Foto: Thalia Guerra
Escriben: Ginger Astete y Thalia Guerra
Alejandro Balaguer es fotoperiodista, activista ambiental, documentalista y escritor argentino que ha mostrado gran actividad profesional en América Latina y el Caribe. Sus proyectos son reportajes fotográficos y televisivos, documentales, libros y campañas educativas que invitan a las personas a concientizar sobre el medio ambiente, desarrollo sostenible, la equidad social, pero sobre todo, promueve patrimonios culturales y naturales de América Latina.
En el 2018, el fotoperiodista fue contratado por Gente TVN uno de los principales canales de noticias panameños para llevar a cabo dos temporadas de una serie documental: Voces de la Naturaleza. El proyecto fue realizado en alianza con Fundación Alberto Motta y Fundación Albatros Media. Este año, han renovado el contrato para filmar dos temporadas más. Actualmente, Balaguer se encuentra filmando la tercera temporada de esta serie que se centra en revelar los ecosistemas submarinos de seis archipiélagos panameños que componen el Golfo de Montijo: Isla Colón, Isla Bastimentos, Isla Carenero, Isla Verde, Isla Leones e Isla Perdomo.
¿Qué problemas hay?
Alejandro Balaguer, en su última expedición a las playas del Golfo de Montijo se ha enfrentado a una difícil realidad: la extinción de cientos de kilómetros de arrecifes de coral. Estos arrecifes se componen de colonias de miles de animales invertebrados. Según la Enciclopedia Británica, actualizada en septiembre del 2022, se le puede llamar coral a cualquiera de los “organismos marinos invertebrados que pertenecen a la familia Anthoza (Phylum Cnidaria) que se caracterizan por tener esqueletos, externos o internos, de una consistencia parecida a la piedra”, asimismo, se señala que el término es válido para hacer referencia únicamente al esqueleto de estos seres. Son estas definiciones las bases lógicas de los conceptos coral vivo y coral muerto.
The Reef World, una fundación que trabaja desde hace once años en conjunto con las Naciones Unidas para proteger y conservar las colonias de corales, publicó un artículo en octubre del 2020 donde se detallan varias razones para proteger estos ecosistemas. Entre las razones encontramos que los corales minimizan el daño a las costas cuando hay temporales y tsunamis ya que disminuyen la potencia de las olas a lo largo de su recorrido por el océano; representan la principal fuente de alimento para millones de especies marinas que asimismo evitan el hambre a un gran porcentaje de la población; tienen un rol fundamental en el desarrollo de medicinas; son ecosistemas de gran belleza que atraen a turistas así generando puestos de trabajo y fortaleciendo las economías de los países que los poseen; y se han ganado la etiqueta de “selvas submarinas” por la enorme cantidad de dióxido de carbono que absorben cada año.
Según un artículo del diario El Mundo del año 2016, los arrecifes son responsables de capturar el 25% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2). Contrariamente a lo que muchas personas creen no es la flora terrestre la responsable de eliminar la mayor parte de este gas con efecto de invernadero sino es la de tipo acuática. Según información publicada en la página web de Wildfowl and Wetlands Trust el 10 de octubre de este año, la flora acuática captura aproximadamente setenta veces más dióxido de carbono que la flora terrestre. En una entrevista Alejandro Balaguer nos reveló que entre las principales razones de la destrucción de los corales se encuentra la acidificación y el alza de las temperaturas de los mares, la sobrepesca, la migración de especies invasoras debido al cambio climático y la sobrepesca.
De acuerdo con la información de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos, la falta de regulaciones y de fiscalización en las actividades pesqueras lleva a que esta se realice utilizando métodos poco responsables para asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas marinos. La sobrepesca y la pesca indiscriminada con redes ha ocasionado que la población de peces herbívoros disminuya en el tiempo, así la cantidad de algas, al haberse erradicado a su principal depredador producen la extinción de arrecifes ahogándose.
Otro gran problema para los arrecifes son las poblaciones invasoras como la del pez león, tanto la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) como la NOAA apuntan que son una seria amenaza para los arrecifes. Principalmente esto se debe a que según un estudio acarreado por la NOAA en el 2016 estos peces no tienen depredadores lo cual hace que se reproduzcan rápidamente. Según el estudio el número de su especie creció diecisiete veces en el espacio de 30 años, también destacan que comen más de cien especies de peces distintos y que cien peces león pueden comer hasta 500,000 peces al año. Según la información del gobierno de Panamá en su territorio se encuentra una población de 5000 peces león y representan una amenaza a los arrecifes y a otras especies marinas de tipo “herbívoras” y “limpiadoras” como el pez loro, el pez cirujano, el pez doncella, el camarón limpiador, etc, esto según la ARAP altera las “estaciones de limpieza” de estos ecosistemas lo cual significa una “disminución grave en la salud de los animales que dependen de ellos para mantenerse saludables y libres de enfermedades”.
Asimismo, la falta de acidificación del mar por el CO2 se ha dado durante décadas, ya que es causada por la absorción del dióxido de carbono de la atmósfera. ¿Cómo impacta el CO2 en la acidificación del océano? Esto pasa cuando el dióxido de carbono se disuelve en el agua del mar, lo que hace que el agua se vuelva más ácida y, por tal motivo, el pH del océano disminuye. De acuerdo con el portal Reel Resilience Network, la concentración de dióxido de carbono atmosférico ha aumentado alrededor de 419.05 ppm durante el mes de abril de 2021. Por otro lado, este proceso puede reducir la concentración de iones carbonato. “La reducción de iones de carbonato disponibles es un problema para los calcificadores marinos, como corales, crustáceos y moluscos, que necesitan los iones de carbonato para construir sus conchas y esqueletos” añade el portal Reel Resilience Network.
Finalmente, el blanqueamiento de arrecifes por incremento de las temperaturas se da por los altos niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que terminan por alterar las condiciones en las que viven los arrecifes de coral. Esto aumenta el efecto invernadero y la temperatura del planeta. De acuerdo con Celeste Sánchez, investigadora del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología, el aumento de la temperatura también ocurre en el agua y podría ser uno de los más peligrosos para el coral. Asimismo, el portal Ocean Find Your Blue, señala que “Cuando el océano absorbe todo ese CO2 , ya sea de filtraciones como las de PNG o de la atmósfera, se disuelve y se combina con moléculas de agua para formar ácido carbónico”.