Son cada vez más los varones que dedican su vida al ballet. Es el caso de Carlos Bracho, quien se presentará por primera vez en la gran obra navideña “El Cascanueces”.
Escribe: Pamela García Godos
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No es sorpresa que en pleno siglo XXI algunas personas aún sigan pensando que es “raro” ver a los varones bailando ballet. Familias enteras prohíben a sus hijos desenvolverse en esta disciplina porque la consideran estrictamente femenina.
Este fue el caso de Carlos Bracho, un joven venezolano que sorprendió a su familia cuando empezó a bailar. “Eso no les gustaba, decían que no era para hombres, lo de siempre”, recuerda. Bracho confiesa que sus padres sí lo apoyaban, pero en el canto. Entonces, los engañaba diciendo que iba a ensayos de ese tipo. La primera vez que los invite a una función les hice creer que iba a salir a cantar y resulta que aparecí bailando. Al inicio tenían la expresión de ‘¿y tú no ibas a cantar?’ hasta que al final les gustó lo que hice en la danza y me dijeron que sí tenía un buen futuro como bailarín”.
Hoy, desde Perú, Carlos es el sustento económico de su familia que se encuentra en Venezuela. “Gracias al ballet he viajado a Bulgaria, Panamá, Costa Rica (seis veces), Colombia y comencé a generar ingresos. Solo por una función me pagaron 600 dólares y para los venezolanos, o para mí que no tenía trabajo como tal, era un montón de dinero. Mis padres comenzaron a ver frutos de lo que yo estaba haciendo”. Ahora representará al Perú en Orlando. Todo esto antes de que El Cascanueces llegue a escena del 6 al 26 de diciembre. Carlos tiene un gran compromiso y disciplina pues mientras realiza estas competencias también está en los ensayos de esta obra que pronto abrirá las puertas del Gran Teatro Nacional.
Si quieres saber más de historias como estas, no te pierdas el reportaje “Detrás de la Magia” que saldrá este viernes 22 de noviembre en la revista Punto Seguido y sumérgete en el detrás de escena de El Cascanueces.