Foto: Generada por IA (Adobe Firefly)
Tras una serie de casos de corrupción en sus más altas esferas, la Federación Deportiva Peruana de Basketball perdió el reconocimiento del Instituto Peruano del Deporte, lo que provocó su suspensión y posterior desafiliación de la Federación Internacional de Baloncesto. Los principales afectados son los jugadores, quienes han quedado impedidos de participar en torneos internacionales.
Por Rafaella Quiroz, Olenka Salas y Flavia Vigil
En 1926, se fundó oficialmente la Federación Deportiva Peruana de Basketball (FDPB), presidida por Mario De Las Casas. En ese entonces, el deporte ya había comenzado a expandirse y a ser practicado en clubes y colegios de todo el país. La FDPB se constituyó con el propósito de unificar y regular las actividades relacionadas con el baloncesto en el Perú. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, este propósito se ha visto nublado por los diversos casos de corrupción que ocurren dentro de la Federación.
En el 2018, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) decidió suspender a la FDPB, privándola de participar en competiciones oficiales como los Juegos Panamericanos Lima 2019. Este duro golpe fue seguido por otra medida drástica en junio de 2021, cuando la FIBA desafilió a la Federación debido a la falta de acción por parte de las autoridades del baloncesto peruano para resolver sus problemas internos.
El básquet nacional, a pesar de sus logros pasados, como la medalla de oro obtenida en el Campeonato Sudamericano de 1938 o el sobresaliente desempeño de Ricardo Duarte en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, se vio sumido en una gran crisis.
Las razones de la desafiliación
Según documentos oficiales de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), para el año 2023, la Federación Peruana de Basketball acumulaba una deuda con el Estado de aproximadamente 2 millones de soles, heredada de administraciones anteriores que datan del año 2001. Esta deuda se convirtió en un obstáculo para recibir fondos del Instituto Peruano del Deporte (IPD). Estos problemas financieros se incrementaron durante las gestiones del entonces presidente Víctor Lainez Arias, un personaje trascendental en las razones del declive de la disciplina en los períodos 2009-2012 y 2013-2016.
Para sortear esta situación, Lainez optó por un acuerdo con la Asociación Peruana de Baloncesto (APB), organización que él mismo fundó de forma paralela en el 2010. Mediante este convenio, la FDPB cedía sus derechos como ente regulador del baloncesto peruano a la APB. A raíz de estas maniobras, Lainez emergió como el principal controlador de la disciplina en el país.
Lainez, sindicado como el culpable del declive
Víctor Enrique Lainez Arias se inició en el básquetbol peruano siendo dirigente en la liga distrital de Lima. Luego de pasar cuatro años en este cargo, consiguió ser presidente de la Federación Peruana de Basketball (FDPB). Su primer mandato duró de 2009 a 2012 y fue reelegido para el período 2013-2016.
En noviembre del 2010, Lainez fundó la Asociación Peruana de Basket. Esta entidad le serviría recién en el año 2011, cuando suscribió el “convenio de apoyo interinstitucional entre la Federación Deportiva Peruana de Basketball y la Asociación Peruana de Basketball”. Este convenio consistía en que la federación le otorgaba poderes para utilizar sus bienes a la asociación deportiva. Para justificar esta movida, Lainez declaró que no se podía usar la cuenta bancaria de la FDPB por la deuda que mantenía con Sunat. Es por ello que la Federación debía ceder dichos bienes a la asociación.
En razón a esta maniobra, Lainez comenzó a utilizar el dinero de los deportistas para beneficiarse económicamente, según lo manifestado por los entrenadores Mario Ramos y Carlos Garcés, quienes denunciaron estos hechos en el año 2016. Luego de ello, fueron atacados cibernéticamente por Lainez. En conversación con Punto Seguido, Ramos declaró lo siguiente: “En el año 2014, teníamos un Sudamericano y no me dieron uniformes. No hubo viáticos para los jugadores. No podía ser que [Lainez] no tuviera plata porque yo sabía que el Estado le daba”. Es por ello que Ramos y Garcés investigaron, con ayuda de algunos contactos de provincia, y recibieron mediante un correo anónimo el primer documento detonante: el convenio entre la FDPB y la APB.
