Escrito por: Jorge Ramos
Los ataques cibernéticos comienzan a tener mayor participación a la hora de amedrentar a los estados enemigos, aunque aún no son consideradas indispensables a la hora de atacar a los países enemigos.
En la última década se ha especulado mucho sobre la participación de la tecnología en los conflictos bélicos. Si bien es cierto, este recurso ha sido utilizados en su mayoría por bandas criminales con la finalidad de robar inconmensurables montos de dinero a empresarios o multinacionales, pero también se ha utilizado para filtrar información privada de gobiernos e intentar desestabilizarlos, a estas actividades se las cataloga como ciberguerra.
¿Qué es la ciberguerra?
También conocida como guerra informática, la ciberguerra es la acción de usar ataques digitales para dañar los sistemas informativos más esenciales de otro país; esto con el objetivo de lograr desestabilizar la red del gobierno enemigo. Para poder concretar esta arremetida es necesario el uso de malwares o virus informáticos, que pueden destruir el sistema de centros hidroeléctricos o filtrar información de próximos ataques de las fuerzas armadas del contrincante.
¿Es legal utilizar ciberataques en una guerra?
El ciberespacio o ciberinfinito resulta aún ambiguo para resoluciones jurídicas sobre su legalidad de uso en medio de conflictos bélicos. Los derechos humanitarios internacionales limitan los efectos de los conflictos armados y protegen a las personas que no participan de ello, pero todo esto se reduce a un territorio en específico: las áreas limítrofes de los estados. Este concepto no engloba al ciberespacio. Según el académico en derecho internacional, Michael N. Schmitt los ciberataques tienen un vacío legal que les otorga libertad de acción en defensa y, en ocasiones, este concepto se utiliza para evadir responsabilidades de las consecuencias.
¿Puede un ciberataque desestabilizar a un país?
En los últimos años los ciberataques han logrado penetrar los sistemas de seguridad de gobiernos enteros. Estonia, uno de los países pioneros en la creación y desarrollo del estado digital, en el año 2007 sufrió un ataque que colapsó las redes del sistema de gobierno, afectado los procesos burocráticos del país. Entre el año 2015 y 2016, Rusia dirigió sus primeros ataques en contra de Ucrania a través de malwares informáticos; los hackers rusos se infiltraron en su red eléctrica y lograron dejar a más de 230,000 ucranianos sin fluido eléctrico en pleno invierno. En el año 2019, España sufrió un total de 36 ciberataques considerados críticos, y se presumen que entre 20 y 22 de ellos fueron perpetrados desde otros estados. Eusebio Nieva, director técnico de Check Point afirma que: “los ciberataques disminuyen el nivel de servicios de manera importante durante mucho tiempo. En general, los sistemas eléctricos y de agua son los más precarios, por ende, los más vulnerables”. En una era que digitaliza la data de la población en la nube, los sistemas médicos también resultan frágiles ante un ataque informático. Si en un país la información médica, las conexiones eléctricas y la distribución de agua está digitalizada, es más sencillo desestabilizarlo y lograr que sea endeble ante invasiones militares. El ciberataque se convierte en el arma más valiosa de los ejércitos a nivel mundial.
Las armas cibernéticas
Los ransomwares son una de las fuentes que generan más problemas tanto para empresas como para usuarios particulares. A través de ellos se puede obtener dinero de forma ilegal mediante el secuestro de datos, pero no solo es utilizado para ello, sino que mediante esta estrategia también puede causar el caos en los sistemas de registro de los gobiernos. Dentro de una ciberguerra el uso de ransomware es diseñado para destruir información importante. Los hackers utilizan los resultados de este ataque para crear estrategias de invasiones territoriales o ataques aéreos. También tenemos los ataques DDoS, los cuales se producen por medio de un virus informático que localiza vulnerabilidad o fallo en los equipos informático y esto permite que los hackers puedan adentrarse en los sistemas informativos y producir lo que se cataloga como ataque de día cero; si esto llegase a suceder en algún país en medio de un conflicto bélico, los ciudadanos de a pie y las ciudades importantes de ese estado serían un blanco fácil para cualquier ejército.
La ciberseguridad es necesaria
Hace un año la Unión Europea planeó un proyecto de defensa cibernética junto a la OTAN con la intención de limitar los efectos de ataques informáticos. Muchos países expresaron su negativa en cuanto a la necesidad de invertir en este proyecto y la propuesta fue archivada. Sin embargo, con las recientes actividades en territorio ucraniano y el frecuente hostigamiento de los hackers rusos, aceleró la firma de este plan en convenio e iniciaron sus actividades de protección solo con el gobierno de Ucrania, debido a la situación en la que se encuentran. Este designio tiene como premisa que a través de las estrategias de ciberseguridad se logre proteger los sistemas de los servicios de primera necesidad y esto, a su vez, concientizar a la población mundial sobre la importancia de una vida cibersegura. La Unión Europea exhorta a los ciudadanos a permanecer pendientes de la información que brindan en Internet y buscan establecer estrategias de protección sobre sus contraseñas en la nube, para lograr un mejor resguardo sobre la data de los gobiernos.