Por Rolando Jugo
Foto: Andina
Esta vez fue distinto. Esta vez logramos ganar un partido como visitantes después de doce años. No se ganó por suerte. Se ganó jugando bien. Pero vamos con calma. Aún no se ha logrado nada. Seguimos en el puesto ocho, ese que nos viene acogiendo desde la fecha cinco de las clasificatorias.
Dicen que las malas rachas están para romperse. Ayer, en el estadio “Defensores del Chaco” de Paraguay, nuestra selección salía con la consigna de ganar como visitante después de dos procesos eliminatorios sin conseguirlo. El partido estaba programado para las seis y media de la tarde. A las seis y cuarenta ya estábamos perdiendo uno a cero. Una jugada. que parecía controlada por Renato Tapia, volante peruano, terminó en un fino remate de Christian Riveros, media punta guaraní. Nada que hacer para Gallese. La pelota entró al arco pegada al palo izquierdo. La imagen que siempre se repite: Jugadores peruanos con manos a la cintura y caras de frustración. El estadio, colmado de hinchas paraguayos, celebraba su anotación.
Foto: Andina
El primer tiempo del partido continuaba. Perú empezó a rotar la pelota de manera adecuada. Hicimos lo que mejor sabemos hacer: Poner la pelota al piso. Este equipo es joven. Este equipo corre. Al minuto veinte del primer tiempo, Yotún, quien había recibido un pase en diagonal de Edison Flores, sacó un disparo hacia el arco paraguayo. Diego Barreto, golero del país local, desvió el balón y a dos tiempos controló el remate. El equipo empezaba a mostrar buen futbol, pero aún así nadie imaginaba lo que se venía. Christian Cueva, líder del medio terreno peruano, empezó a soltarse. Tras buenas combinaciones con Paolo Guerrero, nuestro nueve, llegamos hasta el arco rival. Empezamos a generar situaciones de gol. Al minuto 35, después de una pelotera en área local, le quedó la pelota servida a Flores. El “oreja” enganchó y trató de acomodarse para romper la red de Barreto. El arquero volvió a lucirse y lanzándose hacia los pies del peruano evitó el empate. Christian Ramos, defensa nacional, quedó con un corte a la altura de la frente después de esa jugada. Los paramédicos de la blanquirroja le pusieron un parche y una malla para que siga en el campo. Para nuestro desagrado, Patricio Loustau, arbitro del encuentro, finalizó la primera mitad. Nos íbamos al camerino con un gol en contra, pero ya jugando mejor que los locales.
Foto: Andina
El segundo tiempo del partido fueron 45 minutos que ningún peruano quiere olvidar. Desde el arranque se vio a un equipo visitante luchando cada balón divido. Recién iniciada la segunda parte, tuvimos un tiro de esquina a favor. Centro de Yotún y cabezaso con malla del buen Christian Ramos. Gol peruano. El partido quedó empatado a tan solo cinco minutos del inicio de la parte complementaria. No bastaba. Había que ganar, romper la mala racha y volver a Lima con portadas de alegría. Perú seguía dominando la pelota. El empate nos dio mucha comodidad y espacios para mostrar aún más nuestro fútbol. Seguimos sumando jugadas de gol y buenas paredes para llegar al triunfo. Paraguay, entusiasmado por volver a ponerse arriba en el marcador, adelantó sus lineas. Hasta que en el minuto 71, Cueva robó una pelota en salida y se apoyó con el “Mudo” Rodriguez, quien se la devolvió de inmediato. Con toda su velocidad, Cueva arrancó desde la media cancha. Moreyra, defensor paraguayo que dejó quitarse la pelota, salió con todo a quitarle la pelota. En una gran jugada, Cueva dejó pasar de largo al guaraní y cedió el balón a Flores. Una pequeña pausa en el área, para que Flores empujase la pelota. Gol peruano. Volteamos el partido. Gol carajo.
Pasaron solo siete minutos desde el gol de Edison Flores, para que Cueva vuelva a tomar el protagonismo del partido. Tras un fuerte zapatazo de Aldo Corzo, la pelota salió disparada hacia el área local. Otra vez, con toda su velocidad, Cueva llegó a interceptar la redonda. El arquero paraguayo salió con todo. Barreto metió un bombazo, que para suerte nuestra y desgracia suya, impactó en el cuerpo de un peruano: Christian Cueva. Un enganche y un arquero que se desesperaba por alcanzar la pelota, eran el marco para que el peruano se tomé un respiro. Colocado y muy pegado al palo derecho, así fue el tercer gol peruano. Besando el escudo nacional, Cueva festejó. Era el 3-1 y la tranquilidad. El silencio era paraguayo, la bulla era peruana. El último gol fue el cierre del partido. Tras un fuerte centro de Flores, el paraguayo Benitez intentó alejar el balón del área. Falló. Gol peruano. Auto gol paraguayo.
Foto: Andina
Ayer festejamos. Nos llevamos tres puntos de oro. Fue la primera vez que un equipo peruano le da vuelta a un marcador de visitante en toda la historia de las eliminatorias. Fue una victoria de visitante que no se daba hace más de doce años. La última fue aquella tarde en Montevideo cuando vencimos a Uruguay por 3-1. Vayamos con calma. Es rescatable que las declaraciones post partido de los jugadores peruanos hayan sido calmadas. Tanto Guerrero como Cueva pidieron tranquilidad. Ellos fueron los que le pusieron el título a esta narración: “Aún no hemos logrado nada”.