La restricción por género decretada por el Gobierno peruano durante la cuarentena, tuvo que ser eliminada tan solo una semana después de haber sido implementada. ¿Cuáles son las razones que explican su poco éxito?
Escribe: Nicolas Rosales
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Perú, un país en desarrollo con una población en vulnerabilidad, donde el sistema de salud pasó a un tercer plano, se juega el mayor partido de su vida tras la llegada del covid-19. Un virus sin precedentes con más de dos millones de casos positivos y que lleva cobrando las vidas de casi 160 mil seres humanos a nivel mundial.
El Presidente de la República, Martín Vizcarra declaró la cuarentena desde el día 16 de marzo del 2020 hasta que se controle de a pocos el virus. Mas, a pesar de ello, se seguían viendo cuantiosas aglomeraciones de personas en todos los distritos de Lima.
Es así que el día 4 de abril, Vizcarra declara una nueva modalidad de cuarentena que consistía en segregar a las personas por su género para controlar las salidas a la calle. De esta forma, los hombres podían salir lunes, miércoles y viernes; mientras que las mujeres lo hacían martes, jueves y sábado. Los domingos, en cambio, todo debían permanecer en sus casas.
Como muchos lo sospechaban, esta medida no tuvo éxito y se anuló el 10 de abril a menos de una semana de haber sido decretada.
Un motivo muy controversial porque el cual no funcionó esta restricción fue la discriminación de género. A pesar que el Gobierno peruano ordenó enfáticamente a la Policía y Fuerzas Armadas respetar la identidad de género durante esta disposición contra el virus, la norma significó una oportunidad más para que las personas transgénero sean violentadas por las fuerzas del orden.
No era necesario, entonces, que el género coincidiera con la identidad designada en su DNI. Sin embargo, solo en el primer día de circulación exclusiva de mujeres hubo al menos 30 casos de discriminación a mujeres trans por las fuerzas del orden, según indicó la activista y política transgénero Gahela Cari, una de las primeras en expresar su «profunda preocupación» cuando se anunció la segregación.
Uno de los casos fue el ocurrido en Bellavista, en el que se llevaron a la comisaría a personas transgénero. Existen videos, los cuales fueron mostrados en los noticieros, de la burla que los policías ejercieron sobre estas personas. Bajo la justificación de que se trataba de un castigo, los efectivos de la policía obligaban a las personas trans a realizar “ranas”. Todo esto mientras les hacían repetir la frase “Quiero ser un hombre”. El regidor de la Municipalidad de Lima, Manuel Siccha, calificó el hecho como un acto de “transfobia institucional”.
Un segundo motivo, fueron los marcados roles de género que existen en nuestro país. Ya que el salir a hacer la compra para la comida del día se considera una actividad principalmente de mujeres, los días que solo ellas podían salir había mayor aglomeración de personas. Esto fue incluso peor cuando se anunció que el Jueves y Viernes Santo nadie podría salir de sus casas. Es así que el martes, las mujeres salieron masivamente a realizar las compras para abastecerse para el fin de semana santo, poniendo así en mayor riesgo de contagio a esta población.
Un tercer motivo es la falta de educación, cultura y empatía. Se pudo evidenciar que los días que le tocaba salir al género masculino, salían mujeres a comprar alegando ante las entrevistas de un reportero que no había escuchado el mensaje presidencial; y cuando debían salir las mujeres, eran los hombres quienes salían de la misma manera sin un motivo justificado. Aún más grave es cuando las personas salen totalmente sin descaro alguno a transitar por las calles solo por el hecho de poder salir.
Por todas estas razones es lógico que el presidente Vizcarra, el Ministro del Interior y los que se encuentra en el comando de dirigir esta pandemia se sientan indignados y digan: Esto no está funcionando.
Todavía la falta de información o seriedad de una pandemia mundial lleva a muchos ciudadanos a infringir las normas sin saber que no solo ponen en peligro sus propias vidas sino la de las demás también. Mientras la inconsciencia sigue siendo pan de cada día, Perú ya cuenta con más de 10 mil casos y se han perdido 230 vidas por el coronavirus.