A pesar de las advertencias del gobierno estadounidense, la presencia militar rusa en Venezuela ha causado que las tensiones internacionales escalen.
Redacción: Rodrigo Ortecho
Follow @PS_UPC
El apoyo del presidente ruso
Vladimir Putin hacia el régimen de Nicolás Maduro, así como la negativa de
reconocer a Juan Guaidó como verdadero gobernador, ha centrado la atención del
marco político internacional. Dicho respaldo de Rusia con la Republica
Bolivariana de Venezuela, no es sólo político sino también militar. A fines de
marzo, dos aviones rusos con militares, entre ellos asesores y expertos en
ciberseguridad, arribaron a la ciudad de Caracas. De la misma forma, se
instalaron en la ciudad de Guárico defensas anti aéreas vendidas por Moscú. Esta estrecha relación entre
ambos países causó el rechazo total del presidente de los Estados Unidos.
Durante la reunión que tuvo la semana pasada con Fabiana Rosales, esposa de
Guaidó, Donald Trump afirmó: “Rusia debe irse.” También, recalcó que la presión
sobre el gobierno de Maduro está aumentando, “ahora mismo tienen mucha presión,
no tienen dinero, no tienen petróleo, no tienen nada”. Tras ello, el ministerio ruso de exteriores
no tardó en responder, y la vocera María Zajárova replicó: “ni Rusia,
ni Venezuela son provincias de Estados Unidos”. Además, agregó “Rusia no cambia el equilibrio de
poder en la región y no amenaza a nadie” y finalizó su respuesta firmemente
manifestando “El señor Guaidó no tiene ningún poder real, no importa a dónde
viaje su esposa”. Según José Alejandro Godoy, analista
político y docente de la PUCP, la razón de por qué Rusia tiene tanto interés en
involucrarse directamente con Venezuela, es principalmente debido a dos
factores: “El primero es energético, pues Venezuela requiere de
compradores de petróleo y Rusia es uno de sus principales clientes para
expandir sus industrias. El segundo es geopolítico, ya que Rusia busca mejorar
su posición en América Latina”. Además, añadió que al mostrarse como aliado del
gobierno venezolano, busca hacerle contrapeso a la postura de los Estados
Unidos. Hasta el momento, la tensión
entre las grandes potencias no ha llegado a un desenlace mayor y, algunos
medios lo tildan de una “Nueva Guerra Fría”. Sin embargo, Godoy refuta esto
arguyendo que ese enfrentamiento fue por alineamientos ideológicos, mientras
que la intervención de las grandes potencias en Venezuela pasa más por
intereses propios que los de naturaleza ideológica.