Giancarlo Granda narró el primer clásico del fútbol peruano de 2022
Foto: Cortesía Giancarlo Granda
A sus 35 años, Giancarlo Granda, quien se desempeña en el medio siendo locutor, conductor y narrador, ha vivido una infinidad de experiencias, las cuales le han servido mucho para la vida. Ha pasado de vender empanadas y queques para ayudar a su madre cuando era niño a trabajar en la televisión (Gol Perú), la radio (Radio Nacional) y en el medio digital con su canal de YouTube: Tiempo Muerto. Sin dudas, la voz que le da vida a los partidos de fútbol tiene una historia que contar, historia enriquecedora que engancha de primera.
Escribe: Renzo Trucios
Fotos: Cortesía y redes sociales Giancarlo Granda
A diferencia de muchos de sus colegas que trabajan en el medio, Giancarlo comenzó en el mundo del periodismo deportivo a muy temprana edad. Con apenas 8 años de edad, el periodista Pepe San Román lo escuchó hablar de fútbol en un quiosco de periódicos, por lo que lo invitó a CPN Radio para comentar sobre partidos de fútbol. Y sin querer queriendo, Giancarlo formaría así una vida llena de luchas, en donde gracias a su esfuerzo sí obtuvo recompensas.
Hotel para mochileros
Estudió Comunicaciones en la Universidad San Martín de Porres, aunque no se dedicó de lleno a este hasta que ingresó a Gol Perú a los 27 años. Pero como buen peruano, Giancarlo buscó trabajos para solventarse, y gracias a su búsqueda trabajó más de 6 años en un hotel para mochileros. “Fue una simpática, entretenida y linda experiencia, porque compartí momentos con gente de todo el mundo y, además, conoces muchas culturas que te abren la mente”.
Lo que más rescata de esa experiencia es aprender, pues cada extranjero que conoció le dejó una enseñanza en la vida y, sobre todo, aprendió sobre nuevas culturas. “Aprendí de los extranjeros, aprendí sobre sus culturas, Creo que la vida es un constante aprendizaje y con este trabajo, uno amplía el horizonte y tiene perspectivas de la vida”, dijo muy entusiasmado recordando anécdotas.
Un paso por Argentina
Luego de juntar el dinero necesario, Granda enrumbó a Buenos Aires, Argentina, para estudiar en la reconocida Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y obtener su título cómo técnico de menores. Sin embargo, la intención de Giancarlo no era necesariamente seguir una carrera como director técnico. “Yo no continué en el rubro de entrenadores. En realidad, lo hice para adquirir conocimientos más que nada”, explicó.
“Mi objetivo no fue ser técnico de menores. Simplemente creía que era un ‘plus’ que me podía ayudar en mi trayectoria en el fútbol”, y quién más minucioso con los detalles y el ‘plus’ que Giancarlo, porque sí, gracias a eso, conseguiría lo que más anhelaba en el mundo del periodismo deportivo. A pesar de no perseguir activamente una carrera como entrenador de menores, El Flaco considera que su experiencia en Argentina fue valiosa y ha influido positivamente en su perspectiva profesional.
¿Periodista o comunicador? ¿Deportivo o futbolero?
Aunque muchos de sus colegas lo traten como tal, Giancarlo deja en claro que no es periodista. Cuando entró a la universidad, optó por las comunicaciones. Es más, Giancarlo confiesa que se especializó en producción audiovisual. Gracias a la vida y sus ganas de estar presente en cada oportunidad que se le presentaba es que se introdujo en el mundo deportivo. “Siempre digo que, como comunicador, trato de ver distintos deportes, eso es clave. Está bueno estar informado respecto a todos los deportes. Eso te suma en el ámbito del fútbol también.”.
Y es que, a diferencia de muchos, El Flaco no ve fútbol las 24 horas del día ni los 7 días de la semana. Él amplía el horizonte, pues considera que centrarse en una sola disciplina te limita. Es clave tener un conocimiento de todos los deportes, y tiene claro que eso es un ‘plus’ que sirve y ayuda, porque uno nunca sabe en dónde puede caer.
Siempre ser una buena persona, siempre
Más allá del profesionalismo, Granda tiene un lema: “Ser buena persona por sobre todas las cosas”. Gracias a diversas circunstancias de la vida, él aprendió que el buen trato y respeto hacia el resto es lo que siempre debe tener uno, tanto en el trabajo como en la vida cotidiana.
“De mí pueden hablar absolutamente todo como narrador, les puedo gustar o no, pero nadie puede decir que soy una mala persona”.
En cuanto al trabajo, tampoco es “maletero” ni se pelea con colegas. Es más, uno de los muchos principios que tiene es no hacer periodismo de periodistas. Jamás opinará de la labor de algún colega, más allá de que lo haga bien o mal – un compañero suyo –, porque no es su manera de ser. Y si tiene algún elogio, lo dice, pero jamás se le escuchara hablar mal de alguien, mucho menos en vivo.
