La industria del entretenimiento da un giro revolucionario con transmisiones en vivo, permitiendo disfrutar de presentaciones sin traer artistas de renombre a Lima. Juan Carlos Martínez, investigador en Historia del Cine, analiza este tema y su impacto en la escena local. Vive una experiencia única desde tu butaca.
Redactado por Johana O’Phelan.
Los conciertos en pantalla grande son la nueva apuesta de las cadenas de cine para atraer audiencia. Transmitiendo conciertos en vivo o grabados de artistas reconocidos, buscan combinar la emoción de un show vía streaming con la comodidad de la sala de cine.
Las estadísticas de Cineplex S.A., dueña de la cadena Cineplanet, de finales del 2022: durante ese año, el sector de las salas de cine facturó 339.5 millones de soles por encima de los 94.5 millones recaudados en 2021. Sin embargo, aun el cine se está recuperando del estado estático que dejó la pandemia, y esta propuesta de transmisión los podría estar ayudando.
El docente e investigador en Historia del Cine, Juan Carlos Martínez, opina que esta es una alternativa muy interesante que las cadenas han decidido incluir como respuesta a una necesidad desatendida de los fanáticos. “Vas a tener la oportunidad de ver a tu grupo, casi como si estuvieras en vivo… Con un grupo de gente, con un buen sonido, con una buena pantalla”, explica.
Las cadenas de cine, al incluir este nuevo contenido audiovisual, estarían brindando una experiencia única. Ya no solo transmiten películas sino también una alternativa beneficiosa para ellos y el público. Una opción innovadora fortalecida a raíz de la pandemia, que, según el diagnóstico de sector “cines” de la Universidad de Lima del 2021, la cadena Multicines UVK fue una de las pioneras en explorar en el Perú.
A la distancia igual hay emoción
“La tecnología se ha convertido en un mediador. Ya no es tan descabellado ir a un concierto en una sala de cine”, afirma Martínez. Si bien las películas han sido el contenido tradicional de las salas de cine, el propósito de estos espacios es causar una serie de emociones en el espectador, que ahora también pueden generarse mediante los conciertos. “Hay un intento ya no tanto de contarte la historia, sino de que la sientas”, dice Martínez sobre el cambio de las tendencias a partir de esta nueva apuesta.
En noviembre de 2019, la Oficina de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud presentó un informe el cual fue citado por la Fundación Santo Domingo en un blog sobre los cines como generadores de sentimientos. En él, se reconoció lo relevante que es ver una película o ir a un concierto, ya que ambos pueden producir una conexión con nosotros mismos que revitaliza y disminuye la ansiedad y el estrés personal.
La tecnología ha ayudado al cine, especialmente, a lograr el objetivo antes mencionado. Porque los conciertos, como indica Martínez, son proyectados en pantallas 2D, 3D, 4D, 4DX, Prime, IMAX, donde las dimensiones favorecen al espectáculo musical, sumado a un mejor sonido, y con precios que varían usualmente entre los 20 y 70 soles (depende de la cadena). “Es importante la experiencia del usuario”, precisa el investigador.
Aliados de la industria musical
Además de la accesibilidad que otorga el cine, a partir de la tecnología, las cadenas están dando la posibilidad de que los artistas extranjeros puedan mostrar su música en países descartados de su agenda oficial. “Muchos grupos enormes descartan Perú [en sus giras mundiales] por un tema de costo”, explica Martínez. Sin embargo, con esta nueva estrategia de los cines, el beneficio pasa a ser compartido.
El organizador de conciertos Coqui Fernández ha reconocido, en una reciente entrevista en el canal de Youtube del comunicador Carlos Orozco, la dificultad que tienen los promotores para traer a músicos al Perú. Fernández explica que el traslado de los equipos es costoso porque tienen que cruzar la cordillera de los Andes por tierra, no por avión. Por esta razón, varios artistas solo llegan a visitar Brasil y Argentina.
Una solución alternativa ante esta imposibilidad es la que ofrecen los cines. “Los conciertos en vivo [en una sala] es una herramienta genial para los grupos que no pueden venir a Lima”, recalca Martínez. No se pierde ni la experiencia colectiva, ni la presentación del artista. Más bien, en las salas de cine, el show perdura en la mente de los espectadores con otro tipo de sensaciones.
Por lo tanto, este novedoso atractivo tiene un potencial considerable. Es económico, accesible, efectivo y beneficioso para las cadenas de cine, los usuarios y la industria musical. Una experiencia visual y auditiva mejorada, que, cada vez, empieza a tener más seguidores entre los peruanos.