Según el último informe disponible (2019) de la Defensoría del Pueblo, el taxi (7%) es el tercer lugar más frecuente donde se experimenta el acoso sexual, detrás de las calles (46%) y los parques (9%). Dicho informe se enfoca únicamente en las víctimas del género femenino.
Escrito por: Darenka Abanto, Diego Aquino, Francisco Calderón y Samia Vilca
¨Para mí no es nada nuevo que un taxista me acose¨. Alexa Carpio, de 21 años, es una universitaria de último ciclo cuyas experiencias en taxis por aplicativo fueron ingratas . La más reciente le ocurrió hace un mes, cuando se dirigía a su departamento desde la casa de sus abuelos. “Yo le dije: es hacia atrás. Él me miró por el retrovisor, yo escuché como se rió diabólicamente y cerró con el control de las puertas. Me dijo «¿qué, ya te quieres ir?» y yo dije: Dios, ya fue.” La gravedad de la situación la dejó temporalmente en un estado de shock “Yo me quedé fría. Lo que pasaba por mi cabeza en ese momento era: algo me van a hacer, sabe Dios dónde voy a terminar. Y lo único en lo que pensaba era… ojalá me encuentren”. Actualmente, el proceso de reclamo y denuncia está ‘en el aire’ porque, aparentemente, la aplicación InDriver no guardó el registro de este viaje, y Alexa —porque estaba nerviosa— tampoco tomó captura de pantalla de los datos del conductor ni de la placa del vehículo. Por lo tanto, la Policía Nacional del Perú (PNP) no tiene a quién imputar el agravio.
Me dijo “antes de bajarte me tienes que dar un beso”. Esa fue la condición que le dio el taxista a Lourdes Razuri Maldonado para dejarla ir. Eran las 5 de la tarde cuando la joven de 17 años salía de la universidad y tomó un taxi para llegar a su casa. En el camino, el taxista entró a una calle sin salida, donde la amenazó con un cuchillo, y la obligó a que se sentara adelante con él. “El señor me empezó a tocar la panti hasta el punto de hacerle hueco. Yo pensaba: ya fue, ya fue todo. Él estaba toqueteándome la pierna y no avanzaba, estábamos en esta calle sin salida, y no había nadie. Me dijo: no te pongas tensa, no hagas nada porque atrás hay otro carro y si te sales te vamos a agarrar peor”, comentó.
Luego de dos horas en la que el sujeto toqueteó indebidamente a Lourdes en las piernas, abdomen y brazos, mientras exigía que le de información de ella y su familia, revisando todos sus objetos personales, le indica que la va a dejar libre. “Me acuerdo que me metió la lengua. Yo solo pensaba: haz lo que tengas que hacer y me bajo. Habrá durado 20-30 segundos porque si fue largo. Fue bastante largo y no entiendo qué clase de satisfacción enferma puede sacar”, aseveró.
Mujeres se exponen al riesgo de acoso sexual al pedir un taxi por aplicativo, siendo ‘InDrive’ la app con menor filtro de seguridad (Fotos: Francisco Calderón)
¿Cómo se debe actuar ante una situación de acoso?
Un caso de acoso es bastante difícil de asimilar y, por ende, de exponer. “Nunca pusimos una denuncia de nada porque yo no quería hablar del tema”, comentó Lourdes. Se ha normalizado que, en estas ocasiones, la gente no sepa qué hacer posterior al acto. La agredida llevó terapia psicológica cinco años después del suceso, habiendo cargado una mochila de ‘piedras emocionales’ por un largo periodo de tiempo.
Según lo comentado por Lourdes, ella no se vio capaz de compartir con alguien lo ocurrido en aquel taxi, y fue después de la terapia que pudo hablar al respecto con sus vínculos más cercanos. A partir de ahí, es importante que la víctima sepa que, si decide no denunciar, tiene el derecho a una atención psicológica gratuita en los Centros de Salud Mental Comunitarios del Ministerio de Salud (Minsa).
