Los peruanos vivieron la fe en las afueras del templo del Santo Patrono.
Redacción: Luis Carlos Pérez
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Las primeras horas de la procesión del Señor de los Milagros siempre son las más intensas. La espera del Cristo Moreno se manifestó con un largo séquito de creyentes a la salida de la Iglesia Las Nazarenas. Los niños, adolescentes y adultos estuvieron desde antes del amanecer para recibir la misa que el cardenal Juan Luis Cipriani celebró en las esquinas de los jirones Huancavelica y Tacna.
Asimismo, los ambulantes aprovecharon el momento para rodear el templo y poner a la venta desayunos, estampitas, flores y globos. Los fieles se apresuraron en comprar recuerdos de la procesión y, algunos, en recuperar las fuerzas con algo de comida para acompañar a la sagrada imagen en su recorrido.