Conoce a Ale Yupanqui, influencer orgullosa de sus orígenes andinos que difunde la cultura quechua y las tradiciones de sus ancestros a través de las redes sociales.
Escribe: Naomi Velásquez Mallqui
Alessandra Guzmán, es dueña de unos ojitos risueños, sonrisa contagiante y una cabellera negra. Ella es una joven limeña con una historia muy particular. Después de descubrir que su verdadero apellido siempre fue Yupanqui y no Guzmán, comenzó a realizar diversos videos en redes sociales sobre sus orígenes, su identidad andina, las tradiciones de sus ancestros de la sierra y todo lo que implica portar un apellido que proviene del idioma quechua. “Ale Yupanqui es mi versión más curiosa, más sensible y más valiente también”, expresa.
Lo que inició como una manifestación personal, poco a poco se fue convirtiendo en una comunidad que pone en evidencia una de las más grandes problemáticas del Perú: la discriminación étnico-racial. Según los resultados de una encuesta sobre diversidad cultural y discriminación étnico-racial realizada por el Ministerio de Cultura (Mincul), un 53% de personas percibe y considera que los peruanos son racistas o muy racistas.
“Pudo haber sido (el cambio de apellido) por protegerse en un contexto racista porque Lima era racista, más de lo que es ahora. Mi abuelo falleció, pero sus hermanos viven aún, ellos todavía no gustan del apellido, es un tema incómodo. Siento que es una suerte de no querer reconocerse. Ellos miran con desdén el hecho de mostrar una señal de ser andino, ignoran qué significa más allá de lo que la mirada prejuiciosa puede decir”, comenta la también diseñadora gráfica a Punto Seguido.
WAWAY (HIJA) DE LOS ANDES
Es nueva en las redes sociales; sin embargo, su comunidad digital va en aumento y a paso muy firme. “El 99.9% de las personas se lo ha tomado a bien (la difusión de sus raíces). Soy serrana pero también soy otras cosas y no es contraria a la otra, sino siento que todo está yuxtapuesto. Al mostrar todo eso, la gente ha sentido que no está mal que ellos también lo sean, que sean serranos y sean rockeros o que sean serranos y sean sexólogos”, manifiesta.
Para Alessandra identificarse como serrana fue un proceso largo. Es descendiente de abuelos provenientes del departamento de Cusco y Ayacucho, y pasó toda su infancia escuchándolos hablar quechua. Sin embargo, ella confiesa que no actuaba ni hablaba de la misma forma en otros espacios. “Yo quería saber de qué hablaban (sus abuelos). Recuerdo preguntarles el significado de las cosas y me daban información de palabras (en idioma quechua) muy sueltas como wasi (casa), allju (perro). Yo crecí así con palabras sueltas y en lo cotidiano, en mi casa, siempre fue ́le falta kachi (sal) a la comida’, ´oye saca uchukuta (ají molido) ´ o ´te voy a dar en el siki (nalgas)´. Entonces, ese fue el código que se manejaba en mi casa, el quechuañol (quechua y español)”, añade.
Según datos del Ministerio de Educación (Minedu), la actual distribución del quechua en el Perú es el resultado del proceso histórico de difusión y conformación de las diversas variedades geográficas. En realidad, el quechua es una familia lingüística, con diversas variedades distribuidas en siete países de América del Sur (Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina, Chile y Brasil).
En el Perú, según terminología de Torero, las variedades de quechua se agrupan en dos grandes ramas: quechua I y quechua II. (Quechua | BDPI, s. f., pp. 2) El primero se ubica en la zona central del país (Ancash, Huánuco, Junín, Lima, Pasco y Ucayali) y el segundo en las zonas norte (Amazonas, Áncash, Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Piura, San Martín y Tumbes) y sur (Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna).
