Informe Max Aguirre
Video Claudia Wong
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¿Pueden juegos como «los encantados» o «las chapadas» definir a una generación? Así lo creen muchos de los profesores consultados para nuestro sondeo. Para ellos, hay algo que se ha perdido: el contacto físico y la camaradería. Sin embargo, otro grupo considera que de alguna manera aún se mantiene la esencia de los juegos, aunque la distancia sea la misma. La psicóloga María Pía Tomasis Rodríguez explica que en realidad los videojuegos no son buenos ni malos, sino que la dinámica de ahora es distinta.
¿Generación bisagra?
«Somos una generación de transición», así se definen los jóvenes consultados. Ellos disfrutaron los juegos de antaño y también los videojuegos, lo mejor de dos mundos. Sí consideran que los de la nueva generación se pierden de algo muy importante. Creen que han perdido creatividad y que les es imposible jugar sin algún aparato tecnológico.
Queda entonces el debate de si debemos tener una perspectiva apocalíptica o no sobre las nuevas tecnologías y cómo han cambiado la interacción humana. Hemos visto que la comunicación cara a cara siempre será esencial. Las tecnologías solo la continúan de alguna manera. Pongamos, por ejemplo, las cartas. La comunicación humana siempre encuentra la forma de darse. Y aunque un grupo de amigos ya no se junte físicamente para jugar, la diversión no tiene por qué decaer.