‘Háblame de tus fuentes’ escrito por Luisa García Tellez, recoge el testimonio de veinte periodistas de Latinoamérica y España sobre el tratamiento que se debe brindar a las fuentes en el trabajo periodístico.
Por: Leyla López y Valeria Reyes
Las fuentes son la base de cualquier historia en el periodismo. Luisa García Tellez escribió ‘Háblame de tus fuentes’ con el fin de reflexionar sobre el tratamiento que les brindamos a estas voces en los relatos periodísticos. La autora entrevistó a veinte periodistas de Iberoamérica, entre los cuales se encuentran: Javier Darío Restrepo (Colombia), Alejandra Xanic (México), Carola Fuentes (Chile), Edmundo Cruz (Perú), Hugo Alconada (Argentina) y más. Ellos, relatan parte de sus experiencias en torno al tema central del libro, abordando distintas perspectivas y situaciones que pueden presentarse durante una investigación.
Con solo 26 años, la joven periodista y profesora, inició la que sería su primera publicación, en 2012. Por aquel entonces, el libro era solo un trabajo de tesis.
¿Cómo evoluciona la idea de tesis a libro?
El libro siempre estuvo en mi mente. Cuando acabé la carrera, pensé: ¿cómo puedo hacer que esta tesis sirva y logre ser algo publicable? Entonces, empecé a tomar en cuenta otros países. Creía que una investigación a nivel más regional podría generar un mayor impacto. Ya cuando sustenté la tesis, uno de los jurados me dijo que sería bueno que esta se publicara. Así, lo propuse con el jefe del Departamento de Comunicaciones de la Universidad Católica. Con él, luego de varias discusiones, llegamos a definir qué es lo que se iba a publicar.
Con tus fuentes, ¿tuviste un tratamiento de manera similar a la que buscas presentar en tu libro?
Sí. Tenía en mi cabeza el intento de hacerlo. Aunque, hay características particulares, porque mis fuentes son periodistas. Entonces, ellos conocen cómo es la dinámica de una entrevista y su impacto mediático. Si bien, en general no fue un contacto extenso, lo que sí traté replicar fue esto: de volver a ellas después de la investigación o después que ya estaba terminada la publicación. Eso sí.
¿Crees que los derechos de las fuentes se respetan hoy en día en el periodismo?
Vaya, es que eso varía tanto de persona a persona. No podría decir en general que en el periodismo se respete. Creo sí, que podríamos hacer en general, y me incluyo, un mayor esfuerzo por ser más conscientes de que esas personas adquieren derechos cuando aceptan ser nuestras fuentes. Todos nos podemos dar cuenta cuando estamos siendo justos con alguien y cuando no, o por lo menos cuando estamos haciendo el intento de serlo. Creo que todos tenemos como ese pepito grillo que nos ayuda a saber.
Hay una parte en la que explicas cómo se prepara a la fuente para el día de publicación. Puede que no todos cumplan este paso, ¿a qué crees que se deba?
Nuevamente, creo que no es algo que se pueda generalizar. Pero sí creo que es algo que todos tenemos, y es un poco el miedo a la reacción de la fuente. Incluso cuando el tema no es delicado. Y, es que las relaciones humanas son tan complicadas… que hay que ponerse límites, tampoco nos vamos a poner a hacer drama por cada «cosita». Pero, en verdad sí creo que es entendible y, quizás nos ayudaría un poco más el ser conscientes que los periodistas sí tenemos ese temor: qué va a decir la fuente de cómo yo la retraté.
Justamente en relación con ese tema presentas el caso de Alejandra Xanic donde ella provocó, sin querer, que su publicación tuviera consecuencias negativas para la fuente, ¿has pasado por una situación similar? O, en todo caso, ¿qué harías tú si llegara a sucederte?
