Detrás de sus particularidades, este deporte puede ser más amigable de lo que uno se imagina. Según la entrenadora Ileana Stark, su aprendizaje y práctica no requieren tanto dinero, sino voluntad, trabajo y pasión.
Escriben: Piero Herrera y Marjorie Schlaefli / Fotos: Marjorie Schlaefli Follow @PS_UPC
Para algunos de nosotros, montar a caballo se reduce a un paseo guiado por el campo. Otros peruanos, como el jinete Noe Ben Lamine, dedican sus vidas a perfeccionar su manejo del equino. Esta práctica se llama equitación e involucra a dos deportistas: la persona que monta el caballo y el propio animal.
La equitación ha sido afectada por la emergencia sanitaria, pero ya se encuentra en movimiento desde junio del año pasado. Para saber cómo dar los primeros pasos en este deporte y su desarrollo en el Perú, Punto Seguido conversó con los jinetes Noe Ben Lamine, representante peruano en los Juegos Panamericanos Lima 2019; Ileana Stark, entrenadora y miembro del directorio de la Federación Deportiva Nacional Ecuestre, la entidad rectora en el Perú; y Carolina Gómez, amateur de salto ecuestre.
Antes de conocer más sobre la equitación en el Perú, repasemos algunos conceptos y datos sobre su historia en nuestro país.
La equitación: un conjunto de disciplinas
Los deportes ecuestres son todos aquellos que involucran a los caballos. Entre estos podemos distinguir dos términos: equitación e hípica.
Mientras que la hípica alude a las carreras de caballos, la equitación se entiende como el deporte de montar a caballo a través de ciertas disciplinas. Tres de estas disciplinas son consideradas olímpicas: salto de obstáculos, adiestramiento (o doma clásica) y concurso completo.
El adiestramiento consiste en la realización de una serie de movimientos en una arena rectangular por parte del caballo montado, los cuales son predeterminados en un programa que debe seguir para ser evaluado. Para el salto de obstáculos, el caballo debe saltar entre 12 y 15 de estos siguiendo un recorrido en una arena con un orden preestablecido.
El concurso completo incluye tres pruebas: adiestramiento, salto de obstáculos y cross-country. En esta última, los participantes atraviesan obstáculos naturales y artificiales en un recorrido de campo que tiene cerca de 6 km de longitud.
En las tres disciplinas olímpicas no hay distinción entre hombres y mujeres y se puede competir de forma individual o en equipos de 3. Otras disciplinas que se practican en el Perú son el enduro (recorrido de grandes distancias en el menor tiempo posible) y el volteo (gimnasia sobre el caballo), aunque pueden considerarse varias más.
Un poco de historia
La historia de la equitación en el Perú puede ser conocida a través de las personas e instituciones dedicadas a este deporte. Uno de los fundadores del Club Ecuestre Huachipa, Manuel Olaechea Du Bois (1916-2014), escribió un artículo sobre los inicios de esta asociación.
Hasta 1962, los deportes ecuestres solo tenían lugar en el Club Hípico Peruano, ubicado entonces en la avenida Salaverry. Los socios militares informaron a los civiles que el Ejército iba a construir la sede social del Círculo Militar, institución propietaria del club.
Ese año, un grupo de socios formó el Club Ecuestre Huachipa y se acordó la entrega de los bienes del Club Hípico Peruano y el traslado de sus miembros. Sin embargo, algunos de estos fundaron otra sede y se mantuvieron en dicha asociación, la cual conservó sus posesiones.
Desde entonces, ambos clubes ofrecen espacios de enseñanza libre y práctica de las principales disciplinas de la equitación. Además de otras escuelas más pequeñas, entre ellas destacan el Jockey Club del Perú en Monterrico y el Club Hípico Militar en La Molina.
En el Perú, la Federación Deportiva Nacional Ecuestre (hasta 2008 Federación Peruana de Deportes Ecuestres) es la entidad rectora de la equitación reconocida por el Instituto Peruano del Deporte y la Federación Ecuestre Internacional (FEI).
Qué se necesita para montar y ser un profesional
La entrenadora Ileana Stark considera que la idea de que practicar la equitación es caro proviene de un prejuicio. Ella resalta que lo más importante es la voluntad de aprender, el trabajo de practicar y la pasión por mejorar su manejo del caballo.
“Hay muchas escuelas sin necesidad de ser socio de un club ni de tener un caballo, donde uno aprende a trotar y galopar. Si no tienes dinero, sí puedes montar. Yo montaba en la sede de la Policía Montada El Potao”.
Algunas de las escuelas están en el Club Ecuestre Huachipa y el Club Hípico Peruano, pero existen varias otras donde aprender a montar y practicar las disciplinas. Stark menciona que incluso para ser profesional tampoco es necesario poseer un equino, pues existen personas que los crían, entrenan y ofrecen a los jinetes.
De la misma forma, Carolina Gómez opina que las escuelas son una buena forma de comenzar a montar, pues no hay necesidad de comprar un equino; además de que hay implementos de todo precio. En cambio, el jinete Noe Ben Lamine ha optado por tener caballos para practicar mejor a nivel profesional, si bien coincide en que no es imprescindible.
Esta alternativa puede implicar una inversión sustanciosa de dinero y tiempo, según explica el deportista.
Cuidados del animal
“El cuidado del caballo para las competencias incluye la suplementación, el veterinario día y noche, y los transporte aéreos y terrestres para competir. Para que el caballo llegue a su mejor nivel pasan 10 años donde se haya alimentado y haya entrenado de forma óptima, evitando accidentes”.
A pesar del costo económico, mantener caballos propios puede representar una ventaja al momento de escoger al mejor animal para competir. Ileana Stark enfatiza que la confianza jinete-caballo es la base del éxito y que un caballo con experiencia puede ser de mucha utilidad, sobre todo para los jinetes nuevos.
“Los caballos pueden ser como la gente, con distintos temperamentos. Hay habilidad y experiencia para escoger al mejor caballo”, refiere Stark.
Este equipo es un binomio donde, según Gómez, el caballo pone la fuerza, pero el jinete debe conducirlo, medir la distancia, el ritmo, el equilibrio y la impulsión. Si la conexión y confianza entre ambos está bien desarrollada, el resultado será favorable.
La equitación en el Perú
Stark y Ben Lamine coinciden en que la equitación no está bien desarrollada en el Perú. La dirigente señala que esto se debe a la falta de premios económicos en las pruebas nacionales, mientras que el deportista panamericano menciona que el nivel es mejor en otros países de Sudamérica, como Argentina, y de Europa.
“Para ser profesional hay que migrar porque aquí no es rentable, pero sí se puede ser profesor y ganar por las clases”, explica Stark. “El mejor lugar para vivir, competir y estar en el ambiente ecuestre, que también es la crianza de caballos, está en Europa; Bélgica, Alemania y Países Bajos”, opina Ben Lamine.
A pesar de los problemas dirigenciales que, como relata Stark, paralizaron a la Federación ecuestre peruana hasta los primeros meses de este año, la equitación siempre ha tenido representantes en las competencias interamericanas. En los Juegos Panamericanos 2019 participaron 12 jinetes peruanos y la Federación Ecuestre Internacional destacó entonces la organización y las instalaciones de este deporte.
Para Ileana, difundir este deporte es un punto clave en su crecimiento, así como demostrar que hay formas de aprender a montar. «Sólo se necesita saber a qué puerta tocar», reflexiona.