El consumo de dexametaxona y antibióticos aumentó en 70% durante la pandemia, afirma Cecilia Agurto, jefa del servicio de infectología del Hospital Alberto Sabogal, de EsSalud.
Escribe: Erick Torres
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El uso de medicamentos sin prescripción médica sigue en aumento. EsSalud reportó que aumentó entre 50% y 70% el uso de corticoides y antibióticos a nivel nacional en lo que va de la pandemia. Su consumo indiscriminado podría causar mayores complicaciones a los pacientes con covid-19, advierten expertos. Sin embargo, estudios recomiendan su uso exclusivo en pacientes graves.
En una nota de prensa, Essalud informa sobre el aumento de casos graves por infección en personas jóvenes. Los pacientes llegaban con un cuadro crónico de infección por coronavirus. El factor común entre ellos fue la automedicación: el consumo de dexametasona y otros corticoides llevaron a la propagación rápida de la enfermedad a pesar de ser personas saludables, sin comorbilidades físicas o enfermedades previas. Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, los corticoides son las hormonas producidas en la corteza suprarrenal y son usados principalmente para suprimir el sistema inmunitario.
Al respecto, Rafael Rosales, médico general del policlínico EsSalud-Chincha, afirmó que el aumento del uso de corticoides está contraindicado en las primeras etapas de la enfermedad. «Hace que el proceso inflamatorio que provoca el virus aumente, el cual puede llevar a hacer la enfermedad más grave», afirmó. Asimismo, asegura que la reacción del cuerpo ante la infección dependerá de las condiciones de salud de cada paciente.
Según el estudio “Uso de corticoides en el tratamiento de pacientes con covid-19” del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación de EsSalud, no existen evidencias suficientes que demuestren la eficacia del uso de corticoides en pacientes leves. Asimismo, indica que los estudios realizados sobre la efectividad de este medicamento para combatir otras enfermedades relacionadas con el coronavirus están en duda. No genera la respuesta esperada para ser usado como tratamiento de enfermedades respiratorias tales como el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), ni influenza, por lo que su uso es limitado.
Si bien el uso de corticoides para pacientes iniciales o leves está deslegitimado, en pacientes graves está siendo evaluado. La Universidad de Oxford realizó un estudio preliminar que indica que el uso de corticoides reduce el riesgo de muerte de los pacientes más afectados por el virus. A pesar de estos resultados, la casa de estudios asegura que deben ser tomados con cautela al necesitar más evaluaciones que determinen finalmente su efectividad.
Dicho reporte indica que los corticoides tienen propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas. Además de ser de fácil acceso debido a su masificación y uso en otro tipo de tratamientos. En conferencia de prensa, la doctora Cecilia Augurto, jefa del servicio de infectología del Hospital Alberto Sabogal, aseguró que la dexametasona cumple su función en la segunda fase inflamatoria, es por ello que se permite su uso en pacientes graves. Según el portal MedlinePlus, la dexametaxona es un corticosteroide utilizado generalmente para tratar inflamaciones, derivados de artritis, alergias y asma.
En la misma línea, respecto al uso de corticoides en pacientes graves por covid-19, la Organización Mundial de la Salud elaboró un estudio detallado titulado Corticosteroides para el tratamiento de la covid-19. En él, se determinó una reducción en la mortalidad de pacientes graves en un 6.7% gracias al uso de este medicamento. Dicho estudio ratifica lo expuesto por la Universidad de Oxford al asegurar que el uso de dexametasona ayuda en reducir el número de muertes de los pacientes.
Conforme avancen los estudios de este tipo de medicamentos, es importante seguir las recomendaciones para evitar el contagio y la propagación de la covid19: lavado de manos, distanciamiento social y el uso de mascarillas en lugares públicos. Tanto la OMS, EsSalud y otras instituciones médicas enfatizan en la inexistencia de medicamentos milagrosos que curen o prevengan el virus. Además, la automedicación pone en riesgo la vida de las personas, no solo por este virus, sino por otras enfermedades que necesiten tratamiento médico.