Los protocolos para reactivar el transporte público están basados en el modelo español, pero ¿funcionarían en el Perú?
Escribe: Dina Algoner
Follow @PS_UPC
Aunque el Ministerio de Transportes y Comunicaciones había permitido el funcionamiento de algunos buses de transporte público a la mitad de su capacidad, ante la necesidad de los ciudadanos que contaban con el pase de tránsito para trasladarse a sus centros de trabajo, la realidad vista en las calles es distinta. Buses y combis transportan más del límite permitido de pasajeros. Según el Instituto de Opinión Pública (IOP) de la PUCP, solo en Lima más del 80% de habitantes usa el transporte público para trasladarse, por lo que las medidas para evitar el contagio en los medios de transporte deben ser las más adecuadas.
Algunos países como España, que también se encuentra en un proceso de ‘desescalada’ para reactivar sus actividades económicas en cuatro fases, implementó protocolos y controles para que los usuarios que requieran del transporte estatal corran mínimos riesgos y así evitar un nuevo brote de infectados.
Protocolo de seguridad para el transporte público en España
Una de las primeras disposiciones dadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, fue la distribución y uso obligatorio de mascarillas para aquellos que viajen en transporte público, indicando mediante un discurso televisivo que su uso “no es un capricho”. Es así que, las empresas de autobuses se pusieron en coordinación con las autoridades sanitarias españolas para la correcta distribución del material higiénico.
De igual manera, como el Perú ha basado su protocolo de transporte en el modelo del país europeo, otra de las normas que se implementó fue la reducción del aforo en los autobuses y trenes con la finalidad de cumplir con el distanciamiento social en este sector. Según lo señalado por la Consejería de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, la capacidad de viajeros en el transporte público se reducirá a un 30%. En caso haya exceso de aforo de un autobús este continuaría con su ruta, pero se dispondría de otra unidad para darle el alcance y llevar a las personas restantes. Además, los usuarios no podrán usar los dos asientos contiguos al del conductor, por lo que tendrán que ubicarse en los asientos posteriores dejando un asiento libre entre ellos y en zigzag.
En cuanto la posible aglomeración de pasajeros a horas punta, indican que se reforzará la frecuencia de los autobuses y que se potenciará el teletrabajo para no saturar la red de transporte. No obstante, el Ministerio de Sanidad aconsejó priorizar la opción de trasladarse en bicicleta o caminando al trabajo, siempre que la distancia sea corta.
Si bien el Gobierno de Martín Vizcarra se está alineando a estas medidas que son las más indicadas y precisas para contrarrestar el contagio, las realidades son diferentes. La presidenta de ATU, María Jara, indicó que solo el 40% de limeños usaban el transporte formal para trasladarse. La poca demanda de usuarios y la falta de regulación municipal en las rutas generó un roce en las concesionarias, que en mayo del año pasado llegaron a anunciar una paralización en sus servicios. Anuncio que fue suspendido luego de llegar un acuerdo con ATU. Por ello, el problema de la deficiencia en el transporte público peruano complicaría la situación para avanzar en las siguientes fases de reactivación.