¿Si te vistes con minifalda, con polos escotados, si descubres tu espalda, o tu polo es transparente, te tildan de provocadora?
El acoso sexual callejero es una realidad que no solamente se vive en nuestro país sino en muchos otros países de latinoamérica. La BBC hizo un informe acerca de que por cada hora que pasa en México se cometen 68 delitos sexuales, según cifras oficiales.
En México -al igual que en Perú- miles de mujeres no pueden subir a un bus, sin la tensión y preocupación de que alguien atente contra su integridad. Las víctimas manifestaron que llegan al punto de pensar que tienen que aprender a convivir con la idea de que su cuerpo deja de ser completamente suyo dentro del transporte público.
Pero esta ola de abusos, no solo se dan dentro del transporte público, sino también en la propia vía pública, o en algún local al aire libre. Los palabras subidas de tono, cargadas de contenido sexual, disfrazadas por los agresores como piropos, son parte del día a día, sin que las autoridades puedan hacer algo.
‘Mujeres hartas y frustradas’ como se definen las víctimas, por no encontrar cambios. En México se instauró vagones especiales para mujeres, sin embargo, las autoridades cuidan que los hombres no se suban a ellos. Si bien esto ayudo a mejorar la situación, el acoso sexual callejero no ha parado de crecer.
Ahora que nos encontramos próximos a cambiar de gobierno, ¿será que alguno de los dos candidatos a segunda vuelta, tomará en cuenta esta problemática que atenta contra la integridad y la seguridad de las mujeres?