Por Fernando Merino
Fotos : Google
“No considero que yo pueda cambiar algo. Sí considero que puedo formar parte de un cambio, pero un cambio con un grupo que sabe qué es lo mejor para selección”, mencionó Ricardo Gareca el pasado 2 marzo del 2015 en conferencia de prensa cuando fue presentado como técnico de la selección peruana de fútbol. Estas palabras del también conocido “Tigre” me hacen pensar en la coyuntura que se ha vivido en las últimas semanas. Luego de los últimos partidos de Perú en las eliminatorias, contra Argentina y Chile, diferentes medios informaron sobre una posible renovación de contrato, hasta el 2022, del actual seleccionador del equipo peruano. Esta noticia ha recibido críticas, positivas y negativas, de los diferentes medios deportivos del país. En la actualidad la Federación Peruana de Fútbol (FPF) está trabajando en el Plan Centenario 2022, el cual tiene como principal objetivo impulsar la competitividad de las diferentes selecciones nacionales; es decir, en la FPF ya se habla de procesos a largo tiempo. Entonces, si el principal ente rector del fútbol peruano ya busca una continuidad, sería bueno continuar con el mismo técnico en la selección mayor. Es claro que Ricardo Gareca en los casi dos años que tiene al mando de la selección ha tenido muchos errores. Por ejemplo: la inocencia a la hora de realizar cambios, equivocarse en las alineaciones, hacer replanteos rápidos en los mismos partidos. Esto se vio claramente en el último partido contra Chile, cuando reemplazo a Carlos Lobatón por Pedro Aquino a tan solo treinta minutos de empezado el encuentro. Sin embargo, también ha tenido grandes aciertos que pueden respaldar su renovación.
En los últimos meses, Ricardo Gareca ha sabido consolidar a un nuevo grupo de jugadores; es decir, ha logrado formar una nueva selección con futbolistas, en su mayoría que juegan en el fútbol local, y potenciarlos futbolísticamente. Miguel Trauco y Aldo Corzo son claro ejemplo de ello. Ambos laterales de Universitario de Deportes y Deportivo Municipal, respectivamente, no eran considerados en el equipo nacional. Pero cuando tuvieron su oportunidad la aprovecharon y ahora son titulares indiscutibles. El mismo Christian Ramos, un defensa cuestionado por muchos, ha logrado hacerse con el puesto a punta de trabajo y esfuerzo. Actualmente juega en el fútbol argentino. Esto es gracias a sus propios méritos, sí, pero el respaldo que el técnico nacional le brindó también fue importante. Ricardo Gareca supo impulsar al que actualmente es un jugador importante del equipo: Christian Cueva. Cuando todo el Perú criticaba su llamado a la Copa América de Chile del 2015, Gareca lo puso de titular en todos los encuentros, y desde ese entonces, el rendimiento de “Cuevita” ha sido óptimo. El equipo ha mejorado tácticamente y se nota un poco más de trabajo. Lo más importante que el estratega nacional ha conseguido con este nuevo grupo de jugadores es el compromiso; una palabra que ha sido recalcada y pedida por muchos. Estos futbolistas creen y respetan a Gareca. “Él sabe sacar lo mejor de cada jugador y ha comprometido al grupo”, explicó Oscar Vílchez en declaraciones a RPP. Desde que Ricardo decidió cambiar la selección e incluir a estos nuevos jugadores, ha disputado 8 partidos y los resultados no son malos: por la Copa América Centenario le ganó a Brasil y a Haití, empato con Ecuador y perdió por penales en cuartos de final frente a Colombia; en las Eliminatorias, le ganó a Ecuador, empató con Argentina y perdió contra Bolivia y Chile.
Gareca es un técnico que está logrando lo que sus antecesores no han podido hacer. Crear una selección, con un grupo de jugadores entre 22 y 24 años, que pueda jugar la siguiente eliminatoria de una manera más competitiva. Todo proceso requiere tiempo y sacar a Gareca del cargo sería un retroceso, ya que el nuevo técnico demoraría en conocer a los futbolistas. Es mejor continuar con un entrenador que ya comprende a sus jugadores, y lo más importante, seguir con ese compromiso y respeto que estos futbolistas tienen con la selección. Esto no garantiza una clasificación, pero si un equipo más sólido y experimentado.