El plus: marcar la diferencia
El ‘plus’, esa palabra que tanto menciona, la cual es breve en cuanto a escritura, pero inmensa en significado. Cada vez que realiza casting buscando a alguien trabajador, siempre les pregunta a los seleccionados: “¿Cuál es tu ventaja diferencial respecto al resto?”. El protagonista de la entrevista cuenta que su plus para ser contratado como narrador en Gol Perú fue que habla inglés tan o igual como un nativo. Y es que Giancarlo habla inglés a la perfección debido a que trabajó muchos años en el hotel para mochileros. Un puntazo a su favor es que puede hablar y redactar en inglés como lo hace en español. En cuanto al mundo deportivo, su plus es que mira muchos deportes, no sólo fútbol, tanto así que puede sentarse a conversar sobre la NBA. el fútbol americano, el tenis, entre otros deportes más.
Claudio Pizarro y la anécdota más curiosa
Para la vida de Giancarlo, las anécdotas son el pan del día a día. Una de las más curiosas fue cuando Claudio Pizarro le permitió que sea entrevistado. El segundo máximo goleador de la liga de Alemania tuvo la deferencia de darle una entrevista cuando él no hablaba con nadie. En ese momento, él jugaba en el Werder Bremen y para la selección.
Giancarlo era un niño cuando esto ocurrió. Él se encontraba en la Videna, su camarógrafo lo cargó, lo llamó y Claudio bajó del bus para darle una breve entrevista. Es importante mencionar que, en ese momento, Pizarro no brindaba declaraciones a ningún medio, es por eso que Granda estará siempre agradecido con él. Su nota periodística tuvo tanto revuelo que salió en todos los periódicos. Sin dudas, un momento lindo para él.
Tiempo muerto
Un proyecto de amigos. En una conversación entre amigos salió la idea de tener un programa de entrevistas. Al principio, El Flaco se resistía, no quería, fue un poco reacio, hasta que un día, de tanta insistencia por parte de sus amigos, lo convencieron. “La primera entrevista salió bien, la segunda lo fue aún más. Hemos cumplido un año hace poco, ya sacamos 54 programas, y realmente nos la pasamos bien”.
Realmente, Tiempo Muerto es un grupo de amigos que trabaja y trata de ver la perspectiva de las personas desde otro punto de vista, encontrar su lado más profundo, un lado familiar. Y el punto a destacar es que tanto El Flaco como sus amigos tratan de que sea más una conversación de amigos, no un interrogatorio. Muchas de las personas a quienes entrevista, Giancarlo no las ha visto antes. Con algunos ha tenido la oportunidad de charlar antes; sin embargo, no es que sean sus amigos, pero la idea es que se sientan como tal en Tiempo Muerto.
El Flaco ha podido entrevistar a diferentes personas pertenecientes a distintos ámbitos, como el medio deportivo o espectáculos, pero dependiendo del entrevistado, él puede conseguir primicias. Y es que el tema de los contactos juega un rol importante. Giancarlo entrevistó al Gato Cuba y Fiorella Retiz, y lo curioso es que estos personajes sólo le dieron la palabra a “Gianca”, no al resto.
En el caso del tenista Juan Pablo Varillas, ambos tienen una relación tenística de años, y Giancarlo siempre lo entrevistó, he allí la deferencia. Hasta le confesó que ve Tiempo Muerto para relajarse, pues para “Juanpi” es una manera de escapar de la rutina del tenis. Se trata de estar allí siempre, desde los inicios hasta el final.
Los esperados
Han pasado más de 50 invitados en Tiempo Muerto, y Giancarlo está orgulloso de ello. Sin embargo, hay personajes a los cuales él quisiera entrevistar, tales como Jefferson Farfán, Paolo Guerrero y hasta Claudio Pizarro, y no hay duda alguna que le agradecería por ese gran gesto que tuvo consigo cuando era niño. Pero hay otros del medio no futbolístico le gustaría entrevistar como, por ejemplo, a Magaly Medina o Jaime Bayly. Menciona a estos personajes porque pueden contar una historia o una anécdota. Son personajes que tienen experiencia.
La primera vez narrando un clásico
Una experiencia inolvidable para El Flaco. “Cuando me preguntan sobre mi primer clásico, yo siempre digo que el clásico me dio una pantalla que nunca había tenido, y es que, ¿Quién no ha soñado narrar un clásico?”. Como si fuera la cereza del pastel, el desarrollo del partido le ayudó mucho porque fue muy entretenido, y es que, a veces un 0 a 0 no ayuda. Entusiasmado comenta que espera que se vuelva a repetir.
