El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado a tiros el pasado 7 de julio. Crisis política, inseguridad ciudadana y altísimos niveles de pobreza golpean a Haití, y no hay quien tome cartas en el asunto.
Escribe: Cayetana Carrillo
Jovenel Moïse ganó las elecciones del 25 de octubre del 2015, con el 32% de los votos y con solo un 28% de participación. Como estallaron denuncias de fraude, no asumió y tuvo que convocar otra elección en noviembre del 2016, donde obtuvo el 55% de votos. Moïse asumió la presidencia el 7 de febrero del 2017 y enn enero del 2020 el Parlamento fue disuelto, se gobernaba por decreto con represión.
Además, el mandatario no tenía reconocimiento de la población y se le culpaba de los altos niveles de criminalidad. Expertos aseguran que el crimen y los secuestros incrementaron en los últimos años en un 200%.
UNA HISTORIA TURBULENTA
Para entender la crisis actual de Haití, es necesario regresar a sus inicios como nación. En 1804 una revuelta de esclavos liderados por Toussaint Louverture lo convirtió en la primera nación independiente en América latina y el caribe, y la primera en el mundo en abolir la esclavitud. Punto Seguido conversó al respecto con Ramiro Escobar, periodista y analista internacional. “Haití fue el único lugar del mundo donde se formó una república de esclavos a partir de una rebelión. Fue algo sorprendente e inusual para la época. Por ser un suceso escandaloso para quienes creían que la esclavitud era normal, les hicieron pagar una indemnización por su independencia. Fue una carga adicional para las dificultades que tiene cualquier república naciente.”, señala Escobar.
El rechazo internacional provocó un bloqueo económico y diplomático. Haití se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de francos para poder ser reconocidos por la comunidad internacional como nación independiente. Esta deuda se terminó de pagar luego de 122 años, en 1947, según el diario El País.
Desde entonces Haiti ha vivido una serie de conflictos políticos. Gobernó un emperador dos veces, en el siglo XIX, y luego siguieron tres períodos republicanos. En el último gobierno de 1957 a 1986 estuvo al mando la dinastía de los Duvalier, Francois y Jean Claude. En ese periodo 60,000 haitianos fueron víctimas de torturas, asesinatos y desapariciones. En 1986 un levantamiento popular puso fin a la dictadura familiar.
Desde 1986, Haití ha tenido 20 gobiernos en 35 años y a ninguno se le puede considerar estable. Hoy Haití es el segundo país más corrupto de América después de Venezuela. “Haití desde el comienzo fue un territorio turbulento, que nunca tuvo una ayuda real para edificar un Estado que se sostuviera en el tiempo”, comenta Ramiro Escobar.
ESCÁNDALO DE PETROCARIBE
La Corte Superior de Cuentas de Haití envió en junio del 2019 al Parlamento el informe final sobre la investigación que realizó por supuestos actos de corrupción en torno al manejo de los fondos del programa Petrocaribe, por el cual Venezuela suministra petróleo a precios más bajos. Esta investigación demostró que una compañía de Jovenel Moïse, recibió millones de dólares para la ejecución de varios proyectos que no se llevaron a cabo, explica Agencia EFE.
En el 2020 fue publicado otro informe que denuncia el manejo fraudulento e ilegal de unos 2,000 millones de dólares de ayuda proveniente de Venezuela, entre 2008 y 2016. El documento señalaba al difunto mandatario de estar en el centro de un esquema de desvío de fondos antes de asumir el cargo.
Cuando se conoció el escándalo, se desataron protestas populares exigiendo la dimisión de Moïse, pero, como explica la agencia France 24, hasta el día de hoy no se ha iniciado un proceso judicial contra altos funcionarios del gobierno vinculados al escándalo de PetroCaribe.
TERRITORIO EN RUINAS
Pero Haití no solo ha sido golpeado por continuos conflictos políticos, los desastres naturales han dejado al país en una situación aún más vulnerable. El 12 de enero de 2010 un terremoto de magnitud 7 dejó más de 300,000 muertos, 35,000 heridos y destruyó más del 60% de la estructura sanitaria en el desastre. El mundo conmocionado por el desastre puso los ojos en Haití, pero gran parte de las donaciones del extranjero nunca se tradujeron en mejoras a la población por la corrupción y la falta de organización.
Luego del terremoto, desechos de una estación de la ONU contaminaron de cólera el principal río de Haití, generando una epidemia que cobró la vida de 10 mil personas y enfermó a más de 600 mil. Según France 24, en 2016 la ONU pidió perdón por lo ocurrido, luego de negar responsabilidad por todos esos años.
En 2016 el huracán Matthew dejó más de 500 muertos y 2 millones de damnificados. Hoy, el país sufre altos niveles de deforestación, solo le queda un 4% de los bosques originales y esto lo hacen más vulnerable a los frecuentes huracanes caribeños. “El país es vulnerable a los desastres de origen natural debido a su inestabilidad política, la corrupción, la división social, etc. Cuando no tienes un estado sólido o más o menos estable no tienes prevención ante los terremotos”, explica el periodista Escobar.
Además, el 14 de agosto de este año un terremoto de 7.2 grados dejó al menos 2,100 muertos. 300,000 personas quedaron sin hogar y muchos hospitales colapsaron. Actualmente muchos haitianos viven sobre los escombros de sus casas. Las Organización de las Naciones Unidas hizo un llamado para recaudar más de 187 millones de dólares de ayuda humanitaria para Haití, ya que las autoridades locales calculan que cerca de 650,000 personas necesitan recursos para sobrevivir de manera urgente.
EL PAÍS MÁS POBRE DE AMÉRICA
Según BBC News, de los 11 millones de habitantes, el 60% vive en la pobreza y el 24% en pobreza extrema. Un cuarto de la población haitiana padece hambre y la ONU advierte que debido a la pandemia el número de niños en desnutrición podría duplicarse.
Estamos frente a un Estado inestable que necesita el apoyo de organismos internacionales “Es lo que en una de las corrientes de la ciencia política se llama un Estado Fallido. Un Estado que no controla bien su territorio, que no puede proveer servicios a la población, que no maneja el aparato estatal”, comenta Escobar.
Luego del magnicidio de su último presidente y de las graves consecuencias que se están sufriendo por los desastres naturales, el futuro de Haití es muy incierto. Ramiro Escobar señala dos puntos importantes para mejorar el rumbo del país: “Tendría que haber una gran operación de ayuda internacional a nivel económico y social, y tiene que haber en el mismo país un liderazgo político que pueda recibir esa ayuda y manejar el país”.