproyecto cumpla su promesa de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Lima sin comprometer su seguridad.