El quechua se reivindica y cobra relevancia, pero esta vez al son de ritmos modernos como TRAP, ROCK, POP o incluso HIP HOP.
Escribe: Olenka Nisiama
Después de una quena prologada, voces de niñas empiezan a entonar un “Munani takiyta, Munani pukllayta, Munani musquyta, Qam hina”- Quiero cantar, quiero jugar, quiero soñar, Como tú- mientras tanto los ritmos andinos se combinan con la instrumental moderna. Renata Flores, a sus 19 años, al son de sus ancestros, es parte de varios artistas peruanos que han decidido cargar de símbolos su arte.
En el Perú, una nueva generación de músicos peruanos alzan sus voces para cantar en uno de los idiomas más antiguos de toda América; el Quechua. Artistas como, Renata Flores, Ricardo Flores y Chintatá, se han propuesto conquistar a los oyentes con canciones pegajosas mientras calan en el significado social que esto conlleva.
Y es que, si se define a la música como la expresión cultural que refleja la identidad de la sociedad. En los andes, el idioma refleja aquel espíritu misticismo que conlleva un significado de las tradiciones, folclore y todas las expresiones culturales que giran en torno a la cultura andina. “Un idioma trae una cosmovisión detrás”, explica la gestora cultural Tania Castro, “lo que se dice en quechua, o en cualquier idioma artístico, siempre va a estar de la mano con esta cosmovisión y el quechua prácticamente es una cultura que aprecia la vida. No se puede usar un mantra para incentivar el odio”.
En el caso de Renata Flores, ella concibe esa responsabilidad cultural. La mayoría de sus canciones profundizan temas de relevancia social como la discriminación y el feminismo. “Siento que puedo ser la voz de esas personas que son olvidadas, siendo mujer indígena y siendo mujer”, ha declarado en el diario el país. Inclusive en su último álbum Isqun, Flores le hace una epopeya a la mujer andina y en los desafíos que todavía afrontan.
Flores utiliza cada canción para transmitir mensajes poderosos: la canción “Tijeras”, lanzada en el 2018, denuncia los feminicidios al son de un trap en quechua, sobrepuesto sobre una pista que alude a la danza de tijeras. En el mismo aspecto, “Qam hina” (2019), habla sobre la realidad de los escolares en las zonas rurales “ñawraypachapi purini, huk runa simimpi tiqsi muyu pachata yachay hamutaypaq. pisipani tanta yakuta chaskiyta ”- Caminaba horas para aprender y entender el mundo en otro idioma. Cansada y hastiada de recibir pan con agua – entona Renata.
No obstante, esta nueva forma de reinvidicación de la lengua mantiene una lucha constante con la discriminación, un fenómeno social que aún se encuentra latente. Desde hace 100 años el quechua cada vez se hace menos común dentro de los mismos peruanos. Según datos del INEI, si hace 100 años, dos de cada tres peruanos hablaban quechua, en la actualidad solo el 13,6 % se autodenomina quechua hablante. Conoce más acerca de los retos que afronta el Runasimi para su preservación en nuestro podcast .