La modificación de la ley 141 condena el corte genital en un país donde el 86.6% de mujeres entre 15 y 49 años han sido sometidas a esta práctica.
Foto: Andina
Escribe: Sharon Chávez Follow @PS_UPC
Un año después de la expulsión del dictador Omar Hassan al-Bashir, el gobierno de transición en Sudán prohibió y criminalizó la ablación. Este mandato fue aprobado el 22 de abril, condenando a cualquier persona que practique dicha operación con hasta tres años de cárcel y una multa. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, en ciertas comunidades de 29 países en África se realiza la mutilación genital femenina (MGF).
Definición
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la ablación consiste en el corte total o parcial de los órganos genitales femeninos o cualquier otra lesión de los mismos sin motivos médicos. Las razones de esta práctica varían de acuerdo a la comunidad, pero se dividen en cinco categorías: psicosexual, cultural, estética, religiosa y socioeconómico. La MGF es vista como un rito de transición para la niña que se convierte en mujer, además de ser un paso necesario antes del matrimonio. Aquella familia que no la realice podría recibir la condena y el rechazo de su sociedad.
¿Cómo se realiza?
Existen 4 tipos de operación, una de las más agresivas consiste en la extracción del clítoris en conjunto con los labios vaginales internos y externos, se termina cosiendo la herida dejando un orificio para la orina y el flujo menstrual. Tras la operación se suelen atar las piernas para inmovilizarlas y que la herida cicatrice más rápido. A menudo, se realiza para la reducción vaginal por la creencia de que esto causaría más placer sexual en el hombre. Sin embargo, este procedimiento podría causar complicaciones en el embarazo, infecciones graves, hemorragias, la falta de placer sexual e inclusive la muerte.
¿Qué se está haciendo?
A pesar de que en ciertos países la MGF es ilegal, para los gobiernos es difícil manejar las tradiciones de las comunidades lejanas. Es por ello, que algunos activistas han realizado diversas campañas que implantan un rito de iniciación alternativo que no afecte la salud de nadie. De acuerdo a un artículo del New York Times, uno de esos programas ayudó a salvar al menos a 15,000 niñas de la ablación entre los maasai en Kenia, donde el procedimiento fue prohibido en el 2011.
Otro de los obstáculos que se atraviesa para la erradicación definitiva de mutilación es el apoyo médico que en algunos países se recibe. Según la OMS, la llamada medicalización de la MGF, es cuando el procedimiento lo realiza un medico, enfermera o un trabajador sanitario. Al medicalizar se puede llevar a cabo en una clínica pública o privada, como en cualquier otro lugar con atención médica. Según estimaciones del Fondo de Población de la Naciones Unidas, una de cada cinco niñas sometidas a la MGF les practico la ablación un personal de atención médica calificado, en algunos países la cifra puede elevarse hasta tres de cada cuatro. Sin embargo, la nueva aprobación de la ley sudanesa también condena a los centros de salud que las practiquen, privándolos de las licencias de funcionamiento.