En una sociedad regida por los cánones de belleza, cualquiera que no se ajuste a las normas estéticas puede convertirse en víctima del body shaming, sobre todo en las redes sociales.
El body shaming puede conducir a la insatisfacción corporal cuando la apariencia de alguien no se ajusta a la imagen que respalda la cultura popular. Foto: Freepik
Escrito por: Adriana Ancajima
Un fenómeno que genera inseguridades y problemas de autoestima, sobre todo entre las personas más jóvenes. El término body shaming se utiliza para referirse a una forma de humillación sobre el cuerpo de otra persona, haciendo que esta se sienta avergonzada por medio de comentarios y críticas hacia su apariencia física. Este fenómeno se da en la mayoría de veces en los círculos cercanos, por parte de familiares y amigos.
El comportamiento tóxico del body shaming se fue viralizando durante los últimos años hasta normalizarse. Hace dos semanas, la cantante pop, Ariana Grande, utilizó su cuenta de TikTok para abordar las críticas hacia su cuerpo: “Incluso si crees que lo haces con buena intención dejemos de comentar sobre cómo lucen los demás. Hay muchas otras formas de belleza y otras formas de verse saludable”.
Los estándares de belleza han nublado la percepción real de la belleza femenina, para el cual se les exige a las mujeres a alcanzar nada más que la perfección. Medaline Palma, influencer y activista afroperuana, conversó con Punto Seguido acerca de su experiencia como víctima del body shaming: “Soy concursante en certámenes de belleza y he recibido críticas sobre mi peso y sobre mi piel con acné. Al inicio, fue doloroso sentirme tan vulnerable con solo ver los comentarios”.
El impacto de las redes
En las redes sociales es más sencillo que se propaguen este tipo de comentarios, sobre todo hacia quienes trabajan como figuras públicas. Los autores del artículo “Beauty ideals, social media, and body positivity” señalaron el impacto que tienen las plataformas sociales sobre la percepción anatómica, el riesgo de desencadenar trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y su potencial positivo para mitigar estos efectos nocivos.
Carla Escobedo, activista del movimiento Body Positive en Chile, conversó con este medio acerca de su experiencia como influencer en Instagram: “Todos hemos experimentado body shaming, independientemente de cuál sea tu peso. Me afectó cuando empecé en redes subiendo contenido de belleza con los Get Ready With Me. La gente me decía que por qué me vestía así si estaba gorda y para mi fue un bajón tener que leer todo eso”.
Desde siempre se han promovido en los medios de comunicación, cánones de belleza corporal a partir del cuerpo delgado y los rasgos caucásicos. Un estudio de la agencia de comunicación estratégica, Another Company, en el que se encuestaron a mujeres de distintos países de Latinoamérica, arrojó que el 78% de las encuestadas se han sentido presionadas por la publicidad de la belleza a seguir estándares relacionados a delgadez, blanquitud y juventud eterna.
Body shaming vs. body positive
Para contrarrestar el avance en la normalización del body shaming, nació el movimiento Body Positive. Este tiene como objetivo mostrar una visión positiva del cuerpo físico, sin importar el tamaño, forma u otros atributos relacionados con la apariencia. Sobre ello, la influencer afroperuana Medalien Palma señaló que ahora su único propósito para continuar es visibilizar la diversidad de los cuerpos femeninos:
“Hago esto por las niñas y por los niños también. Que vean que ellos también pueden ser reinas de belleza con los cuerpos que tienen, con las formas que tienen, con los rasgos que tienen. Es una forma de hacer presencia de que existen otros tipos de cuerpo y a pesar de lo que ponen en las redes, sigo aquí. No me voy a ir”.