El tercer mundial de Futsal Down de la historia tendrá lugar en el Perú, el año siguiente. Será la segunda vez que se celebre el evento en sudamérica y la selección peruana busca hacer un buen papel casi sin apoyo estatal.
Escribe: Gonzalo La Torre
El Colectivo Down Perú es una organización sin fines de lucro, que fue formada por padres de familia de hijos con diversidad funcional para buscar su total inclusión y respeto en la sociedad peruana. Por ello, ofrecen talleres de estimulación integral para su comunidad, en la búsqueda de su bienestar mayor. Es por ello que decidieron incursionar en el deporte, como un vehículo de cambio potenciador de personas, y crearon la Selección Peruana de Futsal para personas con síndrome de Down. Antes de aquella iniciativa no existía ningún equipo nacional para personas con aquellas características.
Gissely Alvarado es la vicepresidenta y principal representante del colectivo, anteriormente llamado Colectivo 21. Ella es la persona que se encarga de buscar el reconocimiento de selección oficial de parte de la Federación Peruana de Fútbol y el Instituto peruano del Deporte, entidades que son indiferentes con los atletas. Tan solo se han comprometido a brindar apoyo institucional, prestando sus buses y algunos campos de la Videna, pero sin otorgarle un espacio a los deportistas para prepararse adecuadamente. Ya sucedió antes, en el primer mundial de futsal al que asistió Perú, en el 2019. Tuvieron que entrenar en los campos que tenían disponibles, como el de la Universidad Alas Peruanas. La Municipalidad de Lima se comprometió con el evento y apoyó prestando sus instalaciones, y la Municipalidad de Lima reconoció el evento como “de interés público”. Ese es todo el apoyo que recibieron en términos de entidades oficiales. La mayor cantidad de apoyo viene del sector privado, de empresas como Ingenium que desarrollaron la campaña de comunicación de la copa sin búsqueda de un beneficio económico.
La selección peruana de futsal Down ha venido entrenando virtualmente a causa de la emergencia sanitaria por la COVID-19. Luego, han pasado por las canchas de la Universidad de Lima, la de Alas Peruanas, el polideportivo Dansey, entre otras. El mundial empezará en abril del 2022, y recién están empezando a prepararse con regularidad. Asistirán Brasil (vigente campeón), Argentina (subcampeón), Portugal (organizador del primer mundial), y otras potencias del futsal del mundo. La competencia será dura y los futbolistas se están esforzando al máximo para dejar una buena impresión.
Edgard Gómez tiene 24 años, es hincha de Alianza Lima y es el capitán de la selección peruana de futsal Down.Logró terminar sus estudios superiores, a diferencia de la mayoría de sus compañeros que no tuvieron la oportunidad de ser incluidos en la escuela, y ahora trabaja en el área administrativa del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Sueña con poder sostener a su familia pronto, y con ser campeón del mundo en su país. Tuvo la oportunidad de jugar el mundial pasado de Brasil 2019, y quiere sacarse el clavo esta vez.
“Creo que el mundial será un gran paso para la sociedad peruana, porque vamos a demostrar de lo que es capaz una persona con discapacidad. Nosotros si podemos cumplir nuestros objetivos, y vamos a dejarlo todo por el Perú. Nuestro esfuerzo y sacrificio pronto dará resultados”, sostiene el capitán.
Todo lo que hacen los seleccionados nacionales es por pasión, porque no reciben ningún reconocimiento de las entidades deportivas nacionales ni tampoco una remuneración económica por su trabajo. La identificación que tienen con el deporte y su país es lo que los motiva a seguir adelante, con las dificultades que siempre se les ha presentado, por un contexto que no reconoce todo lo que pueden hacer.
Para conocer un poco más sobre las historias de los seleccionados, no te pierdas nuestro podcast Informa-té, con la primicia sobre este excepcional evento para la sociedad peruana.
https://anchor.fm/informa-te/episodes/Episodio-6—La-primera-Copa-del-Mundo-del-Per-e1aknse