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El aislamiento social a causa de la pandemia de coronavirus ha forzado a miles de peruanos a trabajar y estudiar desde casa. Esto puede sonar atractivo, hasta que empiezan a aparecer las tensiones musculares y el dolor de cabeza: ¿realmente estamos adoptando buenos hábitos posturales?
Escribe: Arantxa Bravo
¿Sabías qué todos tenemos, por naturaleza, una “postura de referencia”? Sin embargo, cuando pasamos mucho tiempo en una posición lejana a esa regla instintiva que dicta nuestro cuerpo, podemos sufrir una alteración postural. Esta puede ser reversible, si es que con un acto voluntario podemos volver a la referencia, o irreversible, si no es posible alinearnos pese forzarnos a lograrlo. Naturalmente, si recurrimos constantemente a malos hábitos durante nuestra jornada laboral o de estudios en casa, nuestra postura ideal se verá alterada y los síntomas de ello se reflejarán en nuestra cotidianidad. Para evitar la presencia de estos problemas durante la cuarentena, la ergonomía surge como una importante alternativa.
Punto Seguido conversó con Fabio Ciurlizza, terapeuta físico y docente a tiempo completo de la carrera de Terapia Física en la UPC, quien nos explicó que la ergonomía se define como “la ciencia que estudia la relación entre el cuerpo humano y el entorno”. En otras palabras, estudia cómo adaptar el entorno a las necesidades del día a día para prevenir la aparición de alguna lesión o síntoma. Justamente para prevenir aquellos síntomas es necesario conocer los signos de que estamos adoptando una postura inadecuada: mirar nuestro celular mucho tiempo hacia abajo (cuando debería estar a la altura de nuestra vista), “chorrearnos” en el sofá, usar la laptop en la cama… Todas esas son acciones que reflejan malos hábitos posturales.
Para poder prevenir la aparición de síntomas y alteraciones permanentes, es sumamente importante optimizar nuestro espacio en casa. En un mundo ideal, conseguiríamos escritorios y sillas a nuestra medida, de manera que estos se adapten a nosotros y no al revés. Sin embargo, ya que la mayoría de muebles están hechos en base a una medida universal, somos nosotros los que debemos adaptarnos a lo que tenemos al alcance para poder trabajar. Fabio, al respecto, añade que estando en cuarentena es necesario adaptar cualquier espacio de manera que podamos trabajar en este.
Por ejemplo, si nuestra laptop está muy baja, podemos colocar algunos libros sobre nuestro escritorio para que se mantenga a la altura de nuestros ojos. De igual manera, si es que somos bajos de estatura y nuestros pies no llegan al piso, colocar algún objeto como una caja de zapatos o una enciclopedia que nos permita tener una postura más firme. En casos particulares en los que no se cuente con un escritorio, el especialista nos comenta que, pese a no ser lo ideal, la idea de trabajar desde la cama puede ser considerada. Para ello, es clave brindarle soporte a nuestros músculos con la ayuda de almohadas consistentes. Una debe estar en nuestra espalda, otra bajo nuestras rodillas flexionadas y unas bajo nuestros brazos, a modo de posamanos. Otro consejo que ayuda mucho es el uso de una mesita desplegable sobre la que podamos apoyar nuestra laptop. El fin de todas estas acciones es causarle a nuestro cuerpo la menor carga tensional posible.
Además de estos tips, Fabio recalca la importancia de brindarle a nuestro cuerpo pequeños breaks. Estar en casa nos brinda el lujo de poder movernos de manera más libre, sin necesidad de pedir permiso o esperar a cierto horario de receso como sucede en ambientes de estudio o durante la jornada laboral. Es por ello que debemos aprovechar esa oportunidad para realizar pausas activas. Este concepto se puede explicar como “una pausa de actividad en la que el músculo se mueva y entienda que hay otras posiciones más allá de la que adoptamos con más frecuencia”. Según Ciurlizza, la idea de hacer breves descansos no significa echarnos con nuestro celular sobre la cama o recostarnos a ver TV en el sofá, sino todo lo contrario: movernos, hacer una breve serie de ejercicios, estirarnos o incluso ser conscientes de nuestra respiración.
Las claves para prevenir dolencias a futuro son el movimiento y la adaptación de nuestro entorno, a través de la ergonomía, con el objetivo de que este se convierta en un ambiente amigable para nuestra postura. Ya que no tenemos más opción que el aislamiento, hagamos de nuestro hogar un aliado.