El reconocido entrenador de básquet del Barranco Tennis Club, Christopher Dickudt, integrante de la Asociación Deportiva Anticorrupción del Perú (ADA Perú) y socio de Ramos, dejó clara su postura en Punto Seguido: “Lainez atacaba al mensajero, no al mensaje. No respondía acerca de los cargos imputados: es un delincuente”.
Asimismo, en el documento recibido por Garcés y Ramos, al que accedió Punto Seguido, se advierte que Lainez y las personas que estaban a cargo de la FDPB en ese momento habrían realizado diversas operaciones relacionadas al cobro de cheques en soles y dólares, operaciones que tendrían como principal beneficiario a Victor Enrique Lainez Arias al haber recibido fondos por montos de S/. 4 557 835.00 soles y USD 244,051.00
En 2017, el Comité de Justicia Deportiva falló en contra de Lainez, quien fue inhabilitado y condenado a pagar una multa de 20 UIT. Sin embargo, su proceso penal por lavado de activos aún está en trámite, proceso por el cual está impedido de salir del país. Lainez está fuera del básquet oficialmente. No obstante, para Christopher Dickudt, él sigue detrás de la trama de corrupción en la Federación desde la clandestinidad.
Punto Seguido intentó comunicarse en varias ocasiones con Lainez a través de su correo personal para recoger su versión de los hechos, pero no obtuvo respuesta.
La última llamada de atención
A raíz de la salida de Lainez, la FDPB tuvo que organizar unas nuevas elecciones en el marco de sus estatutos. En dichos comicios participaron todas las ligas activas del país. El candidato elegido para el período 2017 – 2020 fue Javier Quezada. El problema es que estas elecciones fueron realizadas por cinco ligas distritales sin ninguna representatividad, y según Dickudt, allegadas al cuestionado ex dirigente Lainez. Las ligas eran la de San Juan de Lurigancho, manejada por Lainez y Mansilla, acusados de lavado de activos; la de de Barranca, manejada por Victor Cisneros, denunciado ante el Consejo de Justicia del IPD por infringir las normas legales de la Ley del Deporte; y la de Trujillo, a cargo de Javier Quezada. Las otras dos eran de Huánuco, y no estaban federadas.
Cabe recalcar que, según los estatutos de la FDPB, no se puede ser presidente de más de una liga a la vez. Sin embargo, Quezada fue elegido, pese a las irregularidades antes mencionadas. Quien presidió el comité electoral en las elecciones del 2017 fue Víctor Cisneros Colchado.
En el año 2017, Ricardo Duarte, presidente, en ese entonces, del Grupo de Trabajo de la FDPB, denunció que Javier Quezada venía usurpando el cargo de presidente de la Federación debido a que su proceso de elección recibió diez observaciones que no pudo levantar en su momento. Por esta razón, el IPD, en marzo del mismo año, designó un grupo de trabajo para que la Federación no quede en el aire.
“Quezada tiene una carta de FIBA en la que se felicita el proceso de elección, pero no lo reconoce de manera oficial. Con eso está usando la papelería, el sello de la Federación y está fungiendo como presidente. Ha enviado una carta al Comité Olímpico Internacional en la cual aparece como presidente de la institución en abril, cosa que no es”, denunció Ricardo Duarte en el programa La Oral Deportiva, de Radio Ovación, en el año 2017.
Durante este período, la Federación no tenía un representante legal ni personería jurídica, por lo que el IPD no la reconocía. Debido a estos problemas internos, en el año 2018 la FIBA decidió suspender a la FDPB por no cumplir con los requisitos de sus propios estatutos. El IPD quiso establecer grupos de trabajo para registrar a otra federación en registros públicos. Sin embargo, se encontraron con “tapones registrales” que lo impidieron.