Además, según el Minedu, la lengua quechua presenta las siguientes variedades y estados de vitalidad:
Rama | Variedad | Departamento donde se habla | Estado de vitalidad |
Quechua amazónico | Kichwa amazónico: Pastaza, Napo, Putumayo, Tigre, Alto Napo (Santarrosino-Madre de Dios) yChachapoyas y San Martín | Loreto, Madre de Dios, Chachapoyas y San Martín | En peligro |
Quechua norteño | Quechua Cajamarca | Cajamarca | Seriamente en peligro |
Quechua Inkawasi Kañaris | Lambayeque y Piura (Comunidad de Chilcapampa, distrito de Huarmaca, provincia de Huancabamba; centropoblado La Pilca, distrito de Buenos Aires, provincia de Morropón) | Vital | |
Quechua central | Quechua Pataz | La Libertad | Vital |
Quechua Cajatambo, Oyón, Huaura | Lima | Seriamente en peligro | |
Quechua Yauyas | Seriamente en peligro | ||
Quechua Áncash | Áncash | Vital | |
Quechua Huánuco | Huánuco | En peligro | |
Quechua Pasco | Pasco | Seriamente en peligro | |
Quechua Wanka | Junín | Seriamente en peligro | |
Quechua sureño | Quechua Chanka | Huancavelica, Ayacucho y Apurímac (Andahuaylas, Aymaraes y Chincheros) | Vital |
Quechua Collao | Apurímac (Abancay, Grau,Antabamba y Cotabambas), Cusco, Puno, Arequipa y Moquegua | Vital |
En este sentido, Rufi, awilay (abuela) de Alessandra Yupanqui al provenir de Cusco su lengua materna es el quechua Collao.
Por otro lado, Alessandra tampoco estaba conforme con sus rasgos físicos, pero lo que sí poseía era un espíritu curioso que le permitió reencontrarse con sus orígenes y aceptarlos. “Me reprochaba mi rostro, ósea yo me miraba al espejo y yo decía: ´yo soy fea´, ´mis ojos son chinitos´, ´tengo mis pómulos así´, ´me ha dado la varicela´, ´tengo este color de piel´, ´el pelo muy lacio´. Y muy rápidamente concluí porqué soy así, es algo que pasó muy rápido por mi mente, no es algo que haya verbalizado. `Soy así de fea porque soy chola`, eso yo sentía. Vivía como con un reproche sutil a mi familia, decía `yo soy chola porque mi abuela es chola`”, reconoce.
EL DESCUBRIMIENTO
La revelación de su apellido fue en plena pandemia del 2021. La historia se remonta a su bisabuela Antonia, la mamá de su abuelo paterno, una mujer de “carácter fuerte” que solía ‘serranear’, según comenta Alessandra. “Mi bisabuela que era ayacuchana no gustaba del apellido de su esposo, ósea de mi bisabuelo, que era Yupanqui. Entonces, lo que hizo fue invertir los apellidos para ponerles los nombres a sus hijos”, detalla.
Además, según Carlos Flores Lizana, antropólogo y profesor, el racismo se ha expresado en nuestro país por el desprecio a los apellidos que provienen de las 48 lenguas originarias. (La presencia del quechua en los nombres de personas, lugares, plantas en el Perú del siglo XXI, s. f.)
Flores comenta que los estudios sobre racismo indican que, muchas veces, tener apellidos andinos es razón para no conseguir trabajo, no ser considerado para representar al Perú.
En este contexto, es lamentable que existan personas con tan poca sensibilidad que desprecian a otro ser humano por tener apellidos quechuas o de otras lenguas.
Hasta hace poco, Alessandra solo tenía conocimiento de la versión que relataban su papá y sus tíos, mas no contaba con documentación que avale realmente que el cambio de apellido haya sido por el disgusto de su bisabuela. “Hace más o menos dos o tres semanas, contacté con una persona que hace el trabajo de buscar partidas de nacimiento o matrimonio y encontró el acta de mi abuelo Adrián Yupanqui. Descubrí que al parecer no fue la bisabuela quien cambió el apellido a sus hijos, sino los mismos hijos que decidieron cambiarse el apellido porque lo cambian en la partida de defunción”, agrega.
