Venezolanos, colombianos, brasileros, peruanos y más trabajaron juntos para dejar el nombre del Perú en lo más alto del continente.
Un papel que no pasa desapercibido luego del éxito alcanzado en los juegos Panamericanos es el de los voluntarios. En primera instancia, más de 55 mil personas postularon a la convocatoria del programa. Luego de un proceso de evaluación y capacitación, 19 mil fueron elegidos y acreditados para formar parte del evento deportivo más grande de América.
Grupo de voluntarios de diferentes países de la sede del Lawn Tennis
Escribe y Foto: Bianca Botto
No fue requisito ser peruano, es por ello que nuestro país acogió a personas de diversas nacionalidades: Venezuela, Brasil, México, Colombia, Argentina, etc. Estos fueron distribuidos como apoyo en 39 disciplinas y cumplieron roles en las áreas de: protocolo, deportes, servicios al espectador, prensa, transporte, alojamiento, servicios médicos, acreditación, entre otros.
El coordinador del área de workforce, Pedro Gayoso, elogió el rol de los voluntarios y manifestó que fue fundamental para que el evento se desarrollará de la mejor manera. Asimismo, expresó que el legado más importante que dejarán los juegos será la formación brindada a los casi 20 mil integrantes. “De ahora en más van a ejercer la ciudadanía de una manera más activa y a formar parte de una generación de personas comprometidas con el desarrollo del país, del deporte y del trabajo en equipo”, señaló Gayoso.
Ryan Sifuentes estuvo como voluntario a lo largo de la competencia en la sede del Lawn Tennis. Llegó de Venezuela hace más de seis meses y desde un principio supo que su ayuda estaría confirmada. ¨Cada uno en su área realmente ha aportado un granito de arena y ha hecho que estos juegos sean los mejores Panamericanos de la historia, como lo han dicho las autoridades. Realmente ha sido hermoso porque hemos hecho nuevas amistades, nuevos contactos, hemos conocido gente de otros países y eso te queda para toda la vida¨, manifestó.
La peruana Noris Pérez también estuvo como soporte en la Villa Panamericana. Su amor por el deporte la llevó a ser parte del numeroso grupo y comentó que el apoyo de los voluntarios fue excelente y que sin ellos nada hubiese sido posible. ¨Hemos sido un grupo maravilloso. El poder compartir con otros es lo máximo a nivel emocional, espiritual, físico, no tiene precio. Esta experiencia es algo que llevaré en el corazón y va a perdurar el resto de mi vida¨.