La última entrega de la exitosa franquicia de Marvel, que cierra la trilogía dirigida por James Gunn, pone el reflector sobre la crueldad animal. Punto Seguido conversó con la organización Acción Antiespecista para saber más sobre el impacto de la cinta en un tema poco abordado en la agenda pública.
Escrito por: Valeria Flores Calderón
Lágrimas cayeron en las salas de cine alrededor del mundo tras el estreno de Guardianes de la Galaxia Vol 3. Esta última parte de la trilogía dirigida por James Gunn tiene como una de sus tramas el pasado del protagonista Rocket Raccoon, en la que se aborda la crueldad animal en prácticas como la experimentación al mostrarse el proceso vivido por el personaje para alcanzar rasgos humanos como hablar y caminar en dos patas. La cinta ha sido aclamada por dar visibilización a la lucha en contra de esta problemática.
“No es una discusión que se ponga sobre la mesa, porque aún existe la idea de que los animales no sienten, no piensan, o que, aunque lo hagan, no tienen valor”, aseguró Ángela Sato, representante de Acción Antiespecista, una organización vegana que, mediante diferentes tipos de activismo, busca la abolición de la explotación animal. La misión de colectivos como este es la de luchar contra estas preconcepciones a mayor escala posible.
Presentar este tema a una audiencia del tamaño de la que goza Marvel significa una oportunidad para Acción Antiespecista y otras organizaciones veganas de fomentar espacios de conversación sobre crueldad animal. “Si han sentido que esto es injusto, esto tiene una razón. Cada vez que se usan a los animales, el ser humano busca justificarlo”, explicó Ángela. Según la activista, al mostrar a millones de fanáticos la historia de Rocket, se despierta el cuestionamiento sobre estas prácticas en la audiencia.
Un pasado siniestro
Los orígenes de Rocket Raccoon, uno de los miembros fundadores de los Guardianes de la Galaxia, se mantuvieron como territorio no explorado durante las primeras dos entregas de la trilogía. Se hicieron solo vagas alusiones al tema: por ejemplo, se mostraba un plano de su espalda y los circuitos y cicatrices presentes en esta. “Rocket es la criatura más triste del universo”, afirmó James Gunn, director y escritor de la cinta. “Este es un pequeño animal que fue tomado y convertido en algo que no debería ser”, explicó para la sección de noticias de Marvel.
Y es que no fue hasta el cierre de la trilogía que se exploró el pasado de Rocket y, con este, el abordaje de un tema que es muchas veces invisibilizado. En la película se revela que un personaje llamado el Alto Evolucionador fue el responsable, mediante procedimientos tediosos y sumamente dolorosos, de hacer que Rocket pudiera caminar en dos patas y comunicarse en el mismo lenguaje de los humanos. Esto causó, en palabras de Gunn, que el mapache “se sintiera completamente condenado al ostracismo y alienado de cualquier otra forma de vida en la galaxia”.
Para el director de la cinta, todo lo que le pasó a Rocket causó ira y tristeza en el Guardián. Este tipo de emociones y sentimientos no son comúnmente relacionados con los animales. “Ellos desean vivir. No se expresan con nuestras palabras, pero a veces es necesario ponerles palabras porque, por más que nos llamemos racionales, no somos capaces de entender que no necesitamos tener el mismo lenguaje”, explicó Ángela Sato.
La activista hace hincapié en que, si bien en Guardianes de la Galaxia Vol. 3 se otorga rasgos humanos a Rocket, no debemos perder de vista que esta es un recurso narrativo para hacer que la audiencia empatice mejor con el personaje. En la cinta, el hecho de que Rocket sea capaz de hablar y de resolver situaciones complejas no impide que el Alto Evolucionador lo trate con crueldad y lo considere “una abominación”. Poner esta historia en el centro de la trama ha sido motivo de reflexión.
Veganismo en la pantalla grande
La respuesta a los orígenes de Rocket se materializó en forma de lágrimas de fanáticos que, en las salas de cine, enfrentaron la dura realidad que viven muchos animales alrededor del mundo al ser sometidos a la experimentación con fines de aprovechamiento humano. “El guión de James Gunn no se aleja de los temas difíciles, y estamos emocionados por una historia que trata sobre tener empatía por todos los seres vivos y sintientes”, escribió PETA, la organización más grande de defensa de los animales a nivel mundial.
PETA decidió honrar a Gunn con el Not A Number Award, un reconocimiento por “su gentil y convincente representación de Rocket y sus amigos y por recordarle a la audiencia que los animales torturados en laboratorios son seres sintientes y no los números tatuados en ellos”. Esto en referencia a que, en la película, el protagonista y otros animales son etiquetados con números en lugar de nombres, una práctica común en la vida real, donde estos seres son tatuados en sus pechos o detrás de sus orejas.
Más de 115 millones de animales son usados anualmente en experimentación científica, reveló la organización Cruelty Free International. “Los estamos usando para nuestro beneficio, pisoteando sus derechos”, sentenció Ángela Sato que, junto a Acción Antiespecista, ve en Guardianes de la Galaxia Vol. 3 un camino para concientizar al público y que las organizaciones deben aprovechar. Con más de 667 millones de dólares recaudados a nivel mundial, la cinta tendrá un impacto permanente en la conversación sobre los derechos de los animales.