“The last dance” la serie de Netflix y ESPN que narra la pasión de Jordan en la NBA.
Leyenda: Jordan usó tres dorsales durante su carrera: 23, 45 y 12
Fuente: Andina
Escribe: José Luis Góngora C.
No se puede hablar de espectáculo sin mencionar a la NBA y no se puede hablar de NBA si no se habla del jugador más importante de la historia de ese deporte. La National Basketball Association (NBA) no es solo básquetbol, al deporte tienes que sumarle, espectáculo, nacionalismo, pasión, amor, millones de dinero y Jordan. El sitio web “The Athletic” realizó una encuesta a jugadores de la liga de basquetbol americano y se consignó que Michael Jordan fue el mejor jugador de la historia del deporte con más del 70% de votaciones a favor.
¿Cómo no reconocer el trabajo del seis veces campeón de la NBA con los Chicago Bulls, un equipo nulo antes de su llegada?
Tal ha sido el éxito de este jugador que más allá de la película “Space Jam” producida por Warner Bros., la marca NETFLIX, en conjunto con ESPN, decidió incluir en su magnífica lista de series, una en especial basada en la vida del “23”. La serie ha sido un éxito rotundo, publicando dos capítulos semanales y llegando a la cantidad de seis millones de reproducciones en todo el mundo (datos informados por la compañía). Esta serie-documental trata sobre el recorrido profesional de Mike, sus amistades, sus hobbies, sus vicios, su vida personal, pero por sobre todo su mentalidad para llegar a ser el mejor de la historia. Un documental con saltos de tiempo que llegan a dar un sentido más entretenido y entendible en la vida de Jordan, además de los tantos logros del hexacampeón mundial de basquetbol.
La llegada de la leyenda
Jordan fue elegido en tercera posición como jugador de los Bulls de Chicago en el año 1984, en la primera ronda del Draft de ese año. Desde que un joven Mike llegó al equipo, se planteaba retos grandes, hacer ganador al equipo, darle su primer campeonato, etc. Un joven novato de la escuela de Carolina del Norte prometía darle un título a un equipo completamente perdedor. Como se puede apreciar en la serie, él estaba constantemente centrado en ganar y en ser mejor que el resto. En los primeros años de Jordan se realiza un autorrelato donde afirma que no era igual que sus compañeros, no bebía, no fumaba y no tenía vicios, solo tenía afición por ganar. Incluso se cuenta una anécdota que cuando entra al cuarto de hotel ve a sus compañeros rompiendo las reglas y decide retirarse. Sin embargo, desde su llegada se hizo un espacio en el quinteto inicial y logró darle algunos triunfos poco memorables a su equipo.
A nivel individual Mike, promediaba un gran puntaje, los medios de comunicación ya empezaban a hablar de él y el cariño del público era gratificante. La acogida que tuvo del novato de los Bulls fue tanta que gracias a las votaciones logró participar en “El juego de las estrellas” en su primer año como profesional. Además, logró firmar el contrato más caro de la historia con la marca “Nike”, contrato que superaría con creces. En el ámbito deportivo, aunque no pudo llegar a las finales en los primeros años, su mentalidad siempre iba para arriba y buscaba una excusa, hasta lo más mínimo para motivarse y dejar en ridículo a su rival. Cuando Mike estaba motivado, todos eran un esperpento frente a él. Unos años más tarde, al final de la temporada 1987-1988, Jordan logra ganar el primer MVP de la temporada, era el mejor y cada vez más gente se daba cuenta de ello.
No se puede jugar solo
La aparición de Scottie Pippen, su compañero de equipo fue clave, en uno de los capítulos de la serie, se menciona que Pippen fue fundamental para todos los campeonatos que ganó Jordan y que eso no hubiera sido posible sin el trabajo en equipo. Era el complemento perfecto para Jordan en el ataque, ya que en la defensa contaba con Horace Grant, el jugador de las gafas. Ese trío era la columna vertebral del equipo, pero, sin duda alguna, el eje era Michael. Doug Collins entrenador de los “Toros de Chicago” hasta el año 1989, comenta que tenía a Jordan como referente y que él logró que todo el equipo juegue para Mike. Con Collins como técnico, los Chicago Bulls habían logrado sus mejores años en su historia hasta ese momento, clasificando a las fases finales.
El dueño de los Bulls, en el proceso de Collins había incluido al exjugador de la NBA, Phil Jackson dentro del comando técnico, hasta que en 1989 con la derrota de los Bulls en fases finales frente a los Detroit Pistons, Jackson dio el batacazo y asumió como técnico del equipo de Chicago. Entre tanto Mike se veía enfurecido ante las derrotas y le empezaba a coger odio al equipo de Detroit. Odio que perduraría hasta el día de hoy como él confiesa. Asimismo, la llegada de Jackson al banquillo como técnico sería fundamental para los años de oro de los Bulls en la NBA y los 6 campeonatos que lograron obtener.
Durante el año 1990, los Bulls insisten con salir campeones, pero nuevamente los Pistons los dejan fuera en etapas finales tras ganar la serie más reñida del año, según uno de los reporteros de ESPN. “El 23” al mando de Jackson, logró adaptarse a un nuevo estilo de juego. Los Bulls ya no era “todo a Mike”, ahora eran “el equipo” de Chicago. Es de suma importancia entender que la mentalidad de Phill lo que buscaba era encontrar la asociación en el juego, generar triángulos que permitan llegar con facilidad a penetrar el cesto rival.