En cuanto a su popularidad, ese partido le dio un gran reconocimiento en redes sociales, pues la gente que no lo conocía, lo escuchó por primera vez en uno de los partidos más importantes del fútbol peruano. Por eso y mucho más, El Flaco está agradecido con la vida por esa experiencia.
Divertirse de su físico
Las redes sociales, así como son portales en donde uno puede divertirse, también pueden ser muy crueles. A pesar de eso, Giancarlo se divierte cuando lo molestan con su físico. De hecho, el nombre de su canal, Tiempo Muerto, hace alusión a su físico y, para él, es divertido. Se la pasa bien, pero cuando siente que los comentarios graciosos se convierten en faltas de respeto, simplemente los borra y bloquea. “A veces leo los comentarios la verdad, y los que son comentarios negativos, los ignoro. De última instancia los bloqueo, porque no me suman nada”. Eso sí, agradece a la gente que lo elogia y felicita por seguir superándose, pues siempre es bueno rescatar lo bueno.
“Cada uno puede decidir qué parte del vaso ver, si está medio lleno o medio vacío”.
Otro rubro
El Flaco no le cierra las puertas a nada. Como comunicador que es, su trabajo es conducir, animar y, como siempre lo dice, uno nunca sabe en dónde puede terminar trabajando. “Lo mío es el deporte, me encanta el fútbol, pero si mañana me dicen que tengo una propuesta para conducir un programa de comida, por ejemplo, me lo pensaría, pero no es que me cierre y diga que no de una, eso jamás”.
Si se introdujera en la política le costaría un poco más, pues “Gianca” no está tan informado de lo que sucede en el día a día, pero menciona que no está bueno descartar cosas, porque uno nunca sabe en dónde puede conseguir un trabajo. “Si te vas a negar a hacer cosas, será difícil que seas algo en la vida”.
“Siempre es mejor decir por qué lo hice a por qué no lo hice”.
De hecho, gracias a su disposición y sus ganas de estar trabajar que consiguió ser narrador para Gol Perú. Cuenta que alguien le pidió de por favor que narre partidos, porque era para un casting de comentaristas. “No era un casting para mí, me dijeron si lo podía ayudar y yo dije que sí”. Fue a partir de allí que lo escucharon y quedó como narrador. He aquí en donde te das cuenta que El Flaco tiene muchos ‘plus’: sabe de deportes en general, habla muy bien en inglés, tiene disposición de hacer las cosas y es buena persona.
¿Formar una familia?
En cuanto a lo más especial, El Flaco confiesa que le encantaría formar una familia, y está convencido de que sería un buen padre. Esa seguridad y convicción se la debe a su hermano, ya que él lo cuidó como tal, porque se llevan 9 años de diferencia. “Me veo siendo papá, teniendo una familia. No se ha dado todavía por el tema del tiempo, pero en algún momento se dará”.
Y aunque parezca complicado por los tiempos, “Gianca” se debe así mismo esta oportunidad, porque como él dice, los años pasan y las oportunidades se agotan.
Su madre, el amor incondicional
Como para muchos de nosotros, la madre lo es absolutamente todo, y con Giancarlo no es la excepción. Un dato curioso es que El Flaco no es “Giancarlo Granda”, sino es Giancarlo Ponce Granda. “De hecho, mi apellido paterno es Ponce y el materno es Granda, y el reconocimiento es hacia ella, por eso me haga llamar Giancarlo Granda”. Nos confiesa este detalle que muy pocos saben.
Y aunque esta acción sea muy linda, a veces se forman líos con los papeles. De hecho, hace unos meses, Giancarlo tenía que firmar unos documentos, y en los papeles decía “Giancarlo Granda”. Cuenta entre risas que pidió la corrección, aunque no los culpa por la confusión.
Lección de vida
En la vida, a Giancarlo le tocó luchar desde muy pequeño. Trabajó cuando estaba en el colegio vendiendo empanadas y queques para ayudar a solventar los gastos que tenía su madre. Es por eso que nos deja la mejor lección de su vida: “Hay que luchar por lo que uno quiere, no hay que avergonzarse de absolutamente nada”. Y es que el trabajo se premia, nadie cae del cielo. A muy pocos les toca no hacer nada en la vida, y Granda lo sabe muy bien.
El caso de Giancarlo es ejemplo de mucho esfuerzo y dedicación. Cuando trabajó en el hotel para mochileros empezó siendo recepcionista, luego administrador y terminó como gerente. En la televisión, empezó como locutor, luego narrador y ahora es conductor. Y cuando uno asciende, cuando uno empieza desde abajo, se le empieza a dar mayor valor a las cosas. Como te cuesta, lo valoras más, y Granda lo sabe muy bien. “Cuando estás arriba, no mires al de debajo de una manera despreciable, míralo identificándote con él o con ella, porque quien asciende en la vida ha estado en su lugar y sabe cómo es estar luchándola”.