Tras dos años de guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto no parece que llegue a terminar pronto. Incluso, diversos expertos coinciden en que es posible que se den las condiciones para que se llegue a un conflicto mucho mayor.
Por Nicole Córdova, Gerald Lazo y Matías Munive
“Tanto Rusia como Ucrania ya se encuentran en una guerra muy fuerte. Existe la posibilidad de que el conflicto dure incluso más de cuatro o cinco años”, así lo asegura el internacionalista y docente de la Universidad de Chile, Carlos Escaffi. El enfrentamiento entre Rusia y Ucrania ha dejado, según estadísticas de la organización humanitaria, Cruz Roja, más de 6 millones de refugiados en el mundo. De acuerdo con cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 3.7 millones de personas han sido desplazadas al interior de Ucrania, desde que empezó la conflagración, lo que denota que la situación en la línea de batalla sigue siendo muy delicada.
Son las ciudades más cercanas al frente de combate las que han resultado más afectadas por las consecuencias de la guerra. Localidades como Jarkov, Mariupol y Donetsk, ubicadas en la frontera ruso-ucraniana, se encuentran devastadas. A consecuencia de ello, vienen recibiendo ayuda humanitaria de Médicos Sin Fronteras, organización internacional, la cual asegura que solo el año 2023 recibieron más de 60 000 consultas para poder atender a los heridos en estado crítico.
Expertos afirman que esta guerra no parece que vaya concluir en el corto plazo. El conflicto que viven Rusia y Ucrania, además, se remonta décadas atrás. De esta manera, los analistas concluyen que ambas naciones, por ahora, no están en la posibilidad de llegar a una tregua o alto al fuego. Según cifras de la ACNUR en Ucrania, el enfrentamiento se ha cobrado la vida de 50 000 soldados rusos y ucranianos, entre ambos bandos. Asimismo, una eventual intervención extranjera sólo agravaría más el conflicto entre ambas naciones.
Incluso, según el internacionalista Francisco Belaunde, la guerra podría alcanzar niveles a gran escala. “Una gran intervención de los Estados Unidos en el conflicto podría poner en riesgo los intereses de Rusia, lo cual, sumado al apoyo de la OTAN, podría desencadenar una tercera guerra mundial”, comentó Belaunde para Punto Seguido.
El impacto económico adverso en América Latina y otros países
La guerra ha generado una considerable disrupción en el comercio multilateral, en especial en las regiones fronterizas, afectando a industrias clave como la agricultura, la manufactura y el transporte. Según el Consejo de la Unión Europea, las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional contra Rusia, han complicado aún más esta situación. A Rusia se le ha limitado el acceso a los mercados financieros globales y su capacidad para importar bienes de consumo se ha visto mellada.
Juan Carlos Ladines, profesor del Departamento Académico de Marketing y Negocios Internacionales en la Universidad del Pacífico, considera que, a pesar de la sanción económica, en la OTAN no se plegará a favor de Rusia.
“¿Tú crees que va a dejar entrar a un país inestable como Ucrania para que sea parte de la OTAN? No. No hay ninguna evidencia que muestre de que la OTAN se “disparara al pie” y trajera a un país inestable, y que, para colmo, está en conflicto con la gran amenaza que representa para la OTAN”, añadió Ladines.
Por su parte, para Jorge Vega, docente de Economía de la PUCP, la guerra entre Rusia y Ucrania ha causado alzas en los precios de productos agrícolas, ocasionando carencia de granos, es decir, cereales; así como también fertilizantes, que son productos de lo cuales Ucrania es un gran exportador. Asimismo, las cotizaciones de los recursos energéticos han recibido un fuerte encarecimiento por las sanciones a la exportación de combustibles de Rusia, lo que no conviene al Perú, que debe importar petróleo.
No obstante, Perú, como principal exportador de minerales, podría beneficiarse de una posible subida de los precios de bienes metálicos, como el oro y el cobre.
Rusia es un importante exportador de energía, incluyendo petróleo y gas natural, y cualquier interrupción en su suministro puede seguir teniendo repercusiones significativas en los mercados internacionales. La incertidumbre generada por el conflicto ha contribuido a la volatilidad en los precios del petróleo y el gas, que a su vez afecta a la economía mundial y puede aumentar los costos de producción para empresas y consumidores en todo el mundo.
Crucial papel de la comunidad internacional: OTAN, y la Unión Europea versus los aliados de Rusia
En la actualidad, tanto los países europeos como las grandes potencias occidentales, están apoyando con convicción a Ucrania, dado que no posee el nivel militar ni las armas de Rusia. Según el portal Statista, hasta el cierre de este informe, tanto las instituciones de la Unión Europea como los Estados Unidos, son agentes que la han asistido tanto a nivel militar como humanitario con 84 millones y 68 millones de euros, respectivamente. Sin embargo, este enorme apoyo podría ser afectado.