Los bulls acarician la gloria: El primer tricampeonato
En primera instancia, Michael no se mostraba de acuerdo, pero era cuestión de tiempo, en cuanto empezó a confiar en sus compañeros se dio cuenta de los resultados. Los Bulls eran más que Jordan, pero no eran lo mismo sin él. En efecto, las tres temporadas siguientes (1991-1992-1993) se coronan campeones superando a todo rival que se les opongan, incluso los Detroit Pistons o los Boston Celtics, o los Lakers de un tal “Magic Johnson”, equipos de grandes estrellas. Mike, había logrado lo prometido a base de esfuerzo, trabajo, ímpetu y trabajo conjunto.
En ese proceso, Barcelona recibía los JJOO de 1992, donde formarían el mejor equipo de todos los tiempos en este deporte. La NBA representaría a EEUU en estos juegos y prestarán jugadores para formar el entrañable “Dream Team”. Esta selección americana, conformada por jugadores como Jordan, Pippen, Johnson, Malone, Barkley y compañía obtuvo el oro olímpico en una final contra Croacia, representada por el mejor jugador de Europa, Toni Kukoc quien estaba en la mira de los Bulls. Precisamente en esta última razón, Jordan encontró la excusa perfecta para demostrar su superioridad, dejando como perdedor al croata. Posteriormente sería la premiación y nuevamente Jordan en medio de una polémica de patrocinadores, decide cubrir la marca representativa de USA con la bandera colgada del cuello. Esto demuestra que Mike hacía lo que quería, una mezcla de soberbia y profesionalismo. Muchos de sus compañeros en la actualidad lo tienen presente como un gran referente, pero explican que en ese momento se sentían menoscabados por él. Inclusive hacen referencia que Mike tenía un problema por ganar, era muy competitivo y los medios lo malinterpretan con un problema de ludopatía.
Al final de la temporada 1993, se percibe a Michael como una persona diferente. Tras fuertes acusaciones de ludopatía y complicidad de lavado de dinero, además del asesinato de su padre, “Air” (apelativo que obtuvo con el lanzamiento de sus zapatillas Air Jordan) decidió retirarse del baloncesto y dedicarse al béisbol, otro sueño que había tenido de niño. Así, firmó por los “Red Sox” de Chicago, equipo del mismo dueño que los Bulls. Aunque en sus primeros juegos no destacó en el deporte del bate, posteriormente con mucha práctica logró hacerse de un gran juego. El entrenador de la época comenta (en la actualidad) que, si Mike seguía jugando al béisbol, hubiera sido uno de los mejores de la historia, ya que había logrado algunos bateos impecables e incluso un par de home run´s. Sin embargo, solo duró año y medio, ya que el amor por el deporte de la canasta lo llevaría a regresar a los entrenamientos con los Bulls, todo esto a partir del reto de un compañero al decir que no podría vencerlo.
Uno es ninguno: El segundo tricampeonato
Para el año 1995, 21 meses después de su retirada, Michael regresó al campo de juego esta vez con el número 45 y sin su padre al lado. En el primer partido no le fue bien, los comentarios de los medios caían sobre él nuevamente y lo ponían como un hombre ya derrotado, pero encontró en el comentario de un rival una nueva motivación para demostrar un buen nivel. Aunque en ese año no pudo campeonar la NBA, generó gran expectativa para el año siguiente.
Para 1996, los Bulls fueron de menos a más y “AIR” como pilar de su equipo al lado de Pippen y de un recién llegado, pero experimentado Rodman, llevaron a los Bulls a su primera final, luego del regreso de Jordan. La final fue el día del padre y fue quizá uno de los momentos más emotivos de la serie, el título de la NBA y Jordan llorando en el suelo del camerino recordando a su padre. Luego en la temporada 1996-1997, lo mismo y en el 1997-1998, nuevamente los Bulls repiten el plato, obteniendo 6 títulos en 8 años.
Ese año, 1998, el equipo de Phil Jackson concedió el último baile en el campo de Los Jazz de Utah. La serie fue muy reñida, el equipo venía agotado y se conocía que Kruse, gerente deportivo, había decidido que el equipo tenía que desmantelarse. Sumado a eso, se menciona al inicio de la serie que ya había habido diferencias entre Pippen y Kruse, también Jordan y Kruse, El “23” no le tenía respeto al gerente deportivo, sentía que no se lo merecía y era así, ese era el pensamiento de Jordan, único e incomparable hasta el día de su último baile.
En conclusión, Michael Jordan fue el jugador de mayor relevancia en la NBA, el deportista de la década de los 90´s, el más valorado en su momento y sin lugar a dudas siempre será recordado por su forma de pensar y su gran nivel de competitividad y superación. La serie está basada en estos hechos tan relevantes que muestran a Jordan como una imagen de superación diaria y la prohibida sumisión que un atleta debe mantener a lo largo de su carrera, ese es Mike, “Air”, Michael, el 23 que nunca se rinde.