Por: Arturo Grados
En un anuncio este martes, la empresa Samsung Electronics detuvo la producción de Galaxy Note 7 dos meses después de su lanzamiento, lo que significa un duro golpe a la reputación y perspectivas del gigante surcoreano, el cual no ha podido resolver los problemas de seguridad del dispositivo. El problema transcendió tras informarse de más treinta casos de incendios y explosiones de las baterías en terminales aéreos de varios países.
Foto: news.anotao.com
Esta decisión fue saludada por la autoridad estadounidense de protección del consumidor, que advirtió contra los peligros de esta phablet, tal como se llaman los modelos a medio camino entre los teléfonos inteligentes y las tabletas. El anuncio certifica el declive del Galaxy Note 7, lanzado por anticipado en agosto por Samsung para intentar pisar los talones a su gran rival Apple.
Pero a pocos días del lanzamiento, las imágenes de dispositivos Note 7 carbonizados comenzaron a aparecer en redes sociales y con estas, el primer síntoma de que algo estaba funcionando mal.
Samsung ha pedido a los usuarios que tengan un Galaxy Note 7, nuevo o usado, que lo apaguen y lo devuelvan a la fábrica. Los dispositivos serán desembolsados o cambiados por un modelo diferente.
Foto: news.anotao.com
Uno de los últimos casos que han dado la vuelta al mundo es la grabación en la que se ve a una empleada de un Burger King surcoreano que retira un Note 7 que echa humo blanco.
Esto sería la pérdida total, actualmente se calcula que todo el problema que ya ha causado el Galaxy Note 7 le está costando cerca de 5.000 millones de dólares en ventas perdidas para la compañía coreana.
Ahora Samsung cuenta con un importante reto ante sí en 2017: recuperar con el Samsung Galaxy S8 toda la confianza que podrían haber perdido sus fieles compradores, esos que están dispuestos a comprar el dispositivo desde el primer día.