Entre fines de octubre y quincena de noviembre se llevó a cabo un evento sumamente importante para la conservación del planeta y de la humanidad. En la siguiente nota, te explicamos por qué fue relevante y en qué consistió este acontecimiento.
Del 31 de octubre al 12 de noviembre, un evento de vital relevancia reunió a más de 130 países para abarcar y proponer soluciones sobre el cambio climático. Esta importante cumbre, promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tomó lugar en Glasgow, Escocia, fue un punto clave para asegurar la existencia de la humanidad. Pues, los científicos han advertido sobre cómo el aumento de las temperaturas globales y sus consecuencias están impactando con mayor rapidez y menos posibilidades de evitarlo.
¿Qué es la COP26?
La COP es la abreviatura de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Es un evento que se realiza anualmente, donde se promueven medidas y llegar a acuerdos para frenar el cambio climático. Al tratarse de una situación de importancia mundial, reúne a los líderes de los países y empresariales. Sin embargo, finalmente, muchas de las discusiones son llevadas entre ministros y otros funcionarios de alto nivel que están relacionados con el trabajo en cuestión climáticas. El 26 significa que esta es la 26° reunión del grupo, siendo este año el anfitrión Reino Unido.
La COP también es el órgano superior de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (CMNUCC), acordado en la Cumbre de la Tierra de 1992. Las conferencias que esta convención reúne son eventos grandes con reuniones paralelas que atraen a personas del sector empresarial, compañías de combustibles fósiles, activistas climáticos y otros grupos para proponer soluciones efectivas. Algunas tienen éxito, como es el caso del Acuerdo de París concretado durante la COP21, y otras son dolorosamente improductivas.
¿Por qué es importante?
Según el informe clave publicado en agosto por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, la temperatura media del planeta está incrementando de manera más acelerada de lo que creían los científicos debido al accionar de los humanos. Además, se menciona que la única forma de detener el calentamiento es acabar con las emisiones de gases de efecto invernadero. De igual forma, se mostró que los impactos del cambio climático son fuertes en todas las regiones del planeta y se intensifican con cada fracción de calentamiento.
No obstante, incluso en los escenarios de emisiones más bajas los cambios ya son irreversibles. Pues decenas de naciones aún no han actualizado oficialmente sus compromisos de reducción de emisiones. De los países del G20, el grupo de países más poderosos del mundo como Estados Unidos, Alemania, China o Brasil, solo seis naciones han aumentado formalmente sus objetivos a pesar de pertenecer a una división que representan el 80% de las emisiones mundiales. El mundo prometió reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y estos países no están cumpliendo. Por ello, los líderes políticos, activistas, organizaciones y empresas de más de 200 países se reunieron en la COP 26 de Glasgow para impulsar los objetivos climáticos iniciados en el Acuerdo de París.
El Acuerdo de París: la delgada línea hacia la catástrofe
En el 2015, después de la reunión COP21, más de 190 países firmaron este acuerdo para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5 grados, menos de 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Una cifra que puede parecer insignificante, pero que, según los estudios científicos, cualquier aumento adicional más allá de los 1,5 grados desencadenaría extremos cambios: intensos, frecuentes y casi imposible de contrarrestar.
Según la ONU, limitar el calentamiento a 1,5 grados podría generar que alrededor de 420 millones de personas menos estén expuestas a olas de calor extremas. No obstante, a pesar de que el Acuerdo de París supuso un hito histórico en la búsqueda de soluciones para esta crisis climática, solo fueron palabras sin respaldo, pues no se incluyó detalles sobre cómo el mundo iba a lograr este objetivo. Las COP posteriores han promovido planes más detallados y ambiciosos para empezar la acción ante el cambio climático.
Los compromisos de los países no son suficientes.
En agosto, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, el cual reúne a expertos de todo el mundo, publicó un informe concluyente sobre la crisis climática: por qué ocurre, cómo afecta a todas las regiones del planeta, qué tan mal están las cosas y que se debe hacer para evitar las consecuencias. Sin embargo, ni la paralización de las actividades debido a la pandemia de la COVID.19, logró frenar el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero. De igual manera, las concentraciones de CO₂ en la atmósfera marcaron en 2020 récord históricos, hasta las 413 partes por millón.
Si los estragos de las consecuencias de este problema no son suficientes, la extensión mínima de la capa de hielo del Ártico disminuye a un ritmo del 13% por década debido al calentamiento global, una de las variadas tragedias medioambientales como las explotaciones de petróleo y gas, metales preciosos, minerales, entre otras actividades más. Aproximadamente, 200 países se han comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar las terribles consecuencias de la crisis climática. No obstante, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estos son objetivos que, en algunos casos, se han quedado en papel, pues todavía hay una brecha entre lo que se ha prometido y lo que los estudios científicos mencionan que se necesita.