Las edificaciones de la ciudad están envejeciendo y necesitan de estudios internos para darles una mayor vida útil y una mejor calidad de vida a los ciudadanos.
Escribe: Mariaximena Tello y Miguel Ramírez Alba
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La infraestructura de una ciudad es un aspecto esencial que debe estar en constante supervisión por la gestión regional y nacional. Los puentes, por ejemplo, son las principales construcciones que permiten a los ciudadanos ir hacia un punto específico, por lo que varían dependiendo de su función y de la naturaleza del terreno donde son edificados. Sin embargo, estas envejecen, por lo que es necesario aplicarles un mantenimiento para que perduren a lo largo del tiempo.
No obstante, puentes como los que hay en la Panamericana Sur y los que cruzan el río Rímac son las principales estructuras que corren el riesgo de corroerse. Entre los puentes con mayor antigüedad, está el Puente Trujillo, construido sobre el río Rímac, expuesto a la humedad, a lluvias, huaicos. A pesar de ello, ha sobrepasado los 50 años y sigue en pie.
«La vida útil de diseño [de un puente] es de aproximadamente 50 años. Lógicamente, haciéndole un mantenimiento adecuado y un buen estado de conservación, se puede alargar. En Lima y en el Perú en general, hay puentes que superan largamente el periodo de los 50 años», afirma Javier Cornejo, presidente del capítulo de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros.
Por ende, es importante que los puentes que pasen el medio siglo de construcción sean evaluados con estándares actuales, para saber si su uso es seguro o si deberían ser reemplazados por una nueva estructura.
Otra de las causas que deteriora los puentes es la negligencia de los transportistas que llevan carga y sobrepasan el límite de altura. El más resaltante es el puente de las avenidas Brasil y La Marina, en donde han ocurrido el mayor número de accidentes, según el reporte de llamadas de la policía de Lima Este. El último, en enero de este año, dejó veinte heridos.
Una mirada profesional a la ciudad
Para la arquitecta Lobelia Severino, los puentes deberían tener, cada cierto tiempo, un estudio a profundidad. Este implicaría que la Municipalidad de Lima haga un levantamiento del estado actual del puente, en el que se analice la estructura de la torre o pedestal del puente, el tablero (vigas y losas de concreto armado), los sistemas de soporte por cables, los estribos y cimentación del puente. Sin embargo, este proceso se ignora.
«Las rajaduras que uno observa en los puentes son superficiales. Lo que en realidad se necesita es hacer un estudio interior de las vigas porque si éstas están fisuradas, a la larga, pueden provocar accidentes, como incluso el derrumbe del puente. Lo que hacen las autoridades es darle un mantenimiento estético que casi siempre es solo pintar la estructura pero se necesita de más», señala Severino.
No esperemos, entonces, a que ocurra alguna tragedia para realizar la supervición de los puentes. Es momento de detener el desfile de alcaldes que llegan al poder, pero que entre sus prioridades está la de estrenar nuevas obras, pero no de mantener las que ya existen.
Dato:
En la ciudad, el mantenimiento de puentes vehiculares y peatonales corresponde a la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), a través de Emape.