De acuerdo con la becaria en Estudios Internacionales, Bruna Barlaro, las próximas elecciones en Estados Unidos son trascendentales, ya que cambiarían el rumbo del conflicto. “Un cambio en la administración, especialmente con la elección de un candidato más conciliador hacia Rusia, como Donald Trump, podría traducirse en una disminución del apoyo militar y económico a Ucrania”, dijo para Punto Seguido la auxiliar docente de la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina, donde también enseña.
Según el docente de la Universidad Mayor de San Marcos, Anthony Medina, otro factor importante para entender el origen del conflicto entre la OTAN y Rusia, fueron las tensiones relacionadas con el expresidente Yanukovich. A mediados de diciembre del año 2013, a pesar de sus intereses prorrusos, el por entonces presidente de Ucrania, quería finalizar un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
Así, Ucrania podría beneficiarse económicamente, pero a Rusia no le convenía que aquella sea parte de esta confederación, pues de esta forma, la UE podría respaldarla con logística bélica para enfrentar un eventual uso de armas nucleares, que pertenecían a Rusia, tras la disolución de la Unión Soviética. Este factor trajo un primer quiebre para este conflicto, declaró Medina, experto en Relaciones Internacionales.
Rusia también cuenta con aliados estratégicos que ayudan al régimen de Vladimir Putin. El caso más representativo es una república limítrofe a Ucrania con un gran arraigo militar y cultural ruso: Bielorrusia. Por otra parte, está China, pero la nación asiática no ha demostrado un apoyo férreo a la invasión rusa de Ucrania.
Por otro lado, también se encuentra Irán, una potencia bélica y abierto amigo de Rusia, puesto que comparte el mismo espíritu antioccidental de la nación europea. Según la especialista Barlaro, Irán proporciona a Rusia armas y ayuda energética para mitigar las sanciones económicas, lo que fortalecería a Putin en el escenario europeo. El 3 de abril del 2024, el portavoz principal de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que el apoyo mutuo entre estos dos países, pondría en graves peligros la estabilidad mundial.
Además, el portal de agencia de noticias alemana, Deutsche Welle, en marzo de 2024, informó que Corea del Norte, en su afán de seguir secundando a Rusia en la guerra con Ucrania, le proporcionó 6 700 contenedores para la intensificación de los ataques en el frente ucraniano. El líder de Corea, Kim Jong Un, continuó avalando a Putin.
La influencia del expresidente ucraniano Viktor Yanukovich
“En las elecciones presidenciales del año 2010, Viktor Yanukovich fue elegido y siempre se caracterizó por ser afín a los intereses de Rusia, antes que los de Ucrania”, afirmó Carlos Escaffi para Punto Seguido.
Yanukovich fue mandatario de Ucrania desde el 2010 hasta el año 2014, cuando fue obligado a renunciar debido al “Euromaidan”, denominada a una serie de manifestaciones contra su Gobierno, debido a que, según Escaffi, “los ucranianos lo acusaban de ser títere del Kremlin y respaldar las decisiones del presidente ruso, Putin.
Este jefe de Estado era el máximo representante de la, todavía vigente, cultura soviética en Ucrania. Tras la salida de Yanukovich, las tensiones entre ambos países aumentaron, lo que desencadenó la invasión rusa a la península de Crimea en marzo del año 2014; legitimidad que discuten las organizaciones multilaterales, dado que fue rechazada por la comunidad internacional, la cual impuso sanciones económicas a Rusia.
Lugansk y Donetsk: el pretexto de la guerra
La división de los países que pertenecían a la URSS y sus límites fronterizos, en 1991, no fueron los adecuados, de acuerdo con el internacionalista Medina. Esta demarcación arbitraria de las fronteras causó que regiones con un fuerte legado cultural soviético, o rusófilas, terminen dentro de las fronteras ucranianas. Este es el caso paradigmático de Lugansk y Donetsk, que forman parte de la región del Dombás, principal eje del conflicto.
De esta manera, cuando se dieron las multitudinarias protestas de ucranianos en 2014 contra el régimen prorruso de Viktor Yanukovich, tanto Lugansk como Donetsk mantuvieron su postura prorrusa, lo que evidenció su inclinación con el Kremlin. Luego de la dimisión del expresidente, las regiones del Dombás aceleraron su proceso de desvinculación con la identidad ucraniana, pues el régimen entrante representaba una agenda mucho más nacionalista, y menos vinculada a la cultura rusa.
En enero del 2014, se produjeron revueltas nacionalistas por parte de algunos habitantes radicales prorrusos de estas dos zonas fronterizas del Dombás, es decir, en Lugansk y Donetsk. El también conductor del programa, “Hablemos del Mundo”, Belaunde, sostiene que estas manifestaciones independentistas fueron caldo de cultivo para incrementar la tensión entre ambos países. Llegaron al punto, agregó, que estas localidades se sintieron despreciadas por el Gobierno de Ucrania, lo que acrecentó el espíritu separatista que, finalmente, terminaron consiguiendo en el marco de la guerra ruso-ucraniana.
De esta manera, los expertos coinciden en que el conflicto entre Rusia y Ucrania se encuentra muy lejos de un posible final.