«Existen más de 3,000 unidades de transformación, en su mayoría pequeñas, con inadecuada o ausente infraestructura de acopio, bajo nivel tecnológico y distribución muy básica o ausente”. (Foto: Freepik)
Fábricas artesanales de lácteos sufren pérdidas en ventas y variaciones en su producción durante la cuarentena.
Escribe: Marjorie Schlaefli
El sector de producción primario, contrario a las predicciones del Ministerio de Economía y Finanzas, también fue impactado por las medidas implementadas por el Estado para combatir el COVID-19. Uno de los rubros afectados es la ganadería, específicamente, el acopio y transformación de lácteos por pequeñas y medianas empresas (PyMEs) artesanales.
La actividad ganadera representa el 40.2% del Valor Bruto de la Producción del Sector Agropecuario, esta es fundamental para la economía rural y la seguridad alimentaria del país. Según el Ministerio de Agricultura y Riego, Perú produce aproximadamente 2 millones de toneladas de leche al año. El 8% se destina al autoconsumo, el 52% es almacenada y procesada por grandes industrias como Gloria y el 40% es transformada por fábricas artesanales. A diferencia de otros alimentos de primera necesidad, la leche debe ser recolectada con regularidad debido a la naturaleza de los vacunos, pues no se puede recuperar la pérdida en un corto plazo.
Al trabajar con esta materia prima, perecible por naturaleza, diferentes plantas procesadoras suspendieron o redujeron su producción, como es el caso de “FLORALP”. Jaime Marín, gerente de esta empresa ubicada en Pasco, expresó que se vieron obligados a cerrar una de las filiales “en Codo de Pozuzo, donde trabajábamos con aproximadamente el 35% del volumen de leche del total que procesamos. Los despidos fueron inevitables”. Además, la venta se redujo en un 40% el mes de marzo; el pago de los ganaderos, en un 10%; y el sueldo en planilla, en un 30%. Ello se debe a la falta de movimiento turístico y la distribución minoritaria en la capital.
En otras regiones, como Lambayeque, la asociación de ganaderos recalcó que gran parte del rubro no fue golpeado de manera económica, pues el Grupo Gloria sigue trabajando activamente, pero hay un porcentaje de leche adquirido por pequeñas plantas, en ese caso, el movimiento es lento.
Frente al apoyo gubernamental, por un lado, FLORALP busca el préstamo de Reactiva Perú y cuenta con la reintegración de los sueldos, iniciativas reguladas por el Estado para el mantenimiento de empresas. Por otro lado, hay quienes no confían en el soporte estatal, “nosotros esperamos muy poco de cualquier entidad, sólo pedimos que nos den las facilidades para trabajar”, expresó Erwin Müller, gerente de la fábrica de lácteos “Mosel”.
Así mismo, estas organizaciones presentaron propuestas a entidades municipales y regionales para incluir productos de la zona en la canasta básica, promovida por el Gobierno para poblaciones vulnerables, con el fin de reactivar la economía local, pero no recibieron respuesta.
Jaime Marín expresa que el sector en cuestión necesita inversión, “el Estado Peruano debe apoyar a la parte agropecuaria, no sólo con política, sino con hechos concretos, por ejemplo, el costo de la tecnología”, pues, al no existir una reducción de costos, no hay forma de competir con las grandes empresas. Asimismo, indicó que los programas sociales, como Qali Warma, podrían ser una fuente de crecimiento para las PyMEs si se descentralizan.
Actualmente, se está apostando por la reactivación por medio de Delivery, inversiones en logística y contenido Web. Aunque este sistema duplica las expectativas de ventas, aún se encuentra lejos de los requerimientos.