El abogado Claudio Benalcazar afirma que la maniobra mencionada es burda y consiste en ingresar en calificación varios títulos al mismo tiempo para entorpecer el proceso de inscripción del título que se necesita registrar.
Por estas razones, la selección peruana de baloncesto no participó en los Juegos Panamericanos Lima 2019, en los que debía ostentar la localía. El 18 de junio de 2021, la entidad internacional del básquet realizó una asamblea general en la que decidió expulsar a la FDPB por no resolver sus problemas internos. A partir de allí, el básquet peruano oficialmente dejó de existir a nivel internacional.
El periódo más irregular
En el marco de ilegalidad en el que se mantenía la FDPB, se convocaron y realizaron nuevas elecciones. En ellas, sólo cuatro ligas contaban con el Registro Nacional Deportivo (Renade), la acreditación que funciona como un DNI para las ligas: les brinda legitimidad y reconocimiento frente al IPD. En dicho proceso electoral, había varios clubes, ligas y la misma Federación que no contaban con este reconocimiento. De todas formas, las elecciones se llevaron a cabo y Víctor Cisneros Colchado fue elegido como nuevo presidente para el periodo 2021-2024.
Sin embargo, este personaje no habría podido ser elegido de acuerdo al propio reglamento de la FDPB, el cual indica que el presidente está impedido de ejercer ningún cargo directivo en clubes y tampoco pueden ostentar cargos en su liga. Sin embargo, contrario al Reglamento, Cisneros es el presidente de la liga de Barranca y entrenador de su propio club, llamado “Victor Cisneros”.
Esta nueva federación cuenta con el apoyo del presidente del Comité Olímpico Peruano (COP), Renzo Manyari, quien estaría incumpliendo el artículo 29 de la carta olímpica internacional al apoyar y reconocer una federación que aún no cuenta con afiliación a la FIBA.
La otra cara de la moneda
Un entrenador de básquet se comunicó con Punto Seguido de manera anónima para mostrar una perspectiva distinta de los hechos. Él habla de una “federación transitoria” que perjudica el futuro de los jugadores: “Ellos hablan de corrupción pero Percy Acosta (presidente de la liga de Lima), Mario Ramos y Ricardo Duarte también tienen denuncias por lavado de activos”.
Consultado sobre esta acusación, Ramos respondió que su denuncia se dio producto de un malentendido por la compra de un terreno que tenía irregularidades de las cuales él no tiene ninguna responsabilidad pues lo adquirió mediante un banco.
Por otro lado, la liga de Lima está también en contra de la federación actual. Esta liga realiza su propio torneo que consta de siete partidos por el cual cobra 3500 soles a cada club. La organización de este evento es cuestionada por el entrenador citado anteriormente: “La liga de Lima tampoco muestra ningún balance de la plata que recibe de los clubes y de las entradas, porque a los jugadores sólo se les da medallas y trofeo”. Antes de la pandemia, se podía ingresar a los partidos con el carné de jugador y las entradas para los espectadores costaban 5 soles. Hoy, todo el que desee ingresar debe pagar 15 soles.
Un jugador de la categoría sub23 comentó para este medio de manera anónima que, aún conociendo que la liga es un negocio, la mayoría de basquetbolistas de categorías menores tienen como meta personal participar en ella. “Yo confío más en lo que hace la liga de Lima, debido a que no recibe un apoyo económico de la Federación y baila con su propio pañuelo, gana plata con el trabajo que realiza desde cero”.
El entrenador resalta que los ánimos de lucro están desde los dos lados, pero él prefiere mantenerse con la FDBP actual por la estabilidad que le brinda: “Una disolución sería retrasar el proceso de afiliación a la FIBA una vez más”, sentencia.
La FIBA pide distintos requisitos para aprobar nuevamente a la Federación, como equipamiento correcto, personería jurídica, junta directiva, entre otros. Según el entrenador, la secretaría de la FIBA se habría reunido con la junta directiva de la federación actual para conversar acerca de la reafiliación que se daría máximo en dos meses.