Existen diversos factores que dificultan el proceso de adaptación a la educación en línea, incrementando los niveles de estrés en los estudiantes. Por ello, Maricielo Silva y Viviana Aliaga, psicólogas clínicas, nos traen algunas recomendaciones.
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Escribe: Zabrinna Vargas Follow @PS_UPC
La llegada de la pandemia por COVID – 19 trajo consigo muchos cambios en nuestra vida, desde la forma en que nos relacionamos hasta la forma en que accedemos a la educación. Desde hace casi seis meses, las clases virtuales son ahora parte del día a día de miles de escolares y universitarios, sin embargo, muchas veces esta nueva modalidad de estudio viene acompañada del incremento de los niveles de estrés en los estudiantes.
Maricielo Silva y Viviana Aliaga, psicólogas clínicas, señalan que el estrés es parte del proceso de adaptación al cambio y que este proceso debe ser vivenciado y validado. Además, es importante tener en cuenta que cada persona vive un proceso de afrontamiento y adaptación distinto que se relaciona con su personalidad, habilidades sociales, inteligencia emocional y otras características personales.
Existen diversos factores que pueden dificultar el proceso de adaptación cómo problemas de conexión a internet, un mal clima familiar, ruidos externos, docentes poco empáticos, problemas de salud, entre otros.
Por otro lado, estudios recientes comprueban que el confinamiento ha afectado la salud mental de las personas, incrementando en gran medida los niveles de estrés y ansiedad, esto sumado a los factores antes mencionados y el proceso de adaptación a las clases virtuales, tiene como consecuencia un gran incremento en los niveles de estrés.
Es muy importante que cada persona evalue su situación y reconozca el motivo estresante, en algunos casos puede ser el exceso de trabajos, mala organización, mala comunicación entre grupos de trabajo, entre otros; reconociendo el motivo de estrés, se pueden evaluar alternativas de solución ya sea de cambio o mejora. Además, organizarse y tener un horario que incluya pequeños “breaks” o pausas activas durante el día, contribuirá para relajarnos y evitar saturarnos mentalmente.
No todo tiene que ser estudiar y hacer trabajos, por ello, Maricielo y Viviana resaltan la importancia de tener tiempo de calidad con uno mismo, permitirnos hacer actividades de recreación y cosas que disfrutemos.
La comunicación es fundamental, tanto con las personas que son parte del conflicto(profesores, compañeros, padres, etc.) para expresar sentimientos o emociones, como con los miembros del hogar, recurrir a dar/recibir muestras de afecto como un abrazo o una palabra de aliento, puede ser muy reconfortante en momentos de alto estrés.
Maricielo y Viviana recomiendan mantener una adecuada higiene del sueño, procurando dormir entre 7 o 8 horas, ya que un descanso adecuado favorecerá el óptimo desarrollo cognitivo, conductual y emocional mientras que dormir poco impacta negativamente en el estado de ánimo, desarrollo, atención y concentración. Muchas veces el estrés es parte del camino, pero con estas recomendaciones podemos hacer que el camino sea más agradable.