Seguramente en algún momento me va a pasar, pero hasta ahora no me ha sucedido. ¿Qué haría yo? Probablemente, igual me sentiría mal; pero, quizás podría remontar más rápido, gracias a estas experiencias que he escuchado de ella y otros periodistas. Esa es más o menos la lógica del libro. No te va a evitar que cometas errores o que pases por estas situaciones que son difíciles, pero, quizás sí te pueden ayudar a que salgas más rápido del gran hoyo en el que estás.
Titulas en una parte: “Los periodistas no somos superhéroes”. Recalcas que los periodistas tienen que hacerse la idea que la publicación no siempre va a traer la solución para las personas. Puede que siempre haya habido un debate en torno a este tema, ¿es que el periodista nunca puede brindar la más mínima ayuda a la fuente? ¿Cómo se debe actuar?
Lo que yo creo es que primero hay que tomar conciencia que nuestra misión no es solucionar los problemas de la gente. Aunque lo quisiéramos, no podemos hacerlo. Y, si lo pretendemos, lo más posible es que terminemos provocando daño. Entonces, por ese lado, tomar conciencia es una manera de resguardar a la fuente. Y, por eso, es importante dejarles en claro que nosotros vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo de recabar todas las aristas de la historia, de hacer la mejor investigación posible, pero, ni eso va a garantizarles que su problema vaya a resolverse. Suena duro, pero es peor que la fuente se haga las expectativas y luego no sucede nada. Se va a caer de más alto y el impacto sería más fuerte.
Otro tema que tocas es el vínculo riesgoso entre amigos y fuentes, ¿te ha ocurrido alguna vez en que ambos títulos encajen en una sola persona?
No. Me ha pasado una vez que una fuente se ha convertida en mi amiga. Y era, quizás, creo yo, la mejor fuente en cuanto a conocimientos técnicos que he tenido hasta ahora. Pero, gracias a que yo ya venía haciendo esta investigación desde antes, pude darme cuenta que cuando se convirtió en mi amiga ya no podía volver a ser mi fuente. Porque lo que escribo en el libro, con base a una recomendación muy útil que da Carlos Eduardo Huertas, es que ambos roles no pueden estar de manera simultánea. Claro, lo ideal es que ninguna fuente tuya se convierta en tu amigo pero también hay que reconocer que somos seres humanos y eso puede suceder. En este caso, podría decir que perdí a mi mejor fuente, pero, no es algo a lo que se pueda dar vuelta atrás. Entonces sí, una vez me ha pasado y espero que no me vuelva a pasar muchas veces más. Aunque, creo que he podido manejarlo de una manera en que me siento tranquila.
¿Crees que es importante que el tratamiento de fuentes se tome en cuenta desde el inicio de la carrera de un periodista?
Sí, porque las dudas van a saltar de todas maneras. El momento en que más dudas tiene el periodista sobre cómo tratar a las fuentes, va a ser cuando se inicia. Todas son dudas del tono ético porque la ética se encuentra en cada decisión que tomamos. Está en todo, no es algo que se remita solo a los libros. Por lo cual, es clave que, quienes estén a cargo de su formación, nos demos cuenta de eso y estemos prestos a esta situación, porque es totalmente entendible.
Finalmente, mencionas que se aprende mediante la práctica y el error. Con el tiempo, ¿en algún momento se llega a dominar totalmente el tratamiento de las fuentes?
No creo que nada se logre dominar al 100%. Pero sí creo, porque lo he visto con los entrevistados, que aquellos periodistas que tienen más de 30 o 35 años de experiencia, hay situaciones que las resuelven mucho más rápido. Tantas veces han realizado este ejercicio que ya tienen muy claros los criterios con los que toman las decisiones. Sin embargo, como la realidad es infinita, siempre va a haber la posibilidad que estén ante una situación que les tome mucho más tiempo la resolución, que les acarree más dudas. Pero, también está claro que cuanto más años de experiencia tengas es altamente posible que decidas mucho más rápido.