Encuesta realizada a inicios de marzo por Ipsos indica que el 80% de la población urbana cuenta con un celular. Foto: Diario Uno
El psicoanalista Enrique Roig nos comenta, a través de una entrevista, la necesidad de los aparatos tecnológicos para lograr una comunicación tan cercana como la conexión física.
Escribe: Gia Solf
“Phubbing”, término inglés creado en el 2007 tras la aparición de teléfonos inteligentes, refiere a la acción de ignorar a las personas y al ambiente en el cual se encuentra esta, para así centrar su atención en su celular o aparato tecnológico. Este término aplica en la vida diaria afectando nuestras relaciones cercanas, llegando a perjudicar a aproximadamente 8/10 adolescentes peruanos según encuesta realizada a finales de 2018 por Motorola. Empero, existe una contradicción el día de hoy con respecto a ese término debido a la pandemia del COVID-19 y el aislamiento social. Esto se debe a que la separación social que nos generaba anteriormente el “phubbing” se ha convertido en un arma para poder combatirlo. Es decir, los seres humanos al día de hoy requieren de un espacio personal en el cual logren conectarse con sus seres queridos y amistades a través de sus celulares o aparatos tecnológicos para así llenar el sentimiento del alejamiento.
Enrique Roig explica que los seres humanos nos hemos familiarizado a la respuesta inmediata, lo que nos da a entender la comunicación como el estar cerca de alguien, percibir sus emociones y acciones, para así aliviar y satisfacer nuestro sentimiento de pertenencia, reciprocidad e interés mutuo con la persona que se comunica. Además, nos hemos desarrollado en grupos o comunidades, acostumbrándonos a la selección de vínculos que priorizamos y buscamos mantenerlos, creando una sensación en nosotros mismos de estabilidad. Sin embargo, esto se ha perdido durante la cuarentena, convirtiendo al celular en un instrumento que nos permite lograr la sensación de comunicación física, ya que nos permite ver imágenes, gestos y expresarnos mediante textos o voz.
De igual manera, Enrique nos comenta que las personas no deben estar solos para buscar un refugio y acompañamiento a través de la tecnología, dando a conocer que muchos de los que recurren al celular se encuentran en sus hogares con familiares o amistades. Esto se debe a que buscan aislarse de ellas debido a que “la misma situación te obliga a estar constantemente juntos más del tiempo que usualmente lo haces”, como explica el especialista. La obligación de compartir más del tiempo acostumbrado con otras personas genera una circunstancia que te permite diferentes posibilidades y situaciones, en donde, dependiendo de cada uno, muchas veces termina en una búsqueda de escapatoria de la realidad diaria al conectarse de forma virtual y desconectarse de forma física.
Para ello, es fundamental reconocer que una cosa es la soledad como desconectado y otra es la soledad como contacto consigo mismo, el sentirse solo. La soledad como desconexión es el aislamiento de la persona ante diversas situaciones, la cual “implica una sensación nociva para la persona”, como explica el experto. En cambio, el sentirse solo es un sentimiento que se genera en soledad tanto como en acompañamiento. Varios durante la cuarentena se sienten solos al no poder compartir experiencias o intercambiar palabras con quienes desean, convirtiendo al celular en su mejor aliado, acompañante que según el psicoanalista logra ser lo más cercano que tenemos por el momento con la interacción física. Además, Enrique añade que es necesaria la sensación de estar conectados, generando un “proceso de apego a través del cual nosotros vamos a regularnos emocionalmente.”