Imagen de: Albergue 4 patas
La pandemia ha puesto en aprietos a diversos albergues que hasta el día de hoy, son el hogar de muchos animales, que dependen de ellos.
Los animales callejeros, principalmente perros y gatos, han estado siempre presente en las calles de muchas ciudades de Latinoamérica, donde Lima no es la excepción.
Tan sólo en enero del 2020, la asociación Voz animal reportó que habría un total de más de 4 millones de perros callejeros, sólo en la capital y sólo perros. Tan sólo dos meses después de haberse publicado tal cifra habría llegado la pandemia al Perú, por lo que la cifra hoy en día sería aún más alta.
Ante esta situación, los diversos albergues de animales que vienen funcionando por años en Lima, tales como Can Martin, San Francisco, Adopta Salva vidas, entre otros…han apoyado constantemente esta causa e intentado reducir las alarmantes cifras de animales callejeros. En la gran mayoría de los casos, estos albergues se sostienen en parte de los aportes de los mismos directores y principalmente de las donaciones que reciben de personas externas ya sea de manera individual como de grupos de apoyos, empresas, etc.
Aportes que, con la llegada de la Covid-19, se han reducido notablemente. Las ventas de productos para canes sin fines de lucro donde los equipos de los albergues obtenían ingresos para mantener alimentados y sanos a los animales, ya que no son nada rentables, si desde un inicio apenas lo eran, ahora mucho menos. El director de Can Martin, mencionó ante las cámaras de Cuarto Poder que se necesita alrededor de 15 mil soles al mes para mantener a 200 perros (brindarles agua, comida y medicamentos), cifra a la que hoy por hoy es casi imposible pensar alcanzar.
Conversamos con Yuriko Laitán, la directora del Albergue 4 Patas, el hogar de 87 perros y 30 gatos, y nos menciona que el tener un albergue brinda satisfacción, amor, nobleza y muchos otros puntos positivos que son, según afirma, más fuertes que los negativos, ya que les permite darles una segunda oportunidad a estos animales, que en su mayoría, provienen de maltrato y abandono.
“La ayuda que recibimos la agradecemos, así sea 1 kilo de comida, 5 sacos de alimentos, una chompa, una casa de perro, todo se agradece”
Gran parte del apoyo proviene de personas o familias individuales, más poco de entidades como empresas. Menciona además que la pandemia redujo el número de visitas de voluntarios al albergue debido a que la cuarentena no les permitía salir de sus hogares, pero es una situación que a paso lento ha ido mejorando. Lamenta el pensar tercermundista de muchos, ya que se cree que los albergues se pueden sostener solos y sin ningún problema son capaces de seguir alojando más animales nada más lejano a la realidad.
“Los albergues deben ser solo casas temporales para que luego los distintos perros y gatos sean llevados a un hogar”
La directora espera que pronto se fomente mayor cultura de esterilización y adopción (menos compra) de animales para que así descienda esta problemática en el Perú. Podría tomarse como ejemplo a Holanda que tenía el número más alto de perros callejeros en todo el continente europeo, hasta que el gobierno incentivó a las campañas de esterilización gratuitas e impuso multas altas ante el abandono que ascienden a más de 16 mil euros.
A pesar de que la pandemia está más controlada ahora que en sus inicios en el 2020 esta continúa entre nosotros afectando a varios sectores, sobre todo los sin fines de lucro como los albergues, los cuáles, siguen confiando en la bondad y empatía de la gente, para sumarse a esta causa y así, responsablemente quizá adoptar alguna mascota, y si ya tienen una, considerarla como un miembro más de su familia.
Escribe: Erick del Aguila