Fuente: Latercerca.com
El mundo del fútbol se ha vuelto cada vez más comercial y político con el paso del tiempo ocasionado que las sumas de dinero que se manejen sean cada vez mayores.
La figura de ser presidente de un club ha tomado más poder y llamado el interés de los magnates más ricos del mundo, siendo el mundo árabe uno de los principales lugares donde vienen estos empresarios con el título de jeques y deciden invertir grandes cantidades de dinero en sus respectivos clubes de fútbol. Hoy mencionaremos tres de ellos:
Mansour bin Zayed Al-Nahyan (City Group)
Nacido en Emiratos Árabes tiene una larga carrera tanto política como empresarial, principalmente en negocios petroleros y es medio hermano del actual presidente de su país natal, Jalifa bin Zayed Al Nahayan. En el 2008 se adueñó del Manchester City a cambio de 250 millones de euros y desde entonces no ha dejado de invertir en el conjunto inglés. Además, compró un grupo de clubes alrededor del mundo para formar una red de clubes con el Manchester a la cabeza, este grupo se llama City Group.
Nasser Al-Khelaïfi (PSG)
El extenista profesional catarí amasó su fortuna a base de petrodólares, permitiéndole formar “Qatar Investment Authority” un grupo de inversión destinado a diversificar sus actividades económicas. En 2011 se hace con el club parisino y desde entonces se ha dedicado a juntar a las estrellas más grandes del universo futbolístico. Messi, Mbappe y Neymar son solo algunos nombres que forman parte del PSG, siendo el fichaje del brasileño el más caro de la historia del fútbol con una suma de 222 millones de euros.
Mohammed Bin Salman (Newcastle)
El príncipe heredero al trono de su natal Arabia Saudita rompió el mundo del fútbol al hacerse dueño de uno de los clubes más emblemáticos de la Premier League por unos 400 millones de euros. El capital de saudí es de 350.000 millones de euros, lo cual convirtió automáticamente a las urracas en el club más rico del mundo. A su llegada al club, Mohamed Bin Salman aseguró que invertirá más de 1000 millones de su fortuna para llevar a lo más alto de la élite del fútbol al Newcastle, cosa que va por buen camino.
Determinar si la llegada de los jeques al fútbol es buena o no es un tema complicado. Por una lado, las fuertes inversiones de dinero permiten al espectador neutral disfrutar de equipos de ensueño, imposibles de siquiera imaginar años pasados como es el caso del PSG. Sin embargo, tanto inversión aparentemente desenfrenada (existe un Fair Play financiero, pero es pasado por alto muchas veces) ocasiona que la competencia pierda la igualdad y sea imposible para clubes más pequeños afrontar temporada tras temporada contra monstruos que solo se hacen más fuertes.