Karina Mesia, respresentante del grupo feminista Manuela Ramos, comenta que la policía no siempre está abierta a recibir este tipo de denuncias. Asimismo, señala que el proceso puede ser tedioso y revictimizante. Por esto, agrega que es necesario que una mujer que haya vivido una situación de acoso pueda acceder a una red de apoyo, ya sea de su círculo cercano o de algún colectivo u organización que le brinde acompañamiento. Actualmente existen diversas agrupaciones feministas que ayudan a víctimas que sufrieron acoso, y les dan orientación sobre la forma de denunciar y acogida en el proceso, tales como DEMUS PERU, CMP Flora Tristán y Awqa Feminista, entre otras.
Se puede recurrir también a varias instituciones públicas para denunciar un caso de acoso o violencia hacia la mujer. Entre las acciones posibles está presentar una denuncia en la comisaría, en el Ministerio Público o en los juzgados, y sin necesidad de contar con un abogado, así como acercarse a los Centros de Emergencia Mujer (CEM), donde realizan una guía sobre el proceso. También se puede denunciar de forma telefónica llamando a la línea 105 de la Policía Nacional, o a la línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Finalmente, de forma digital hay acceso a la Plataforma Digital Única de Denuncias o el Sistema de Denuncia Policial de la PNP.
Toda denuncia debe ser aceptada, aunque el que la asiente sea la víctima o un tercero. Si hubiera algún inconveniente, los canales de comunicación de la Defensoría del Pueblo, CEM o Centros de Asistencia Legal Gratuita – Alegra están activos. Si el problema para presentar la denuncia ocurrió en una comisaría, se puede llamar a la Línea 1818 del Ministerio del Interior o ingresar la queja en el siguiente enlace: https://denuncias.mininter.gob.pe/
Al realizar la denuncia se inicia la investigación contra el acusado. Asimismo, la autoridad siempre ha de garantizar la protección del denunciante, y presentar una valoración de riesgos, para evaluar si se necesita tomar alguna medida de protección hacia esta. En algunos casos, podría considerarse llevar a la agredida a un Hogar de Refugio Temporal. Esta valoración es enviada al Poder Judicial, quienes tienen un plazo de 24 horas para dictar las medidas, y es la Policía quien debe hacerlas cumplir.
Filtros de seguridad de los taxis por aplicativo
Diego Lecaros es un conductor en actividad que realiza servicio de taxi en el aplicativo ‘Didi’ desde hace tres años. Sobre los pasos para formar parte de esta empresa, nos mencionó que solo tuvo que presentar una serie de documentos virtuales, sin mayor filtro de seguridad. “Te descargas la aplicación y te piden unos documentos: licencia de conducir, SOAT, tarjeta de propiedad del carro y ya. Después de unos días te dicen si te aceptaron”, relata.
Por otro lado, el taxista Jean Franco Rodriguez, quien cuenta con más de diez años en el oficio, indica que las únicas aplicaciones que le han exigido pasar por un proceso de selección han sido Easy Taxi y Beat. En la actualidad, solo Cabify cuenta con ese proceso, que consiste en un conjunto de charlas. Estas últimas, limitadas a una guía para ser amable con el pasajero, sin hacer mención al respeto del espacio personal o la incurrencia en casos de acoso. Además de ello, parte del proceso de selección consiste en presentar un certificado psicológico y antecedentes penales.
Alexa, víctima de acoso en taxi en distintas oportunidades, nos comenta que cada aplicación le brindó una respuesta diferente al momento de atender a su reclamo. “Uber me reembolsó el dinero y me ofreció una sesión gratuita de terapia. Beat también me devolvió el dinero y retiró al conductor. InDrive, por su parte, solamente me pidió las disculpas del caso”, recalca.
Para conocer más sobre un testimonio, escucha el podcast: