De izquierda a derecha: Úrsula Freundt-Thurne, Decana de la Facultad de Comunicaciones de la UPC; Sergio Herrera, primer puesto de la Carrera de Comunicación y Periodismo en el periodo 2023-02 y Rossana Echeandía, Directora Académica de Comunicación y Periodismo.
Sergio Herrera tuvo el honor de pronunciar el discurso de despedida en la ceremonia de graduación de las Carreras de comunicaciones de la UPC. Paula Rivera Cárdenas y Diana Sánchez Bustamante se graduaron en el programa de la Universidad de Arizona. Además, la Directora Académica de la Carrera de Comunicación y Periodismo brindó sus reflexiones sobre este día tan trascendental.
El pasado sábado 2 de marzo, en el campus Villa de la UPC, se llevó a cabo la esperada ceremonia de graduación de los alumnos de las Carreras de Comunicación y Periodismo, Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos, Comunicación y Fotografía y Comunicación e Imagen Empresarial.
En esta importante celebración, un destacado alumno de la Carrera de Comunicación y Periodismo tuvo el honor de pronunciar un discurso representativo en nombre de los cientos de estudiantes que se encontraban presentes en uno de los días más significativos de sus vidas profesionales.
Sergio Herrera, quien ocupó el primer puesto en su Carrera durante el período 2023-1, y fue galardonado en múltiples ocasiones por sus destacadas notas y crónicas periodísticas, además de representar a la universidad en la delegación del CADE Universitario, subió al escenario para dirigirse a las autoridades académicas, los graduados y sus respectivas familias con un sentido discurso que finalmente fue gratificado con grandes aplausos.
Rossana Echeandia, Directora Académica de la Carrera de Comunicación y Periodismo, estuvo presente en la ceremonia solemne. La autoridad académica resalta que esta promoción de graduados fue la más numerosa de la historia de la Carrera, con 93 egresados. Además, comenta los motivos que llevaron a las autoridades a elegir al destacado estudiante Sergio Herrera.
“Su participación en diversas actividades e iniciativas de la Carrera nos permitieron conocer su capacidad reflexiva, su profundidad, lo que se necesita para escribir un discurso tan bueno como el que pronunció en representación de todos los graduandos. Escucharlo fue muy emocionante. Supo hacer llegar un mensaje potente y estimulante a sus compañeros. A los padres e invitados que asistieron, tanto como a las autoridades de la Facultad de Comunicaciones y del Vicerrectorado que participaron en la ceremonia, nos causó una gran satisfacción ver en su discurso que sí se trata de jóvenes preparados para salir al mundo y hacer un buen trabajo, para dejar huella”, comentó la Directora Académica.
En relación a esta nueva etapa de los recién graduados, Rossana Echeandia comparte el siguiente mensaje: “Hagan honor a lo que han aprendido, lo que han cultivado durante sus años de estudiantes universitarios para ser esos periodistas recios, amigos de la verdad, que se necesitan. Ya no son los mismos casi adolescentes que entraron a la universidad tal vez un poco temerosos, pero llenos de sueños; ahora son jóvenes de cuyo trabajo dependerá esa vigilancia honesta. Seguir creciendo y cultivándose será parte del ejercicio de su profesión para que nadie los engañe, para que sean capaces de contribuir con su comunidad, su ciudad, su país”.
El desafío de escribir un discurso que represente a todos
Días después de la ceremonia, Sergio revela cómo se sintió al momento de recibir la noticia de que sería el encargado de dar el discurso de despedida: “Bueno, para empezar, me sentí bastante emocionado, satisfecho, orgulloso, porque la verdad es que simboliza bastante. Reconocer que has dado un gran esfuerzo a lo largo de tu Carrera, que lo has hecho bien, pero sobre todo, que le has puesto pasión, que no te has equivocado al escoger tu Carrera”.
Asimismo, Herrera cuenta que escribir el discurso fue un gran desafío, pero que lo realizó con el más alto honor. “Es un discurso que representa a varios alumnos de varias Carreras, tienes que ser bastante justo al momento de representarnos a todos, no únicamente hablar de tu experiencia, sino que represente lo que en verdad ha sido el sentir de cinco años de estudios. Y lógicamente, también hay que destacar que no fueron cinco años convencionales para la mayoría porque hubo una pandemia de por medio que se llevó la presencialidad en más de la mitad de nuestro tiempo en la universidad”, reflexiona.
Mención especial a los graduados por la Universidad de Arizona
El 26 de febrero, Paula Rivera Cárdenas, estudiante de Comunicación y Periodismo se graduó junto a un grupo de estudiantes de otras carreras universitarias en el programa de la Universidad de Arizona.
Además, Diana Sánchez Bustamante, también de la misma Carrera, completó su Maestría en Global Media en la misma universidad.
Este logro resalta el alto nivel académico y la preparación internacional de los estudiantes de periodismo de la UPC, demostrando su capacidad para competir en las mejores instituciones educativas del mundo.
Lee aquí el discurso completo de Sergio Herrera en la ceremonia de graduación.