Por otra parte, su abuela materna Rufina, más conocida como Rufi, llegó al departamento de Lima hablando puro quechua, con trenzas y pollera (falda de tela gruesa, amplia, holgada y fruncida), y vivió en carne propia la discriminación. “Tuvo acá que trabajar de empleada, escuchando todas las cosas que le decían, un montón de frases racistas. Me acuerdo me contó que trabajaba en una casa en Punta Hermosa (distrito) y el niño que cuidaba la molestaba por cómo se vestía y como hablaba”, manifiesta.
No obstante, antes de la pandemia de la COVID 19, Alessandra desconocía de dónde era su abuela específicamente. “Le pregunté y descubrí que es de Chumbivilcas (provincia) y me topé con un montón de manifestaciones culturales de su tierra que me llaman muchísimo la atención. Por ejemplo, allá es costumbre cada 25 de diciembre celebrar el takanakuy, que es una festividad donde la gente soluciona sus problemas a golpes”, comenta entusiasmada.
Takanakuy es una palabra quechua conformada por los vocablos Taka que en castellano significa «golpear con los puños», y nakuy traducido como “hacerse mutuamente algo”.
Esta festividad tiene orígenes pre incas y el día central de celebración es el 25 de diciembre. En ella, los pobladores de regiones como Cusco, Apurímac, Huancavelica y Arequipa expresan la resistencia de los pruebas originarios. Tiene personajes pintorescos como el negro, el majeño, la langosta o qara capa, el qarawatana y el q’ara gallo.
En el takanakuy se pelea para resolver algún conflicto que se haya tenido a lo largo del año como un robo, una disputa amorosa, por amistad o para colaborar con la defensa de un pariente.
Por otro lado, Alessandra cuenta que se sentía tan encerrada que le entró una nostalgia o como una añoranza de sierra, de andes y se preguntaba así misma “¿qué hago aquí en Lima?’. Ahí fue que llamé a mi abuela por teléfono, en plena pandemia, y le dije, `mamita ¿por qué has venido a Lima?’. De pronto, lo que para mí era una pregunta desde la añoranza de estar en un lugar más bonito, esa pregunta desató que mi abuela me contara historias muy difíciles y muy duras de porqué ella había venido acá (Lima)”, relata.
El desigual desarrollo del Perú ha acentuado las diferencias entre regiones y entre las zonas urbanas y rurales, provocando grandes desigualdades. Dentro de esta situación de desequilibrio, Lima Metropolitana ha ocupado siempre una posición de privilegio y primacía; convirtiéndose en el centro del poder económico y de decisión política del país y provocando un mayor crecimiento de su población provocada esencialmente por las migraciones.
La awilay (abuela) de Ale Yupanqui migró a Lima desde su natal Chumbivilcas (Cusco) en el año 1968. Así, según el INEI, entre 1961-72 la población inmigrante del Área Metropolitana de Lima-Callao creció en 84%, en cifras absolutas hay un aumento de 980,274 inmigrantes.
LA YUPANQUI
Recuerda que, al descubrir su verdadero apellido, su mamá le indicó que no comente la historia porque esta ya estaba enterrada. “Cuando me dijo eso, yo sentí que todavía estábamos en esa posición en donde nos sentíamos avergonzados por ser o no ser Yupanqui. O sea ese ´no lo vayas a estar comentando´ para mí fue un coméntalo. No está mal que mi mamá haya pensado así porque mi mamá siendo la hija de mi abuela Rufina ha vivido en carne propia lo que es que te serraneen. Entonces, yo entiendo de dónde venía eso, pero sentía que a mí ya no me correspondía seguir cargando con ese lastre”, explica.
Por estos motivos, desde su tribuna virtual, las redes sociales, su misión es concientizar a esas generaciones descendientes de migrantes a portar con orgullo lo que son, lo que representan. “Me da gusto que a veces me encuentro con asnasikis(nombre con el cual se dirige a su comunidad) en la calle y me dicen ´oye me he metido a clases de quechua ́ o hay gente que me escribe y me dice ´le he preguntado a mi abuelita tal cosa y me ha dicho esto, gracias por despertar la curiosidad en mí ́», concluye Alessandra Yupanqui.
A continuación, Ale Yupanqui nos responderá a un breve ping pong de preguntas para la sección 5 preguntas de Punto Seguido.