El periodismo peruano fue engañado, pero también cayó en un error de la profesión este año al realizar publicaciones sobre un ilustrador mitómano.
Jesús Moya
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Cuando la mentira se expone como realidad puede tardar mucho tiempo hasta que alguien se apreste a corroborarla, pero es el periodismo la profesión que no puede incurrir en esa precisa falla. Eso fue lo que pasó en nuestro país con tres mentiras que realizó el ilustrador nacional Cristhian Hova, quien engañó a El Comercio, a Somos y a su propia agencia de comunicaciones.
Hova, comprobado mitómano más adelante, fue desenmascarado por el periodista Diego Salazar, quien tras contrastar diversas imágenes suyas con las de otros medios y ponerse en contacto con los autores reales logró concluir en la falsedad del artista.
El ilustrador tuvo una entrevista para la sección Posdata del Diario El Comercio en abril, en la que aseguraba haber realizado portadas para The New Yorker con dibujos de David Bowie y Donald Trump.
El periodista y coordinador de esa sección, Renzo Giner, comentó a Punto Seguido que Hova llegó una hora tarde a la entrevista. Él ya iba a retirarse, pero el artista le escribió diciéndole que ya estaba llegando.
«En estos casos cuando tenemos una edición diaria, cuando tenemos que tener una lista de personajes, actuamos de buena fe y yo creo que ese fue el error mío», señaló.
Hova también engañó a la revista Somos, en una entrevista de Brunella Vásquez Mori en la que aseguraba haber trabajado como «freelance» para Marvel.
Giner recuerda que después de una llamada que recibió de Diego Salazar fue contactado por la agencia que comunicación que trabajaba con Hova, quienes le comunicaron con la misma sosrpresa el descubrimiento de las falacias del ilustrador que habían representado. Vásquez Mori estaba igual de asombrada.
Luego de la tormenta, el ilustrador llegó a reconocer su culpa y pedir disculpas «por haber mentido en redes sociales y medios» sobre los trabajos que había realizado.
El periodista de El Comercio tenía las pruebas de la conversación con Hova en su teléfono. Su editor le solicitó dicho material, que sirvió de sustento para aclarar que no hubo una intención negativa por parte del Diario ni del redactor.
Ahora puede concluir: Las medidas que hemos tomado después de esto han sido buenas. Ahora hacemos un triple check en los datos de las entrevistas. La idea es que el lector se merece lo mejor y lo mínimo que podemos hacer es garantizarle que lo tenga.