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Escribe: Daniela Coquis
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Julio Garay es un ingeniero agroindustrial proveniente de Ayacucho, Huamanga; quien durante cinco años se dedicó a crear la fórmula de las galletas antianémicas Nutri Hierro.
Desde aquella vez que visitó un camal y vio que se desperdiciaba la sangre de los animales, los cuales se sacrificaban de 80 a 90 veces diario, él tuvo la idea de darle un uso al hierro desechado para curar la anemia. Luego de un largo proceso de experimentación de insumos, obtuvo lo que ahora es Nutri Hierro.
En la siguiente entrevista, el ingeniero relata su experiencia al crear las galletas antianémicas y cuenta cómo fue creciendo su proyecto.
Cuéntame un poco de tu historia en la universidad ¿por qué elegiste ingeniería agroindustrial?
Yo vengo del campo. Ahí siempre nos hemos dedicado a la agricultura y también hemos trabajado con cacao. Tenía pensado procesar y usar todo lo que hacíamos en el campo. Investigué carreras para estudiar en la universidad y me animé estudiar la carrera de agroindustrial.
Ingresaste por Beca 18, ¿verdad?
Sí, di el examen de admisión por el programa beca 18 en PRONABEC (Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo).
¿Recibiste el apoyo necesario?
La universidad siempre me apoyó, podía usar los laboratorios a cualquier hora, me daban insumos sin cobros, confiaron en mí. Al salir de la universidad en el camino hubo instituciones que me han respaldado como la Dirección Regional de Producción, Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, los docentes y la población ayacuchana. Justamente quiero decir que no hemos sido rechazados por el Estado. Eso fue falso y menos por el programa Qali Warma, creo que somos un equipo, vengo del estado… de PRONABEC.
¿Cuál fue tu principal motivación para la realización de tu tesis?
Tengo una anécdota. Un profesor de un curso de práctica nos llevó a un camal y vi que se desperdiciaba sangre, vi que desechaban todo. Yo sabía que la sangrecita que se botaba podía servir para algo. Ahí fue que se me ocurrió.
¿Quiénes fueron tus asesores y cómo fue trabajar con ellos?
Inicie el proyecto de tesis con mi asesor Eusebio de la Cruz, a su vez consulté a todos mis docentes y cada uno dominaba una especialización, de esa forma todos me guiaron. Me siento comprometido a no fallarles.
¿Qué era lo que más te preocupaba?
Mi principal preocupación fue poder llegar a la gente, especialmente a los niños con anemia, como yo a los 7 años que la padecí y mi mamá con la sangrecita me alimentaba. La servía en sopa o segundo. Debía comerla.
¿Tuviste dificultades?
Sí, tuve dificultades. Al experimentar con la sangre se formaban coágulos y el sabor mismo de la sangre tenía que eliminar. Fue difícil enmascarar el sabor y llegar al paladar de los niños, por eso hicimos análisis del paladar. Felizmente la universidad respaldó todo y no hubo problema económico.
¿Cómo lo lograste?
Todo tenía que salir tarde o temprano porque yo sabía lo que hacía, anotaba todo, hice 300 pruebas y eso me ayudó a saber si aumentar o restar insumos, qué combinaciones hacer y en qué cantidad. Cabe resaltar que también fui rechazado 4 veces en registro sanitario por el tema de la sangre. Tuve mala idea de coger la sangre nada más y me dijeron que debía analizar a los animales, hacer un registro y más observaciones que seguí, corregí y luego de cuatro intentos, a la quinta me aceptaron. Los errores tuve que superarlos. A su vez gané experiencia y me permitió poder ingresar otros productos.
¿Cuáles son esos productos?
Bueno, tenemos las antianémicas que ya conocen, la vegetariana – en las ferias personas cuestionaron el uso de sangre de animales, así que ahora usamos cereales vegetales ricos en hierro-, para la inteligencia en la que usamos aceite de pescado(dha – ácidos grasos omega 3) y algunas más. Por ahora estamos en espera de envolturas y en los próximos meses las daremos a conocer.
¿De qué está compuesta la galleta antianémica?
Sangrecita, quinoa, lentejas, kiwicha, cacao, palillo y hasta vitamina C, la cual ayuda a asimilar en el cuerpo la absorción de hierro.
¿Cómo decidiste empezar a producir más y a distribuirla?
Al inicio era solo tesis pero cuando iba a Alpachaca, las madres me decían que haga más, me traían insumos y hasta la misma sangrecita. Todo esto se diversifico, me pedían que produzca más y veía que los niños de verdad estaban consumiendo. Mi familia y yo compramos un horno, una mezcladora y sobadora. Tres son las máquinas con las que iniciamos el proceso de producción. El garaje se adecuó, la producción iba en aumento y el grupo AJE me ofreció exponer el producto, fue así que compré la galletera y una empaquetadora, el local se amplió.
¿Cuánto tiempo te tomó todo?
Tomó cinco años. Empecé a confiar en las instituciones, vi su apoyo con el que poco a poco fuimos creciendo, se fue comprando más equipos, contratando más personal. Inicie yo, luego vino mi hermano y mi mamá, ahora en total somos 14 colaboradores.
Ahora empezaste a aportar en el programa Anemia Cero.
Sí. Nos invitó el alcalde de Ventanilla y nos hizo ver la cantidad de anemia en su distrito. Estamos ahora comprometidos en poder reducir también la anemia en Ventanilla por eso lanzamos Anemia Cero y esperamos ya empezar los programas piloto con 50 niños. Queremos replicar lo de Ayacucho en Ventanilla. Lo que más espero es poder seguir apoyando a todo el Perú.
¿Superaste tus expectativas?
Sí, siento que me estoy superando, porque antes era tímido, callado, no era tan expresivo, y a medida que pasaban las reuniones con las empresas me fui desenvolviendo más. Me superé también al haber llegado a la población, gané experiencia durante los trámites, conocer una empresa, aprendí de todo, estoy en ese camino del aprendizaje, me siento contento por todo el respaldo, me motiva a poder continuar y no rendirme. Sobretodo eso porque sé que poder ayudar a la sociedad es primordial por sobre todas las ganancias.
¿Cuáles son las recomendaciones para el consumo de Nutri Hierro?
La persona que consuma la galleta se tiene que desparasitar, ver cuánta hemoglobina tiene y empezar a consumir un paquete diario durante 30 días. Se hace un seguimiento pues es parte de una dieta preventiva y para curar a la vez, por eso se debe respetar su consumo diario y hacerse los chequeos médicos. En los planes piloto nos dimos cuenta que la hemoglobina no subía si no había previa desparasitación.