«Buenos días, señor Rector, señores Vicerrectores, Decanos, Directores de Programa, profesores, alumnos, compañeros, familiares, amigos e invitados presentes.
Finalmente, alcanzamos la meta soñada. Aquella que parecía tan difícil, tan lejana. Pero aquí estamos presentes junto a nuestros seres queridos y con el futuro a nuestros pies. Porque recibir un título no solo te certifica como profesional, sino como un vencedor de múltiples batallas personales. Desde aquel instante en que decidiste tu carrera, porque te apasionaba o si no la conocías del todo, te preguntaste, ¿por qué no? Y diste el primer paso.
Luego, comenzó la vida universitaria y tuvimos que quemar etapas: dejar atrás los años escolares para asumir cursos y horarios demandantes. Formar nuevas amistades y lidiar con grupos de trabajo complicados. Dedicarle tiempo a la vida personal y académica sin que ninguna afecte a la otra. Pero así, avanzamos, con victorias y derrotas de por medio. Con calificaciones positivas o negativas, con personas que se quedaron y otras que se fueron.
Ahora estamos aquí reunidos y debemos agradecer que sea así. Porque hace un par de años no habría sido posible. Una pandemia nos tomó por sorpresa y dejó una huella indeleble en nuestras vidas. Nos confinó en nuestras casas, nos apartó de nuestros amigos y profesores. Nos obligó a replantear los estudios y a comprender que en este mundo nada está escrito. Que los cambios llegan sin aviso y que solo debemos aceptarlos y tomar un plan B. Porque aquellos años vinieron cargados de dificultades económicas, pérdidas familiares y, sobre todo, muchas preguntas que apuntaban al futuro. ¿Cómo el mundo y el Perú saldrán de esta crisis? ¿Cuál será el rol que nuestras carreras tendrán en este nuevo mundo digital?
Cada uno de nosotros siguió una lucha personal, marcada por esta crisis. Desde el estudiante que asistió a sus clases virtuales desde otra región hasta el que estuvo confinado durante varios días en su cuarto por el virus. Pero aquí estamos. Porque en el camino hubo perseverancia, disciplina y, sobre todo, resiliencia. Esa virtud que nos demuestra que en la vida hay golpes fuertes, sí, pero voluntades que resisten con firmeza.
Por supuesto, no estuvimos solos en este recorrido. Aquí tenemos amigos que se convirtieron en compañeros de ruta. Personas que compartieron risas y adrenalina a partes iguales con nosotros. Encontramos profesores que no solo enseñaron teoría y asignaron notas, sino que compartieron sus experiencias y así, se convirtieron en nuestros referentes. Lógicamente, tampoco podemos olvidar a nuestras familias. Nuestro soporte emocional para asumir las responsabilidades de ser profesional.
En definitiva, podemos reunir el esfuerzo personal y el apoyo de quienes nos rodearon, pero la ética no debe dejarse de lado en esta ecuación. Ser transparente en nuestra sociedad es todo un desafío, cuando prima la ley del más fuerte y un culto al tramposo, a quien toma atajos fuera de las normas. O a quien cree que sus mentiras son infalibles, pero tarde o temprano es descubierto. Nosotros como miembros de una generación que algún día tomará las riendas de las empresas y las instituciones del país debe marcar la diferencia. A través de la integridad, la lealtad, el espíritu de cuerpo y el respeto a la diversidad. Además de emitir opiniones con fundamentos y apertura al debate, en lugar de contribuir a la polarización que tanto ha afectado al Perú en los últimos años. Alguna vez nos llamaron la “Generación del Bicentenario” y creo que, si seguimos estos valores, rendiremos tributo a este hermoso calificativo.
Ahora bien, todos cometimos errores en algún momento y tuvimos que repensar nuestras decisiones. A lo mejor nos relajamos en un curso, confiamos en las personas equivocadas o cambiamos de carrera en algún punto. Pero la esencia de los errores no está en la culpa por cometerlos, sino en el aprendizaje. En darnos cuenta que la ruta hacia nuestras metas no es lineal, sino llena de altibajos, así como momentos de borrón y cuenta nueva.
Si volvemos al presente, nos encontramos con un día de felicidad y optimismo, pero también con diferentes perspectivas sobre el futuro. Pueden ser dudas sobre encontrar un empleo, cambiar de rubro laboral o empezar estudios en otro país. Es perfectamente normal, porque como egresados, ahora debemos construir el futuro por nuestra cuenta. Nada está escrito aún, pero si trazamos metas y creemos que aprender estará siempre en nuestras manos sin importar la edad, sabremos afrontar los nuevos retos y oportunidades.
Hoy quemamos una etapa y se abre otra. La nostalgia puede aparecer ante la idea que nunca volveremos a las aulas universitarias en el mismo contexto. Pero los recuerdos y las experiencias siempre vivirán en nosotros e influirán en muchas de las decisiones que tomemos. De ahora en adelante, cada quien tomará un rumbo distinto, pero siempre debe recordar aquella frase icónica de Aristóteles: “La virtud no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en querer lo que uno hace”.
Muchas gracias».